Un testigo protegido sitúa a Artur Mas en la cúpula de la trama criminal

ABC – 11/03/17

· «A partir de ahora las adjudicaciones han de ser a través de Germà Gordó», le dijo en 2007.

· Los investigadores del caso del 3 por ciento tienen como objetivo «descubrir la cobertura que Andreu Viloca tenía en CDC» para realizar las actividades que se le imputan: el cobro de importantes cantidades de dinero a las adjudicatarias de obra pública para financiar de forma ilegal la formación de la que era tesorero. «Es decir, se trata de saber quién o quiénes del partido conocían y consentían, incluso ideaban» este esquema de comportamiento.

Al diputado autonómico, exconsejero de Justicia y antiguo gerente de CDC, Germà Gordó la investigación no le atribuye el papel de líder; considera, a tenor de las numerosas pruebas acumuladas, que desempeñaba «el papel de conseguidor o recaudador» de la organización criminal. Por ello, a día de hoy la «X» del 3 por ciento está aún sin resolver, aunque en el sumario hay algunas claves que dan pistas.

«A ver qué va a pasar»

La declaración de un testigo protegido ante la Fiscalía Anticorrupción el pasado noviembre es básica. Esta persona no ha dudado en señalar al expresidente de la Generalitat, Artur Mas, con quien se reunió en su despacho entre 2006 y 2007 cuando era el líder de Convergència. Allí le esperaba también Gordó, quien le había convocado. «Yo había realizado donaciones a Catdem». Mas le dijo: «A partir de ahora todas las adjudicaciones han de ser a través de Germà Gordó», pero el empresario siguió con su actividad normal. Por tanto, según él Mas estaba al tanto de todo.

Pasado el tiempo, ya en 2010, con Mas de presidente, este testigo se encontró con Gordó en una entrega de premios. «Tú no obedeces. Ahora a quien no obedeces es President, a ver qué va a pasar». El declarante asegura que se sintió «extorsionado». «Fue muy desagradable», señala en su declaración. Asimismo, en el sumario hay una anotación que alude a una reunión en la calle Córcega, sede de CDC, «con el presidente». Pero es que además entre los detenidos en las diferentes fases de esta investigación hay personas de total confianza del líder nacionalista por lo que no parece verosímil que actuaran a sus espaldas.

De esta forma, las sospechas sobre Mas aumentan y su horizonte político presenta cada vez más incógnitas. La acumulación de indicios está llevando al expresidente de la Generalitat a una situación insostenible, señalado por todos los partidos de la oposición como un personaje ya amortizado para la política. El único que parece no entenderlo es él, que ha visto como las revelaciones del caso Palau durante las sesiones del juicio, y lo descubierto en el transcurso de la investigación del 3 por ciento, están dinamitando su intento de volver al primer plano de la política. Mas no lo ve así: «No me he planteado abandonar la política, ¿por qué? Ha sido mi vida en los últimos 20 años. ¿No sé qué obsesión hay en que me aparte de la política, y menos en este momento soberanista».

La fe en Gordó

Pese a estas consideraciones, Mas reconoció en una entrevista en Rac1 que «la imagen de CDC está bajo sospecha. No lo puedo negar. Pero CDC se ha sacrificado. Se autoliquidó. Nació otro nuevo partido (PDECat), que está fuera de toda sospecha…¿no es suficiente autocrítica?». En una reacción habitual en estos casos, a mayor claridad en los indicios, más rotundo fue el desmentido.

Por segunda vez en días, Mas dijo ayer que volvería a poner la mano en el fuego por Daniel Osàcar, extesorero de CDC. La diferencia es que la primera vez que lo hizo Fèlix Millet y Jordi Montull aún no habían expuesto ante el juez, y también ante la opinión pública, que el Palau era en realidad un vehículo para el cobro de mordidas por parte de CDC.

Ayer no solo volvió a expresar su confianza en la «honorabilidad» de Osàcar, sino que extendió esa fe a Germà Gordó, exconsejero de Justicia de la Generalitat y exgerente de CDC, a quien los últimos informes de la Guardia Civil definen como un «conseguidor», el enlace entre los empresarios y el partido. Sostienen que es la explicación a «sus gestiones, comidas e interlocuciones (algunas en la propia sede del partido o en la de la Generalitat)» con buena parte de los empresarios detenidos en las distintas fases del caso y que siguen investigados. En algunos casos, coincidía con el extesorero Andreu Viloca, también arrestado.

El sumario del 3 por ciento pivota sobre la «existencia de toda una trama delictiva que subyace en la estructura de la contratación pública de las Administraciones catalanas, controlada desde CDC», se recoge en una de las conclusiones tras el análisis de miles de documentos. Este material (incautado en Teyco, CatDem, CDC, Infraestructures de la Generalitat de Catalunya y las empresas Copisa, Oproler y Rogasa, así como en las casas de los empresarios) evidencia de forma clara el esquema de concesiones y mordidas y revela la participación de alguien «con peso político y social en CDC y la Administración catalana».

En las primeras fases (octubre de 2015) la Guardia Civil halló también documentos en los que aparecen los nombres de dos de los Pujol. En el domilio del empresario Xavier Tauler (Copisa) se halló un documentos con una tabla de obra civil adjudicada que conseguiría esta constructora a través de la intermediación de dos empresas propiedad de Jordi Pujol Ferrusola (Iniciatives Marketing i Inversions y Project Marketing Cat), por la que esta última facturaría a la primera en concepto de «asesoramiento» entre el 1,5 y el 3% del total de la obra. La mecánica está descrita en otro documento donde están las iniciales JPF.

En otro papel manuscrito hallado en el despacho de Sergio Lerma de la empresa Oproler en Madrid figura, como avanzó ABC, el nombre de Oriol Pujol bajo la anotación «Conseguidores». «Pudiera estar relacionado con la intermediación a cambio de comisiones ilegales», subraya en su informe la Guardia Civil. «A la oferta final hemos de sumar un 3,5% para las personas que nos ayudan a entrar en esta obra (…)», se recoge en un mail de Lerma, quien guardaba en su casa 234.700 euros. Y en otro manuscrito se detalla un importe de 200.000 euros que hay que pagar como «donativo». El literal es el siguiente: «200.000 porque sí, firmamos GASTO. ¿Cómo se da esta cantidad? ¿Donativo?».

Mas ha matizado que su «responsabilidad directa» no era llevar las finanzas o el servicio jurídico, sino que «era poner al frente de estos departamentos a gente que lo hiciera bien» y volvió a escudarse en que a él, los responsables de las finanzas de CDC, le decían que todo estaba bien. Aún es pronto para saber si el caso Palau y el 3% –un todo compacto– frustrarán el regreso de Mas a la política. Por lo pronto, comparecerá en el Parlamento catalán en breve.

ABC – 11/03/17