Todos los votantes, salvo los de Podemos e IU, aprueban a Rivera

EL MUNDO – 19/06/16

· Rajoy y Garzón, los políticos que consiguen una nota más alta entre sus propios electores.

No es muy habitual que un político consiga un aprobado en valoración ciudadana más allá de entre sus propios votantes, o, a lo sumo, entre los de algún partido ideológicamente afín. Sin embargo, con la vista puesta ya en las urnas que se abren el próximo domingo, el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, lo logra.

El líder de la formación naranja no sólo obtiene un aprobado en opinión del conjunto de los españoles al margen de su simpatía política, también consigue superar ese listón entre los electores de cada uno de los partidos a excepción de quienes apuestan por Unidos Podemos.

Es más que probable que Ciudadanos, la formación que ha hecho de la regeneración política y el mensaje de moderación centrista, su principal bandera de campaña, quede situado en cuarta posición tras PP, Unidos Podemos y PSOE, e incluso que pierda algún escaño respecto a los 40 que obtuvo el 20 de diciembre. Sin embargo su líder podrá exhibir un premio que pocos políticos logran: el de la consideración de los votantes.

Y es que Rivera, además de conseguir una nota media de 5 entre todos los encuestados, alcanza un un 5,5 entre los votantes del Partido Popular; un 5,38 entre los del Partido Socialista y un 6,35 entre los electores de su propia formación. Únicamente los simpatizantes de Podemos y de Izquierda Unida le suspenden. Los primeros con un 4,43 y los segundos con un 3,87. Pero, ni siquiera para los integrantes de este espectro ideológico nítidamente de izquierdas, Rivera es el peor valorado. Los votantes de la formación morada puntúan más bajo a Mariano Rajoy y los de Izquierda Unida incluso otorgan peor calificación a Pedro Sánchez.

Un dato interesante a la hora de analizar las respuestas de los votantes radica en el hecho de que el sondeo se realizó después de que los cuatro aspirantes a la Presidencia del Gobierno se enfrentaran por primera vez en la historia de la democracia en un debate televisado en horario de máxima audiencia. A Rivera, que siempre ha gozado de una valoración aceptable entre los españoles, el duelo dialéctico sin duda le resultó rentable.

Pedro Sánchez, el aspirante socialista, tampoco sale mal parado. Consigue la segunda posición con un 4,51. Los más jóvenes –de 18 a 24 años– son los que se muestran más generosos con su nota.

En el caso del líder socialista resulta especialmente interesante la nota que le otorgan los propios votantes del PSOE, habida cuenta de que su nombre está sometido a un continuo debate interno. Y no sale especialmente mal parado: no llega al notable que los votantes populares otorgan a Mariano Rajoy, pero alcanza un honroso 6,44, una nota más alta que la que dan los votantes de Ciudadanos a Rivera (6,35).

El caso de Pablo Iglesias es particular. Su partido está a punto de batir al PSOE pero el líder no concita simpatías en igual medida. El secretario general de la formación morada es el peor valorado de los cuatro candidatos a la presidencia. Su nota es sólo de un 3,85, claramente por debajo de la de su socio Alberto Garzón que logra, al igual que Rajoy, un 4,3. De hecho, los votantes de Podemos casi sitúan al líder de Izquierda Unida al mismo nivel que al suyo, sólo tres centésimas les separan. La mejor puntuación de Iglesias se cosecha entre los electores más jóvenes.

Rajoy, por su parte, alcanza una nota excelente entre los votantes del PP, nada menos que un 7. Ningún otro líder, salvo Alberto Garzón entre sus propios electores, logra llegar tan alto. Con una calificación así no hace sino reforzarse el argumento que el presidente en funciones esgrime cuando se levantan voces que le piden un paso atrás. ¿Por qué habría de darlo si además de ser el número uno del partido más votado, los suyos le apoyan con tanta decisión?

Rajoy consigue mejor calificación entre las mujeres y entre los votantes de 65 años o más. No obstante, en todas las restantes franjas de edad el líder conservador logra situarse por encima del cuatro.

EL MUNDO – 19/06/16