Rajoy da por sentado que gobernará solo, con la abstención de un PSOE «en plena catarsis»

ABC – 12/06/16

· Aceptará el encargo del Rey si antes pacta la investidura «con quien mande en Ferraz».

· Un mandato corto y con reformas pactadas. Génova sabe que, como apunta el CIS, la posibilidad de que el PP tenga que gobernar «solo y con un programa pactado y tasado» es cada vez más segura.

· La incógnita de Rivera. Los populares no se fían de que Ciudadanos intente vetar a Rajoy pero, en todo caso, le tenderán la mano para que entre en una coalición con o sin el PSOE.

El último CIS solo ha aclarado una duda a Mariano Rajoy: que la posibilidad de tener que gobernar solo, en precario, y en una legislatura convulsa y corta, parece cada vez más segura. Uno de sus ministros en funciones recuerda a ABC que «desde que se volvieron a convocar las elecciones el presidente cree que la única manera de desbloquear la situación es gobernar en solitario, prorrogando los Presupuestos, quizá con el apoyo de Ciudadanos, siempre que el PSOE se comprometa a tolerar su investidura aunque sea en un mandato reducido». Si ese era el razonamiento del presidente en funciones hace unos meses, el resultado de la última encuesta del CIS le ha convencido de que «ya es la única salida posible», apunta el citado miembro del Gobierno.

Aunque el líder del PP confía todavía en «arañar» –apelando al voto útil– entre seis y ocho escaños en aquellas circunscripciones más «desatendidas» en la pasada campaña, el sondeo recién publicado le pone sordina: si bien mantiene la primera plaza, su partido sufre un retroceso al pasar de ser la primera fuerza en escaños en 30 provincias a solo conquistar 26. Esa previsión, unida a la caída en diputados de Ciudadanos (Rivera se dejaría entre una y dos actas), situaría la posible confluencia de las dos fuerzas de centro-derecha, en el mejor de los casos, a 16 escaños de la mayoría absoluta. Sin olvidar que Rajoy «no se fía» del presidente de Ciudadanos, que coquetea continuamente (aunque en la noche del viernes lo descartara) con la idea de exigir su salida para prestar sus votos al PP, veto fundamentado en los casos de corrupción en los que está inmerso Génova. No obstante, en el mejor de los escenarios –la alianza entre el primer y el cuarto partido– siempre sería imprescindible para investir a Rajoy, por acción u omisión, el plácet del PSOE, al que la demoscopia hunde en el tercer puesto, defenestrado por Unidos Podemos.

Decepcionante CIS

En Moncloa la orden sigue siendo decir que el PP sale a ganar pero las cuentas que se hacen, según ha sabido ABC, parten ya de un resultado que coincidiría en gran medida con el decepcionante dibujo –para el PP y para la gobernabilidad de España– que hizo el CIS el jueves. Por eso Rajoy mantiene que aunque el «sorpasso» de los radicales al PSOE «es una mala noticia para España», la obligación de su partido será tender puentes con los socialistas, a los que enmarca, tras el 26-J, en una «profunda catarsis, que podría incluir la salida de Pedro Sánchez». Los populares tienen claro que con el actual secretario general socialista ya es imposible entenderse y que las urnas despejarían el camino para un «Gobierno de la moderación y de la prudencia, pactado con quien mande en Ferraz en ese momento, aunque la legislatura fuera necesariamente condicionada a unas reformas concretas», apunta un responsable de la campaña popular.

Entre algunos altos cargos del PP ya se maneja incluso la posibilidad de que «quien mande en Ferraz» por entonces sea una gestora, encargada de conducir la refundación del partido, imprescindible si el CIS acierta y se consuma la pérdida de la hegemonía en la izquierda por parte del partido que más años ha gobernado España desde la transición. La «frágil» autoridad de la actual Ejecutiva, a la que buena parte de los barones encabezados por Susana Díaz, no otorgan la legitimidad de las urnas, al haber conducido al PSOE al peor resultado de su historia y pactado Ayuntamientos con los populistas, quedó patente durante la fallida legislatura pasada, con dos intentos fracasados de llegar a La Moncloa.

Las palabras de González

En esa tesitura, un miembro del actual Ejecutivo recuerda las palabras de Felipe González en la entrevista que le hizo el diario «El País» a finales de enero, en la que el expresidente aseguraba que «ni el PP ni el PSOE deberían impedir que el otro gobierne». Si aquellas palabras –asegura ese dirigente popular– «eran importantes cuando los socialistas, pese a los 90 escaños, conservaban la segunda posición, cobran mucha más fuerza si su partido se hunde, como todo hace indicar, en la tercera posición». El primer presidente socialista salió al paso entonces de las veleidades de su partido tras el 20-D de intentar una coalición con Pablo Iglesias, del que González es enemigo político declarado.

Suicidio del PSOE

Porque sobre lo que no tienen duda los populares es que «si, en contra de todas las encuestas, los socialistas conservan el segundo lugar, Sánchez lo vendería como un triunfo e impondría al Comité Federal una alianza con Unidos Podemos, su última tabla de salvación para ser presidente». El trabajo de campo del pasado jueves otorgaba 172 escaños a esa alianza (a cuatro de la mayoría), bien es verdad que con el liderazgo de la coalición de Iglesias y Garzón sobre las históricas siglas socialistas. Esa opción de un acuerdo en el que mandara Podemos, sostienen en el PP, «sí que es inviable para Ferraz puesto que representaría su suicidio político si es que el mismo sorpasso no lo hubiera supuesto ya».

Aunque Rajoy mantiene públicamente que «no se ha producido ningún contacto con los socialistas con vistas a resolver la situación tras las elecciones», lo cierto es que algunos cargos populares sí celebran reuniones discretas con barones y otros representantes del PSOE para sondear la posibilidad de una abstención «tasada y con medidas pactadas entre ambas fuerzas», que los socialistas se verían obligados a justificar ante su electorado, contrario a tender la mano a Rajoy, «como una obligación institucional para desbloquear la situación de España», que el CIS ya ha dibujado como ingobernable.

ABC – 12/06/16