¿Por qué nos odiamos?

César Alonso de los Ríos, ABC, 25/6/11.

El odio que se tienen la izquierda y la derecha españolas es tal que les impide ponerse de acuerdo frente a los grandes problemas

Nuestro sistema de partidos da pavor. En más de una ocasión he escrito sobre el odio que se tienen la izquierda y la derecha españolas. Es un odio tal que les impide ponerse de acuerdo frente a los grandes problemas. Por ejemplo ahora, en relación con la «crisis» económica. Para unos y otros el odio forma parte de su definición. Es una cláusula de estilo, una prueba de la militancia. Y si a este hecho se suma otro tan singularmente español como es la existencia de partidos nacionalistas, cuya naturaleza se basa en la insolidaridad, ¿cómo esperar que el sistema de partidos no llegue a provocar una inseguridad radical en los ciudadanos? La crítica del 15-M al sistema de partidos es una consecuencia de esta situación aunque, a mi entender, ingenua y elemental. No apunta a las causa última de nuestra tragedia y que, en definitiva, es el «resentimiento» trágico del que habló Unamuno en las vísperas de su muerte: nuestra vocación al suicidio colectivo. No parece que los chicos del 15-M hayan llegado a intuir la razón de esta situación y que no es sino el fracaso de lo que en su día llamamos la «reconciliación nacional». Pero si llena de espanto la incapacidad del PSOE y del PP para hacer un pacto de Estado contra la crisis económica, ¿no es asombroso el experimento de Bildu, esto es, la resolución del terrorismo de un modo tan florentino a través de unas elecciones municipales? La toma de poderes tan decisivos en el País Vasco por parte del brazo civil de ETA se está llevando a cabo gracias a las cesiones de los dos grandes partidos a los nacionalistas vascos. Piensan que sus posibilidades hegemónicas dependen de estos y de CiU. La victoria de ETA a través de Bildu está siendo disimulada por parte del PSOE como parte del proceso de extinción de la propia ETA, y está siendo aceptada «de hecho» por el PP como el comienzo de su rearme gracias al posible entendimiento con el PNV. ¿Y después? Después seguirán odiándose izquierdas y derechas.

César Alonso de los Ríos, ABC, 25/6/11