Poco trapío para Aznar

POR SANTIAGO GONZÁLEZ-EL MUNDO

TAL VEZ NO fue una iniciativa afortunada llamar a José Mª Aznar a la comisión parlamentaria sobre la financiación del PP. Era mucho toro para aquellos maletillas. Pablo Iglesias quiso medirse de tú a tú, de macho alfa a macho alfa con Aznar. Ya le iba bastante mal en los debates parlamentarios con Rajoy, pero las palizas dialécticas de Don Mariano a este revoltoso de la Liga de los Sin Bata estaba redimida por la suave zumba galaica del ex presidente censurado.

El estilo de Aznar es otra cosa. No hace prisioneros y ayer tuvieron ocasión de comprobarlo Gabriel Rufián y Pablo Iglesias, dos tipos cuya diferencia básica es que Iglesias está muy sobrevalorado intelectualmente; Rufián no, a este todo el mundo le toma exactamente por lo que es. Pero Iglesias no suele perder la ocasión para dejarse en evidencia y subrayar su falta de respeto a la verdad. La hemeroteca tiene para él una vigencia cortísima, a veces instantánea. Ayer mismo, al comienzo del rifirrafe, preguntó: «¿Conoció usted las escuchas del ‘caso Naseiro’, señor Aznar?», a lo que respondió el compareciente: «¿Me dice usted que si yo conocía escuchas?». Había pasado demasiado tiempo para Iglesias que ya no parecía acordarse de su pregunta: «Escuchas no, he dicho el ‘caso Naseiro’. Ha hablado usted de las escuchas sin que yo me hubiera referido a ellas».

Ya lo había hecho antes: Una periodista le preguntó por sus referentes bolivarianos y saltó como si le hubiese mentado la madre: «¡Eso lo ha dicho usted! Si puede usted citar un momento en que yo he usado Venezuela como referente se lo agradecería. Le han hecho un vídeo con decenas de referencias: Programas de ‘La Tuerka’, memorable entrevista de Venezolana de Televisión, en la que califica a Venezuela como un modelo necesario para los países del Sur de Europa. «¿Tiene algo que decir a los españoles que viven en Venezuela?». «Que qué envidia me dan», respondió en tono admirativo. Aznar no le perdonó una, desde el dinero de la República de Irán hasta los dólares bolivarianos, recordándole que los 272.000 dólares que recibió en paraíso fiscal están comprobados en sentencia judicial. Aunque fuese por un rato, estuvo bien volver a ver a un fajador.