Tensión en Ciudadanos por el apoyo del PP a CDC

EL MUNDO – 21/07/16

· El partido de Rivera amenaza con votar en contra de Rajoy si sospecha que hay pacto de investidura con Convergencia.
· Avanza que se opondrá a que los nacionalistas tengan grupo en el Congreso porque no cumplen los requisitos.

Ciudadanos endureció ayer su discurso contra el PP tras comprobar el intercambio de apoyo con los nacionalistas catalanes y vascos. El vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, avisó de que, si sospechan que Rajoy tiene algún pacto con «quienes quieren romper España» para facilitar su investidura, revisarían su promesa de abstenerse. «Ante esta situación extraordinaria, nos podríamos replantear la abstención técnica en la segunda votación para volver al no», aseguró en una rueda de prensa en el Congreso.

«No tiene mucho sentido hablar sobre políticas fundamentales para el país con quienes quieren romper ese país», defendió, para añadir, a continuación, que «lo normal» es que asuntos «tan importantes» como los Presupuestos o las pensiones se hablen entre los partidos constitucionalistas.

Su afirmación contrasta con el intento del PP de abrir un nuevo clima de entendimiento con Convergència, y también con el PNV, para contar con ellos cuando empiece la legislatura. La búsqueda de este apoyo explica que los populares respalden que CDC pueda tener grupo propio en el Congreso y que hayan hecho hueco a los nacionalistas vascos en la Mesa del Senado.

El portavoz popular en la Cámara Baja, Rafael Hernando, se ha mostrado públicamente dispuesto a que Convergència tenga grupo, pese a que, en sentido estricto, no cumple con los requisitos. «Hay algún precedente que hemos encontrado que puede llegar a permitir que tenga grupo. Ahora se tiene que pronunciar también el conjunto de la Mesa y veremos si hay una mayoría suficiente», señaló en la Cope. El resquicio jurídico al que se puede acudir es una fórmula que ya se ha empleado en otras ocasiones en el Congreso.

El Reglamento exige el 5% de los votos a nivel nacional –Convergència no los tiene– o, en su defecto, el 15% en las circunscripciones en las que se haya presentado. Cuando tampoco se alcanza esta condición se ha optado, en el caso de los partidos catalanes, por sumar los porcentajes de las cuatro provincias y dividir entre cuatro. Así, CDC sí llegaría al 15%. Este método ya se ha utilizado en otros comienzos de legislatura.

Pero Ciudadanos se opone. En un tuit, Albert Rivera lo adelantó: «Convergència se quedó sin grupo parlamentario en las urnas. Nos opondremos en la Mesa si el PP quiere crear un grupo separatista y darles tres millones de euros». Después lo ratificó Villegas en su comparecencia. Con el Reglamento del Congreso en la mano, defendió, CDC no puede tener grupo propio. Nadie debe «pasar por alto» lo que marca la Ley, dijo, en referencia a la disposición tanto del PP como del PSOE a autorizarlo.

Desde las filas del PP se intentó ayer suavizar la polémica, pero fuentes populares recordaron que «mientras Ciudadanos no dé el sí o el PSOE se abstenga, no hay investidura de Rajoy», por lo tanto, no hay ningún peligro de acuerdos con los nacionalistas. Sobre posibles alianzas posteriores, si finalmente hay Gobierno, fuentes del PP recordaron que «los Presupuestos del Estado sirven para vertebrar España», pero insistieron en que «no hay ningún pacto con nadie».

Los populares también están negociando con el PNV cederle dos senadores para que puedan tener grupo en la Cámara Alta. Una práctica –la transmisión momentánea de parlamentarios– muy habitual en el comienzo de la legislatura y que, sin embargo, el PP criticó duramente cuando, tras las elecciones de diciembre fue el PSOE quien cedió dos senadores a ERC. El PP vinculó esta acción con un supuesto acuerdo con los republicanos para que se abstuvieran en la investidura de Pedro Sánchez. Finalmente, ERC votó en contra.

Fuentes populares aseguraron ayer su predisposición a favorecer que el PNV tenga grupo en el Senado, pero no confirmaron si les cederán dos senadores y otros dos Coalición Canaria. Apuntaron también que lo harán «a cambio de nada» porque los vascos son «gente moderada» con la que «nos entendemos bien» en la Cámara Alta.

