Un PSOE quebrado desbloqueará hoy la investidura de Rajoy

ABC – 23/10/16

· El Comité Federal va a ordenar la abstención a los 84 diputados pese al PSC y los sanchistas.

· Blanco podría estar en la Mesa del Comité La gestora sopesa poner al exministro y ex secretario de Organización José Blanco en la mesa del Comité Federal para controlar el desarrollo del cónclave.

· La gestora asume que el PSC y las federaciones del «no» harán ruido arropados por la militancia, pero está decidida a llevar adelante un gesto de autoridad.

Hay dirigentes y militantes del PSOE que comparan lo que va a suceder hoy en la madrileña calle de Ferraz con la renuncia al marxismo, la cual provocaría la dimisión de Felipe González en el XXVIII Congreso (1979) para regresar cuatro meses después a la secretaría general de un partido socialdemócrata europeo. Otros lo tildan de «exageración» interesada porque aprobar la abstención en una investidura, por más que sea del «odiado» Mariano Rajoy, dicen, no deja de ser una decisión «táctica» que se agota en sí misma. «El PSOE sigue liderando la oposición y lo va a demostrar», sostiene para ABC uno de los dirigentes que hoy están al frente del partido.

Lo cierto es que, como hace 36 años, para el PSOE habrá un antes y un después de este 23 de octubre. A un lado, Pedro Sánchez y sus fieles en la anterior ejecutiva: el PSC catalán, País Vasco, buena parte de Madrid, Castilla y León y Galicia. Y las «pequeñas» Cantabria, La Rioja, Navarra, Murcia, Ceuta y Melilla… además del 80% de la militancia, que en las asambleas locales ha dejado clara su ira.

En el otro «bando», que diría Sánchez, mas o menos la misma mayoría orgánica que el 1 de octubre forzó su dimisión para evitar que España fuera a terceras elecciones y el PSOE «al precipicio». Lo forman la todopoderosa federación andaluza –suyos son 60 de los 259 miembros del Comité Federal con derecho a voto–, Extremadura (15), Aragón, Asturias (11, con el presidente de la gestora, Javier Fernández, al frente), Castilla-La Mancha (13) y parte del PSOE valenciano PSPV, que acude al cónclave muy dividido.

Los del «no» dan por perdida esta batalla, pero no la guerra por el control del partido. Sostienen que Díaz y los suyos han hundido la autonomía del proyecto y, ahora sí, corre riesgo de ser sobrepasado por Podemos en la próxima cita con las urnas. La gestora y sus apoyos replican que es Sánchez quien les ha metido en este callejón sin salida con su empecinamiento tras las elecciones del 26-J en no facilitar la gobernabilidad al más votado. En su «huida hacia delante», como la califican, el exlíder regaló los oídos a una militancia excesivamente «podemizada» –Javier Fernández dixit– para enfrentarla a quienes le venían exigiendo responsabilidades por los sucesivos fracasos electorales.

Lo que sí da por seguro este sector, que hoy manda en el PSOE, es que el «no» hará mucho ruido hoy en la histórica sala Ramón Rubial de Ferraz porque viene de la mano de Miquel Iceta, Francina Armengol, Sara Hernández, Luis Tudanca e Idoia Mendía, todos ellos con mando en plaza. Su discurso goza de amplio eco en las bases, como lo demuestra la recogida de firmas llevada a cabo por el activo alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez, que asegura haber recabado –todavía no las ha presentado– 94.000 firmas de militantes, algunos muy relevantes, como José Borrell, Núria Parlon o los alcaldes de Valladolid e Ibiza, para pedir que se escuche el «no» de los militantes y haya un congreso.

No a la abstención de solo 11

Pero las grandes federaciones no parecen conmovidas. El lunes, Fernández acordó con Susana Díaz y Guillermo Fernández Vara la «hoja de ruta», que incluye al inicio la elección de los tres nuevos miembros de la mesa del Comité: sacarán al vasco Rodolfo Ares y la catalana Nuria Marín, sanchistas, para garantizarse la mayoría que ahora no tienen. Seguirá con un único punto del orden del día: «Debate y votación de la posición política del grupo parlamentario socialista ante el proceso de investidura».

Es decir, según explican fuentes de la gestora a este periódico, el máximo órgano del PSOE hará un mandato «a los 84 diputados» del Grupo Socialista para que se abstengan en segunda votación. En la primera, los socialistas seguirán en el «no», que su portavoz parlamentario, Antonio Hernando, justificará en su discurso ante el pleno del Congreso en su determinación de liderar la oposición al PP y no dejar a Podemos el terreno libre.

Lo único que no está claro –lo decidirán esta mañana sobre la marcha– es si la votación del Comité Federal será por llamamiento o secreta, en urna, como temen los sanchistas que quiere para evitar quedar «marcada» ante la militancia. Otra cuestión que están barajando en la gestora es incorporar a la mesa del Comité a José Blanco para controlar el desarrollo del cónclave. Pero lo que va a pasar en el pleno del Congreso la semana próxima sí está claro. Ya no hay posibilidad de una abstención de solo los once diputados que desbloquean la investidura. Es un mandato «cerrado» y no se va a «blanquear» el «pulso» del PSC al PSOE, avisa Ferraz. Miquel Iceta ya ha dicho que los siete diputados catalanes votarán «no»; de hecho, el viernes se citó toda la delegación y algunos propusieron no participar hoy en la votación del Federal para evitar caer en la contradicción de no acatar el resultado. Iceta y los suyos lo tumbaron.

Parece que de nada van a servir los esfuerzos de Eduardo Madina, el castellano-manchego, Emiliano García-Page, o el valenciano, Ximo Puig, que no veían con malos ojos una abstención «técnica»: solo los once diputados necesarios para la investidura, mientras los otros 73 votan «no». Javier Fernández explicó el viernes que el Comité Federal votará esta mañana «exclusivamente» si facilita o no la reelección de Rajoy. Y que «el cómo se va a ejercer ya se vería la fórmula» a lo largo de la próxima semana.

Quieren un escarmiento

El presidente de la gestora parecía abrir la mano porque no quiere romper su neutralidad, pero las fuentes consultadas insisten en que está sin fisuras a una con Díaz, Vara y la mayoría del Comité Federal : no ceder al desafío de autoridad del PSC, porque «arrastraría» a los diputados de Baleares y a los más afines a Pedro Sánchez en el Grupo Socialista, como la madrileña Margarita Robles, la aragonesa Susana Sumelzo o el canario Franchi.

Frente a esa tesis que, en el fondo, aspira a convertir este episodio en un escarmiento al díscolo partido hermano en Cataluña, Madina y otros barones de la mayoría –incluso algunos del «no» que aceptan la displina de voto, como César Luena, Patxi López, Mendía o Sara Hernández– creen que lo inteligente sería salir hoy del Comité con una resolución aprobada por abrumadora mayoría. Y diluir los «noes» voluntarios –una quincena en total– en el «no» generalizado del Grupo Socialista menos los once diputados señalados para facilitar la investidura.

ABC – 23/10/16