SANTIAGO GONZÁLEZ-EL MUNDO

Las elecciones generales van a ser un espejo deformante que nos devolverá una imagen grotesca de nosotros la noche del 28-A. Como en 2004, como en 2008, el PSOE siempre devuelve España al antiguo Callejón del Gato. Ayer conocimos el lema socialista para las elecciones del día 28, que suena un poco a jaculatoria de parturienta: «Haz que pase», dice un cartel que reproduce la cara de Pedro Sánchez en blanco y negro. Haz que pase pronto, o que sea un ratito corto, buenos deseos para aliviar el trance del parto. Seguramente querían decir: «Haz que suceda», pero no son estas gentes muy versadas en el significado unívoco de las palabras y la polisemia tiende a jugar malas pasadas.

Para arreglarlo estaba la ministra portavoz, que mostró un entusiasmo arrebatado sin demasiada justificación: «Haz que pase. Es de Titanic, es precioso», dijo, y se rebotó contra la razonable observación de que es una historia que acaba mal. En realidad había empezado mal. El trasatlántico tenía algún problema de diseño, lo que le llevó a hundirse en su viaje inaugural después de chocar con el iceberg. Es verdad que el personaje de Leonardo di Caprio dice al de Kate Winslet: «Make it count», pero quizá una traducción más adecuada sería: «Haz que valga la pena». Cualquier observador desapasionado diría que este lema es para que se lo dirijan los electores a Pedro I el Fraude, aunque mucho me temo que su materialización está lejos de las posibilidades de nuestro héroe. Por otra parte, aunque Celaá se refería a la historia de amor, no es un ejemplo para nadie. El novio palma al hundirse con el barco.

Ya he dicho que el retrato de Pedro es en blanco y negro, un flagrante renuncio para un tío que se hartó de decir y de hacer decir a los suyos que la España de Colón es «la España en blanco y negro que pretende volver atrás, frente a la España en positivo que representamos los socialistas». A ver, Pedro, lo contrario del blanco y negro es el color y el positivo que quieres representar deberías oponerlo al negativo de tus adversarios. Una tontería como esta no te la habría dejado pasar Sánchez Ferlosio, que era intransigente con las tonterías y con las faltas de respeto a la sintaxis. No tengo para olvidar el viaje que le dio a Zapatero en Abc, cuando este dijo en 2005 que «las lenguas están hechas para entenderse». Sus respectivos hablantes entre sí, no una lengua con otra, le vino a aclarar en resumidas cuentas el entonces flamante premio Cervantes.

El lema no es muy eficaz, porque el PP, que no suele estar sobrado de ocurrencias, ha tenido una adecuada, al completar el lema socialista «Haz que pase» con «y no vuelvas».

Ayer supimos que EH Bildu, por boca de Arnaldo Otegi y la que fue tremenda alcaldesa batasuna de Hernani, Marian Betialarrangoitia, anunciaron su intención de votar los decretos sanchistas, «pequeños pasos en la buena dirección». Debería bastar este anuncio para que Sánchez hiciese suya una frase del juez Marchena: «No empezamos bien», pero lo completó su diputada en el Congreso al recordar que ella es la diputada número 33 en la Diputación Permanente, compuesta por 65 miembros. Ella será la que incline la balanza hacia el PSOE. Y cuenta que el Gobierno les ha llamado con insistencia para interesarse por su voto. Milagros de la cocina de Nochebuena.

¿Qué quieren que les diga? Las elecciones son un espejo plano. Lo que es grotesco es el modelo que en ellas se refleja.