Un oficio degradante

EL MUNDO 01/02/17
SANTIAGO GONZÁLEZ

Entrevistar a Artur Mas como hizo ayer Alsina, da idea de lo duro que puede ser el oficio del periodismo. Hablar con Mas es como entrar en el túnel del tiempo y reaparecer en aquellos Diálogos para besugos, que Armando Matías Guiu publicaba en El DDT. Este hombre tiene una personalidad múltiple, vean sus ideales: Moisés, Lincoln, Churchill, Gandhi, Juan XXIII, Luther King y Mandela, estos dos últimos seguramente por la color. Cuánto clasicismo, pensarán ustedes, aunque para darle un toque de modernidad ya tiene a Anna Gabriel, Miss Axilas, que ha añadido al santoral a su propia abuela y a Fidel Castro.

Anna Gabriel también le ha puesto fecha para el referéndum: la CUP artífice de su dimisión, ya le ha votado los Presupuestos al hereu y ahora quiere adelantar a mayo el referéndum. Al vicepresidente Junqueras le parece bien y a la portavoz Munté, también. Los dos son partidarios de adelantarlo o mantenerlo en la segunda semana de septiembre, según lo que convenga, aunque no está claro que lo que convenga a Junqueras sea lo mismo que conviene a Puigdemont ni a Mas.

Un año antes del 9-N, que le va a sentar en el banquillo, una tal Teresa Pous le dedicó un libro en forma de entrevista, titulado Servir Catalunya. Artur Mas, l’ home, el polític, el pensador (sic). La filósofa Pous citaba otro de sus referentes al que él no había citado en los mítines. Cuenta que siendo niño, se le cayó en la cabeza una paella con aceite caliente, vivencia que le vincula más a Obélix, que a su edad cayó de cabeza en la marmita de la poción. «Desde entonces se quedó así», podría haber concluido la biógrafa.

Véase como prueba el diálogo improbable mantenido con Alsina sobre el juicio del lunes: «En este juicio no hay base legal, porque está instado por la Fiscalía General del Estado en connivencia con el Gobierno español. Quince días después dimitió el fiscal general del Estado. La opinión de los fiscales catalanes ha sido tumbada por el fiscal general del Estado». Los principios del Ministerio fiscal son: la unidad de acción y la dependencia jerárquica (art. 124.2 de la C.E.).

Es cosa sabida que Torres- Dulce no acababa de sintonizar con el Gobierno, pero no era precisamente por ese fuego fatuo que alimenta la pasión de catalanes.

Por otra parte, le recuerda el periodista, «el auto de procesamiento lo firma un juez, no la Fiscalía, y el tribunal que lo va a juzgar lo integran tres magistrados del TSJ de Cataluña», a lo que el Astut replica: «Y podrían haber evitado el juicio pero no lo han hecho». «Luego ellos sí le ven base legal», responde atinadamente Alsina. «Bueno, pues usted le verá base legal». «Los jueces, no yo».

Desde ayer, este oficio se inscribe entre los trabajos peligrosos, insalubres o degradantes. Por no hablar de los jueces que lo van a encausar el lunes. Y de los funcionarios que han sido invitados a dejar sus trabajos el lunes para manifestarse por este tipo. ¿De verdad, piensa, presidente, que esto lo puede arreglar con tres viajes al mes de la vicepresidenta a Barcelona? ¿Qué diálogo cabe establecer con esta tropa?