PSOE contra PSOdemos

EL MUNDO  30/09/16
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

AYER EN Ferraz nació una estrella y se apagó otra: deslumbró la niña de Susana, Verónica Pérez, que demostró que las pequeñitas son como los pequeñitos: ante el toraco grande se vienen arriba y son capaces de quitarse la chaquetilla como Diego Puerta y entrar a matar en chaleco para llegar al morrillo y dejar el estoque en todo lo alto. Y se apagó Pedro Sánchez, al que le falló el batallón de mujeres en bicicleta que en 1917 dejó el Palacio de Invierno en San Petersburgo y permitió el golpe de Estado bolchevique. Fue el primer acto de la guerra civil que teorizó y buscó Lenin, ganó Trotski y disfrutó Stalin. La ruina de Bicimad (bicieléctricas de Carmena) impidió que Pitita Maestre acudiera, torsoexplícita, a salvar al tovarich Sánchez.

¿Pero cuándo se convirtió Snchz en tovarich o kamarada podemita? Recordemos que este Pedronono es el mismo a cuyo gobierno con C’s dijo no Iglesias a dúo con Rajoy, echándole encima la cal viva del GAL. Y lo hizo porque Sánchez se negó a entregarle, agradecido, cinco ministerios, el CNI y la televisión. Esta es la clave de todo: al Sánchez socialdemócrata aliado con C’s se lo cargaron juntitos Iglesias y Rajoy. Ayer, a medio PSOE –la mitad más uno de la Ejecutiva, cuya dimisión supone legalmente su disolución– se le impidió entrar en su propia sede. Esa militancia de base que dice Sánchez que lo apoya porque está contra Rajoy no es el PSOE, es PSOdemos y está contra cualquier izquierda que defienda la nación y la Constitución.

Sánchez ha cambiado la chaqueta reformista por la revolucionaria igual que Largo Caballero pasó de Secretario de Estado de Trabajo en la dictadura de Primo de Rivera a Lenin español, con las JSU de Carrillo como brazo armado de la bolchevización del PSOE. Pero Besteiro y los moderados siempre se opusieron al proyecto guerracivilista de Largo, que tuvo tres partes: el golpe antirrepublicano del 34, la estrategia golpista del 36 y la entrega del Gobierno a Stalin por Negrín en 1937. La guerra acabó cuando Besteiro, Rojo y Mera sacaron los tanques contra Negrín, dispuesto a sacrificar en una guerra perdida a cien mil españoles al servicio de Stalin, cuya alianza con Hitler fue anterior y mucho más importante que la de Franco.

Siempre que el PSOE se radicaliza, se rompe. ¿Lo sabe Verónica Pérez? Como si lo supiera.