Patriotas

Jorge Martínez Reverte-El País

No ha sido solo ETA, sino todo el gran entramado nacionalista el que ha conseguido que se produzca una situación así

El lehendakari Urkullu y el PNV no se muestran especialmente irritados con la historia de ETA que se ha presentado para que los chavales vascos entre los 13 y los 18 años entiendan el fenómeno. Aunque hay que reconocerle al presidente que ha dado un tiempo a los que no están de acuerdo para que presenten sus enmiendas. Mientras tanto, se han producido en la vecina Navarra unos acontecimientos que hacen pensar que ETA no es solo historia, sino que su mensaje ha florecido ante la mirada complacida de unos y la pasota de otros.

Está claro, tenía que ser en Alsasua, el lugar donde un grupo bien nutrido de patriotas pegó una paliza de antología a dos guardias civiles que iban a tomarse unas copas con sus parejas.

A Alsasua se dirigió una comitiva de militantes de PP, Ciudadanos y VOX para trasladar a los guardias su apoyo. Y no fueron bien recibidos por una parte del pueblo. La sangre no llegó al río, pero estuvo cerca.

Los de la comitiva portaban banderas españolas, sin escudo franquista, y reivindicaban el derecho de todos a tomarse unas copas. Menuda provocación.

ETA tiene allí un buen lugar para demostrar que hizo las cosas con eficacia. La bandera constitucional es en Alsasua una provocación. Y los derechos de según qué ciudadanos, también. En parte de Cataluña sucede lo mismo. Y en todos los casos que se registran hay una bandera que sustituye a la otra. No hay duda, se trata de reacciones de patriotas que no toleran más patria que la suya.

Pero no ha sido solo ETA, sino todo el gran entramado nacionalista el que ha conseguido que se produzca una situación así. Incluso en algún caso la violencia de la banda ha jugado en contra de su mensaje de rechazo al foráneo, sobre todo a su cultura y su bagaje identitario.

Los nacionalistas vascos desean contar la historia de que ETA empezó solo por Franco. Y no fue así. Franco, desde luego, quiso encarnar otro nacionalismo, que reprimía las libertades que reclamaban los ciudadanos españoles. Fue enemigo de las otras patrias. Pero, sobre todo, de las libertades de los ciudadanos españoles.

Y los herederos de todos ellos tienen una cosa en común con otros patriotas: no soportan que otros ciudadanos puedan tomarse copas en su pueblo. Menuda provocación.