Puigdmemont llama a sus consellers a cerrar filas para salvar los muebles del referéndum

EL CONFIDENCIAL 12/04/17

· El Consell Executiu está dividido entre los miembros con mayores reservas a celebrar la consulta sin cobertura legal y los que apoyan al ‘president’ catalán sin fisuras ni reservas

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha vuelto de Estados Unidos y ha encontrado la casa sin barrer. Los preparativos del referéndum están en pañales, según explican fuentes de la Administración catalana. Así que en el Consell Executiu que se ha celebrado este martes en el Palau de la Generalitat, Puigdemont ha reprendido a sus ‘consellers’ y ha hecho un llamamiento a cerrar filas con el proyecto de referéndum unilateral de independencia que se debe celebrar a finales de septiembre o, como muy tarde, el domingo 1 de octubre.

Así lo han explicado fuentes conocedoras del debate en el seno del Consell Executiu, que reúne cada martes al ‘president’ y sus ‘consellers’. Portavoces de la Generalitat se han negado a comentar el contenido del Consell, alegando que sus debates son secretos. Sin embargo, otras fuentes políticas —de ERC, el PDeCAT y de la propia Administración— han confirmado que el llamamiento a la unidad de Puigdemont fue el eje de la reunión de ayer.

La ‘consellera’ de la Presidencia y portavoz, Neus Munté, no respondió ayer a ninguna de las preguntas que se le hicieron durante la rueda de prensa posterior al Consell Executiu. En unos casos, alegó la confidencialidad de los debates en el seno del Consell. En otros, que la Generalitat no iba a desvelar antes de tiempo sus planes para llevar a cabo una consulta sobre cuya ilegalidad no caben dudas, puesto que los miembros del Govern han sido apercibidos repetidamente por el Tribunal Constitucional de que si persisten en sus actuaciones, incurrirán en diversos delitos. De hecho, Munté se ha comportado como si estuviese más preocupada por que alguna respuesta pudiese incriminarla que por aclarar las cuestiones de los periodistas.

Si Puigdemont ha pedido unidad es porque, desde que se inició la presión de la Fiscalía sobre proveedores de la Administración y funcionarios hace tres semanas, la cohesión en el seno del Govern se está resquebrajando. Hay tres grupos de ‘consellers’, según explican fuentes de la Generalitat: los comprometidos con Puigdemont a machamartillo, entre los que se encuentran el vicepresidente, Oriol Junqueras, y los republicanos; los que apoyan la consulta pero calculan que será muy difícil llevarla a cabo operativamente por la presión legal, entre ellos la ‘consellera’ de Governació, Meritxell Borràs, y los que creen que habría que abandonar el proyecto porque acabará como una versión descafeinada del 9-N: el ‘conseller’ de Interior y responsable de los Mossos d’Esquadra, Jordi Jané; la ‘consellera’ de Ensenyament, Meritxell Ruiz, y el de Cultura, Santi Vila.

Cada caso es diferente
Cada caso es diferente. Jané es quien más discrepa, pero la CUP, que es el socio del Gobierno catalán, ha pedido su cabeza. Meritxell Ruiz ha de habilitar unos 7.000 puntos de votación abriendo los colegios electorales. Cara a la Fiscalía, es la más expuesta. Por su parte, Santi Vila no ha ocultado nunca que preferiría un acuerdo con el Gobierno de Madrid que la vía unilateral. Pero es amigo personal de Puigdemont —ambos provienen de la política municipal— y nunca le contradice en público por respeto.

Las disensiones entre PDeCAT y ERC son cada vez más obvias. Junqueras ha pedido a Borràs que compre las urnas, pero la ‘consellera’ de Governació ha solicitado una orden por escrito, según desveló ayer el diario ‘Ara’. Nadie quiere aparecer como culpable ante la Fiscalía. Al mismo tiempo, el PDeCAT pretende marcar perfil en el Parlament y no votar siempre con ERC, después de que los republicanos arrastrasen los pies cuando el Parlament reprobó al nuevo director de TV3, Vicenç Sanchis, algo que nunca en la historia había pasado.

Para proteger a funcionarios de las inhabilitaciones, se quiere recurrir a una bolsa de parados que coordinarán las mesas de votación del referéndum

Para colmo, la portavoz de Junts Pel Sí en el Parlament, Marta Rovira, ha desvelado que la Generalitat planea utilizar parados para que coordinen la constitución y el recuento de las mesas electorales del referéndum. Serían unos 7.000 desempleados que acabarían cobrando unos 120 euros por una jornada de trabajo a cambio de asumir una responsabilidad que ningún funcionario de la Generalitat quiere sobre sus espaldas. La propuesta se llevó a una comisión del Parlament, pero ahora Munté alega que solo es una posibilidad más.

Contrariedad en el Govern
Neus Munté pidió ayer en la rueda de prensa “que de las decisiones del Govern solo hable el Govern”. Estaba visiblemente molesta, pero se cuidó muy mucho de desacreditar a Marta Rovira. El PDeCAT gobierna en minoría y necesita a ERC. Fuentes del PDeCAT han asegurado que buena parte de las reservas que su partido está mostrando en el referéndum son también una manera de meter presión a Puigdemont. El presidente de la Generalitat quiere dejar la política tras el referéndum, pero eso deja a la antigua Convergència sin líder de cara a las nuevas elecciones. El PDeCAT desea que se presente y les indigna que pida sacrificios a otros altos cargos cuando él no está dispuesto a ser cabeza de cartel.

Toda esta división interna se produce cuando paradójicamente más éxitos internacionales está obteniendo la Generalitat, gracias a la reunión de Puigdemont con la Fundación Jimmy Carter o después de recibir a dos congresistas de Estados Unidos en el Palau. Pese al énfasis en el frente exterior, ahora el problema es interno, marcado por la desconfianza entre las diversas facciones independentistas.