Rusia ataca posiciones yihadistas en Siria desde bases iraníes

ABC – 17/08/16

· El uso de la base de Hamadán reduce en un 60 por ciento el tiempo de vuelo de los bombaderos rusos.

· Con Estados Unidos Moscú reveló ya sus planes conjuntos con Washington para acabar con el sitio que sufre la ciudad de Alepo.

Rusia e Irán refuerzan su alianza en la guerra de Siria en apoyo del presidente Bashar Al Assad. Los iraníes han abierto la base aérea de Hamadán, al noroeste del país, a los bombarderos de largo alcance Tu-22M3 y los de primera línea Su-34 rusos para que puedan realizar sus operaciones desde aquí, sin tener que volar desde Rusia, lo que reduce el tiempo de vuelo un 60% y les permite llevar más munición. El Ministerio de Defensa ruso adelantó que ya se han realizado las primeras operaciones desde Hamadán y que los objetivos fueron posiciones del grupo yihadista Daesh y Jabat Fatah Al Sham, nuevo nombre del Frente Al Nusra, brazo de Al Qaida en Siria, en las provincias de Alepo, Idlib y Deir Ezzor.

La cadena rusa Rossiya24 mostró las imágenes de los aparatos en suelo iraní e informó de que en sus operaciones cuentan con protección de cazas de la base de Tartús. La noticia coincidió con una entrevista de la agencia oficial iraní, Irna, al responsable del Consejo Nacional de Seguridad, Ali Shamjani, quien destacó «la cooperación en la guerra contra el terrorismo» con Rusia y desveló el acuerdo para «compartir instalaciones».

Este nuevo paso en las relaciones entre iraníes y rusos se hizo público apenas 24 horas después de que el mismo Ministerio de Defensa revelara los planes de operaciones conjuntas con EE.UU. para intentar acabar con la situación que vive Alepo.

La segunda ciudad del país se ha convertido en el principal punto de disputa entre las fuerzas leales a Assad y los grupos armados opositores, que después de romper el bloqueo impuesto por el Ejército amenazan con asaltar los barrios del oeste.

Más de un millón de civiles vive en medio del fuego cruzado y Naciones Unidas pide un alto el fuego urgente para poder introducir ayuda humanitaria y evacuar a los heridos, pero ninguna de las partes atiende esta petición. Moscú no adelantó detalles de sus conversaciones con los estadounidenses, pero un alto diplomático, Alexei Borodavkin, indicó que podría tratarse de la entrega de ayuda humanitaria conjunta y de un acuerdo para diferenciar a los grupos rebeldes «moderados» de los yihadistas en Alepo.

Analistas como Alexey Khlebnikov, experto ruso en Oriente Medio, piensan que esta medida «refuerza a Teherán porque ahora tiene a la fuerza área rusa en su suelo, pero por otro lado también obliga a Rusia a tomar ciertas responsabilidades sobre el comportamiento iraní en la región». Khlebnikov opina que «se trata de una decisión que seguro se trató ya con Turquía y de la que también estaría al tanto Israel, porque hay una estrecha cooperación entre Israel y Rusia en materia militar y de inteligencia y todo lo que afecta a Irán, afecta a Israel».

Nuevas alianzas

Después de cinco años de guerra, casi 500.000 muertos y cuando los bandos estaban perfectamente marcados, el intento de golpe militar en Turquía, país clave en Siria cuyo papel es similar al desempeñado por Pakistán en Afganistán, comienza a dibujar cambios en las alianzas tradicionales que apoyan desde el exterior al Gobierno de Damasco y a la oposición.

El golpe ha enfriado las relaciones de Ankara con Europa, Estados Unidos y los países del Golfo, cuyo silencio aquella noche del 15 de julio fue muy prolongado, y ha redirigido a Erdogan hacia Irán y sobre todo Rusia, país cuyos servicios de inteligencia habrían puesto al líder islamista sobre aviso de lo que se avecinaba, según la prensa rusa.

El primer viaje del presidente Recep Tayyip Erdogan al exterior después del golpe fue a San Petersburgo para estrechar la mano de Vladimir Putin, con quien no mantenía contacto alguno desde el derribo del caza ruso en la frontera siria a finales de noviembre. Si Rusia fue el primer destino de Erdogan, Javad Zarif, ministro de Exteriores de Irán, fue el primer peso pesado de la política internacional en viajar a Ankara para encontrarse con un presidente al que definió como «un símbolo de la democracia» y subrayó la necesidad de que «Rusia, Turquía e Irán cooperen para resolver los problemas en la región».

ABC – 17/08/16