Pobre España

ABC 06/07/17
LUIS VENTOSO

· El balón de octubre se parará. ¿Y los siguientes?

HEMOS construido un país con mal futuro, porque se ha aceptado como algo normal que se ponga en solfa a diario su propia existencia. España no está siendo bien defendida, ni por sus medios y cultura (vitales, aunque Rajoy los desdeñe), ni por sus políticos, que responden al golpismo separatista con la lánguida lógica de un burócrata fatigado. ¿Cuál es el idioma más hablado en Cataluña? El español. ¿Es lengua oficial allí? Claro, una de los dos. Nuestra Constitución establece lo siguiente: «El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla». Pues bien, una peluquera de Barcelona seguirá sin poder llamar a su negocio «Peluquería Pili, centro de estética». Anteayer, el Tribunal Constitucional desestimó un recurso contra la aberrante ley del nacionalismo que prohíbe rotular los comercios de Cataluña en castellano. ¿Cómo puede darse por bueno que se pisotee así el derecho de los españoles a utilizar el idioma oficial del país, que es además el de mayor uso y uno de los más importantes del mundo? Pues ocurre, y no pasa nada. Ese es el estúpido país que estamos construyendo.

El martes, los gobernantes catalanes, máximos representantes del Estado en la comunidad, presentaron su plan para destruirlo. Un golpe de Estado. Rajoy calificó ayer ese proyecto de «delirio autoritario». Tiene razón. El problema es que hace cuatro meses el plan ya era totalmente delirante y autoritario, pero el presidente se embarcó con su gurú de cabecera en una surrealista «operación diálogo» con los sediciosos, quienes ante tanta cortesía risueña continuaron avanzando felices en su golpe de Estado. Ese es el estúpido país que estamos construyendo (o destruyendo).

El líder del PSOE, Sánchez, apoya al Gobierno contra el referéndum a la brava. Pero al tiempo dinamita la unión de los demócratas españoles abogando por dialogar con los sediciosos, que nada quieren ya de nosotros salvo destruir nuestro país. Propone como solución otorgarles nuevas dádivas, que debilitarían todavía más al Estado en jaque. ¿Por qué ese doble juego felón? Pues porque para Sánchez es más importante su odio al PP y marcar diferencias con él que cerrar filas para defender a España. En cuanto a los comunistas españoles, están ya más cerca de los separatistas que de los constitucionalistas. Ese es el país estúpido –y suicida– que estamos construyendo.

¿Han escuchado alguna vez a Almodóvar, Bosé, Bardem, Trueba, el novelismo nocillero, los columnistas posmodernos o los grandes comunicadores catalanes que se lucran en Madrid criticar con voz alta y clara el desbarre separatista y defender la valía de su país, España? No, porque en el país acomplejado y estúpido que estamos construyendo un proyecto xenófobo, rancio y totalitario les parece más chachi que dar la cara por España, que aunque es la nación más antigua de Europa ya se sabe que la inventó Franco (por fortuna hay excepciones, como Sabina o Banderas, dos patriotas, cada uno a su modo).

El balón de octubre se va a parar. ¿Y los siguientes? Mientras los españoles no ejerzamos un mínimo patriotismo el pronóstico será reservado.