Debate sobre la película de John Ford: El hombre que mató a Liberty Valance

 

animación en ventana aparteEsta página tiene su origen en el blog de Arcadi Espada, desde una afirmación del periodista y escritor de izquierdas Ivan Tubau en que acusaba de fascismo al director John Ford y al personaje interpretado por John Wayne. Unos amigos comentaron en correos personales su sorpresa por esas afirmaciones. La discusión completa sobre este tema en el blog de Arcadi la hemos reunido aquí.

 

 

¿Era fascista John Ford?

Esta página tiene su origen en el blog de Arcadi Espada, desde una afirmación del periodista y escritor de izquierdas Ivan Tubau: «Ford, sí, con f de formidable y de fascista (vid. para ambas cosas «El hombre que mató a Liberty Valance», sin ir más lejos)» (17/6/2004). En los días siguientes se explaya en respuesta a varios contertulios: «Que quien lo tenga en VHS o DVD ponga si quiere Liberty Valance y compruebe si no es punto por punto una justificación avant la lettre de los GAL de González/Galindo y de todos los terrorismos de Estado con coartada democrática. Por supuesto –y sin forzar nada– Lee Marvin es ETA, John Wayne el GAL, James Stewart…» (18/6/2004). «Volviendo a Ford y para acabar con él: me parece evidente que toda su obra (incluida la usualmente «salvada» Cheyenne Autumn), su comportamiento en los rodajes y su modo de expresarse («Me llamo John Ford, hago westerns») muestran con claridad meridiana, a quien quiera y sepa verla, la soberbia de pedernal que sólo la extrema derecha racista alcanza en sus ejemplares más inspirados.» (20/6/2004)

Unos amigos comentaron en correos personales su sorpresa por esas afirmaciones. La discusión completa sobre este tema extraída del blog de Arcadi puede verse aquí. Ver también la animación sonora que hemos preparado sobre esta película.

 

«El hombre que mató a Liberty Valance»

Animación: El hombre que mató a Liberty Valance
Ver la animación sonora de esta película. 

La esencia del género del Oeste es la transición del salvajismo a la civilización. De las praderas y sus manadas de búfalos a las ciudades unidas por el ferrocarril. De un mundo recorrido por héroes, pieles rojas y bandidos a otro constituído por ciudadanos. John Ford es probablemente el director que mejor ha reflejado esa evolucióna través de las contradicciones del «factor humano». En «El hombre que mató a Liberty Valance» deconstruye la leyenda de un héroe que se enfrenta al bandido que amedrenta al pueblo y se convierte por eso hecho en senador de los EEUU. Lo que nos descubre bajo la leyenda es una realidad humana mucho más rica, y más próxima de lo que parece a nosotros y a nuestro mundo actual.

El joven abogado Ransom llega en la diligencia al pueblo de Shinbone perdido en medio del Oeste. Pero ya antes de llegar, la diligencia es asaltada por Liberty Valance. Ramson intenta oponerse al robo y queda tirado en el camino entre sus libros de leyes destrozados. La primera lección que recibirá, es que la única ley que funciona allí es la «ley del Oeste», es decir, la ley del más fuerte. Si el mal está encarnado en Valance, el bien lo está en Tom Doniphon (John Wayne), un vaquero que se gana la vida capturando caballos salvajes: «Valance es el más duro de este territorio, salvo yo». Ransom se enfrenta al dilema de que la ley precisa de  la fuerza para imponerse a la fuerza. Finalmente se enfrentará al pistolero con un revólver sin ninguna posibilidad de ganar. Será salvado por Tom, que en el momento crucial se adelanta asesinando al pistolero. Por su generosidad, Tom perderá a la chica, que se irá con Ramson reconocido por el pueblo como héroe.

En realidad Tom y Liberty -el héroe y el bandido- son los dos polos de una misma situación. Desaparecido el uno desaparecerá también el otro. En el mundo moderno ya no hay sitio para pistoleros, sean buenos o malvados. El empleo de la fuerza para defender la ley, pasa a ser patrimonio del Estado y ha de estar sometido a esa misma ley.

En esta película, el papel representado por John Wayne  ilustra el pensamiento de Pascal: «No pudiendo hacer que lo justo sea fuerte, hágase que lo que es fuerte sea justo». Este papel, tan estupendamente retratado en el género de Oeste, es el del ser fronterizo, el mediador o mensajero entre dos mundos, que por pertenecer a ambos está condenado a no asentarse jamás en ninguno.

Mario Onaindía describió este arquetipo como un explorador, vestido con chaqueta de indio y pantalones del ejército. Alguien que nunca llegaría a ser aceptado por los indios o por el ejército como «uno de los suyos» pero que ha de entenderse con ambos. Por eso está condenado a desaparecer una vez cumplida su misión de conducir la caravana a salvo al otro lado del río.

En esta película es ése el personaje de John Wayne, que pone su fuerza y su honestidad al servicio de un mundo en el que él ya no tendrá cabida. Joseba Pagazaurtundua también era de estos.

Las situaciones de transición suelen ser de las más difíciles de entender y las que con más facilidad caen bajo la reducción de estereotipos. Véase como ejemplo la descripción publicitaria de esta misma película:

«James Stewart es el torpe y encantador hombre de leyes decidido a limpiar el hermoso lugar de Shinbone de molestias y de malvados; el peor se llama Liberty Valance (…). Stewart y el duro John Wayne se encuentran, además, enamorados de la misma mujer (Vera Miles). Uno conseguirá a la chica y el otro al pistolero».

Nada de eso: Uno se queda con todo y el otro se queda sin nada. Pero tras esa aparente injusticia se encuentra una ley fundamental de las sociedades humanas que el genial Ford nos ayuda a comprender.

