Y viceversa

EL MUNDO 25/10/16
ARCADI ESPADA

· El PSOE es el partido que más se parece a España: su división es la división española provocada por cuarenta años de incesante nacionalismo.

UN antológico cinismo socialdemócrata (no ha habido nada mejor desde El mundo en vilo a la espera de las represalias de Bush) asegura que el Psoe ha logrado sacar a España del bloqueo. Comprendo la necesidad socialdemócrata de recomponer la figura, pero el Psoe aún no ha hecho nada explícito por España. Todos sus trabajos, en este año de la basura, han estado orientados a sí mismo, en un proceso narcisista, acomplejado y finalmente autodestructivo. La abstención ante Mariano Rajoy es el último capítulo del proceso. Y tal vez el primero de su regeneración. Si logra mantener la unidad, desde luego, porque sería inconcebible que después de un año de bloqueo los diputados socialistas fueran incapaces de mantener una postura común ante la investidura. Inconcebible, y la prueba de que en el Psoe hay dos partidos.

Sin embargo, la irresponsable pasividad del Psoe ante la situación española no quiere decir que su problema interno sea otra cosa que un reflejo. Se demuestra de nuevo que es el partido que más se parece a España: su división es la división española provocada por cuarenta años de incesante nacionalismo. Socialistas catalanes, navarros y vascos han promovido, al ritmo de Iceta, el líbranos señor de Rajoy. Pero sus histéricos dramitas apenas convencen a nadie. La penosa situación electoral que viven en sus territorios los ha ido sumiendo en un desconcierto táctico, estratégico, ideológico y político, del que el Psc es la referencia modélica. El desconcierto ha acabado por llegar al comité federal; pero este organismo no es suficiente para abordarlo. La cuestión irremediable es que los habituales votantes de la izquierda están divididos entre los que plantean una revisión del sujeto de soberanía y los que se niegan a ello; entre los que aceptarían referéndums de autodeterminación y los que no. Esa división que hasta la crisis catalana solo afectaba a la ultraizquierda ha llegado al Psoe: y no hay Declaración de Granada que pueda suturarla.

De ahí que tampoco sea tan mala cosa que los socialistas sigan en su ensimismamiento, pues España tiene un serio problema que es el Psoe y viceversa. Sabemos, además, desde Ayn Rand que el egoísmo es la primera condición de la eficacia altruista. Pero de ahí a la desvergonzada apología del secuestrador que después de un año de asedio, y ya vencido por el hambre, el frío, la sed y la razón, accede a liberar a su víctima hay un enorme y embarrado trecho moral.