Respecto a la posibilidad de ayudar a Convergència en el Senado para que pueda aspirar a grupo propio, el PP negó incluso que existan conversaciones. No obstante, el portavoz nacionalista, Josep Luis Cleries, aseguró la semana pasada que había encontrado «buena disposición» en todas las formaciones políticas, incluido el PP. Tanto PNV como CDC requieren la ayuda de otros partidos para sumar los 10 parlamentarios que el Reglamento del Senado exige para poder tener su propio grupo. Los nacionalistas vascos tienen seis senadores, lo que les obliga a negociar el préstamo de cuatro, y los catalanes, con sólo cuatro, necesitan sumar al menos seis.

CDC confía en que ERC les ceda dos; Compromís, también dos, y otros dos el PSOE. Fuentes socialistas afirmaron ayer que ellos no lo harán.

Revuelta catalanacontra Convergència por sumarse al pacto entre PP y Ciudadanos para elegir la composición de la Mesa del Congreso y la Presidencia de Ana Pastor. «[CDC] se ha vendido por un plato de lentejas», resumió ayer el líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, sobre el gesto de Francesc Homs para allanar las negociaciones y obtener grupo propio en la Cámara.

«No me creo que Convergència no haya votado a favor de la Mesa porque los números cantan», aseguró Domènech sobre el misterio de los 10 votos fantasmaque posibilitaron la mayoría de PP y C’s. El líder de la facción catalana de Podemos fue más allá y se remontó a la época de Jordi Pujol para trazar un paralelismo con lo ocurrido el martes en el Congreso. «El peix al cove [expresión utilizada para referirse a la política pactista del ex presidente catalán con Aznar] se ha convertido en la piraña al cove», ironizó Domènech. «Si pacta con el PP, entiendo que gratis no lo hace. Algún pacto tiene que haber, pero no sabemos a cambio de qué es».

En este sentido, Xavier Domènech también afeó a Convergència que sus intereses coincidan «con los del PP y C’s» y le atribuyó que «el partido de Jorge Fernández Díaz» presida el Congreso, en referencia a la filtración de escuchas entre el ministro del Interior y el ex director de la Oficina Antifraude de Cataluña para investigar a partidos independentistas.

Mensajes contundentes contra Convergència, a quien Podemos dirigió duras críticas durante la campaña electoral por los recortes del anterior Ejecutivo de Artur Mas y el apoyo de CDC a algunas reformas emprendidas por el PP en la pasada legislatura. Ése es el caso de la reforma laboral o la ley de estabilidad presupuestaria, que los nacionalistas validaron pese a que los populares gozaban de mayoría absoluta en el Congreso.

De hecho, En Comú Podem se ha erigido como la casa del derecho a decidir –en alusión al lema la casa gran del catalanisme que siempre ha utilizado CDC– y se ha postulado para ser la «alternativa» a los convergentes en Cataluña después de ganar consecutivamente las elecciones generales de diciembre y junio.

Una estrategia que podría verse truncada por la imposibilidad de formar grupo propio en el Congreso, una de las promesas que En Comú Podem ha repetido a sus electores para reforzar su carácter catalanista. Además, todo apunta a que el PP aplicará el reglamento de forma flexible para que Convergència sí que logre constituirse como grupo parlamentario aun sin cumplir con los requisitos de la Cámara.

En concreto, la norma obliga a los partidos a tener 15 o más escaños –CDC logró ocho en junio– o sumar al menos el 15% de los votos en todas las circunscripciones donde se han presentado. Una condición que tampoco cumplen los convergentes al lograr menos apoyo en las demarcaciones de Barcelona y Tarragona. En Comú Podem, en cambio, sí que alcanza este requisito aunque la Mesa podría denegarle el grupo propio por concurrir junto a Podemos en Cataluña.

El apoyo sorpresa de CDC al pacto entre PP y Ciudadanos en el Congreso tampoco ha sentado nada bien en Esquerra, socio de los convergentes en el Parlament con Junts pel Sí. Pese a que los republicanos trazaron una estrategia de no agresión con sus socios nacionalistas en Madrid, ayer los portavoces de ERC Gabriel Rufián y Joan Tardà cuestionaron el papel de Francesc Homs y su grupo. «No hay que cometer errores tácticos, yo no lo habría hecho», aseguró Tardà, quien vaticinó que será la ciudadanía «la que juzgue si es correcto».

«Buscarse la vida es legítimo; otra cosa es si es ético», reiteró Tardà antes de explicar que «el juego parlamentario da juego para hacer cabriolas de este tipo». «Me chirría que CDC vote a PP o Ciudadanos», admitió Gabriel Rufián.

EL MUNDO – 21/07/16