Y ¿qué tiene todo esto que ver con nosotros y con nuestra época? Ahora tenemos una ley y un Estado democráticos y ya no hay lugar para pistoleros, ni buenos ni malos. Sin embargo, cuando hace dos siglos Thomas Jefferson dijo que «El precio de la libertad es una eterna vigilancia», nos advertía de que los peores fantasmas del pasado pueden volver. De hecho, cuando la libertad se encuentra amenazada vuelven a parecer las actitudes que vemos en esta película o en otra igual de importante: High Noon («Sólo ante el peligro»). La miseria moral, el intento de eludir complicaciones mirando hacia otro lado. La irresponsabilidad en los dirigentes políticos y en muchos ciudadanos. (Alex)


Comentarios de amigos en correos personales

 

J.M.P. 28/6/2004

El otro día leí en el blog de A.Espada, la opinión creo que de Iván Tuvau que calificaba a «El hombre que mató a Liberty Valance» como repugnante desde el punto de vista moral. Hombre, yo que justo la había vuelto a ver tres días antes con mis tiernas hijas, me quedé de piedra. Es que además siempre me había gustado mucho y la última vez aún más. Me pasé los tres días siguientes palpándome por donde suelen quedar los correajes y al no notar nada… no me quedé por ello tranquilo.

¿Cómo lo veis, vosotros que sé que sois aficionados? En un mundo todavía sin ley el personaje de John Wayne es… ¿un fascista? Luego, el fascismo no lo inventó Mussolini sino que ya existía desde unos cuantos milenios. Miles de milenios. El homo habilis.

Sin el personaje que hace John Wayne no hubiese sobrevivido el abogado que hace James Stewart. El moralmente repugnante, salva al abogado y hasta se queda sin novia . A mi no me extraña, dadas las circunstancias, la poca fe de tal personaje en la ley, aunque sin embargo ante la cobardía general, pone fin a la ley del más fuerte. Y facilita la llegada de la ley y el fin del imperio de las pistolas. Paradojas, digo yo.

¿Qué más enseña la película? A los espectadores que una vez conquistada la ley es intolerable el papel de las pistolas como método para imponerse a los demás. Al pistolero se le encierra. Sólo cabe ya la ley para resolver los conflictos.


 

M.I.C. 28/6/2004

Es una película que la ví bastante joven y me encantó y si me llegan a preguntar entonces (15 ó 16, creo) hubiera dicho sin dudar que el personaje de J. Wayne es de lo más legal en todas las acepciones incluso en la coloquial. Cuando leí lo de Ivan Tubau, con el que no suelo estar de acuerdo casi nunca, me quedé pensando en lo que dice del GAL, y me dije: igual tiene razón. Pero yo creo que no, James Stewart estaba en inferioridad de condiciones, era una pelea desigual. Tú lo dices, era la ley del más fuerte, que no era el Estado sino una persona o banda. El estado en el caso del GAL tenía todas las armas y era el más fuerte pero las usó mal y en mi opinión, egoístamente. Me cuesta creer en las conspiraciones ya os lo dije, pero el 13 de marzo no dejé de pensar en el GAL y que algunos fantasmas vuelven una y otra vez.

De todas formas Ivan Tubau ya tachó a J. Ford de fascista, etc. Yo compré hace poco un libro «Tras la pista de J. Ford» que es demasiado denso para mí, y lo dejé un poco aparcado de momento. No lo sé, Mario Onaindía hablaba algo en el primer tomo de esta película ¿no?

Sí dice algo el libro algo de John Ford con lo que estoy totalmente de acuerdo y es el trato a las mujeres en sus películas. No puedo ahora meterme en jardines, pero a mi me gusta mucho la Maureen O’Haara de «El hombre tranquilo» y el personaje de la chica de «El hombre que mató a…..» también. La comparo por ejemplo con las dos mujeres de High Noon («Sólo ante el peligro»), en las que ninguna de las dos está a la altura de él, pero que conste que los personajes de ellas están muy bien. Tienen lo bueno de las mujeres en general pero también tienen lo malo.


Alex, 29/6/2004
Cuando escribí para la máquina del tiempo que las batallas del futuro se decidirán en el pasado, creía que sólo estaba haciendo un chiste. Pero luego empecé a darme cuenta de que era más serio de lo que pensaba. Estos izquierdistas revenidos que no han superado la caída del muro sobre sus neuronas en desuso, vuelven a las películas de John Ford para llamarle fascista porque nos recuerda que la libertad hay que estar dispuesto a defenderla. Yo también siento dentro al John Wayne de esta peli, aunque disparando sería el patoso James Stewart. De hecho una de las mejores cosas del film es que ambos están separados en personajes distintos. No como en la realidad que algunos los llevamos dentro compitiendo dentro por nuestra alma. Uno está condenado al pasado y el otro es el futuro (de la sociedad en que vivimos). Pero ambos están dentro de uno y no se llevan demasiado bien. Yo siento que mi padre fue un John Wayne frustrado tras matar a Liberty Valance y quedarse hasta sin enemigo. Y siento que mi madre fue la chica de esta peli después de aprender a leer y escribir. Ambos más que juntos, revueltos, diciéndome lo que esperan de mí. ¿Os imagináis?


J.M.P. 29/6/2004

(…) Me gustan el cine de John Ford y los westerns en general. Es más, siento emociones muy fuertes cuando los veo. Han llegado a convertirse en mis películas favoritas. Me parece que a pesar de haber sido rodadas hace tantos años plantean problemas eternos. Encima suelen estar muy bien escritas e interpretadas. El placer total. Uno de los problemas que plantean es como se desenvuelven los hombres en un mundo sin ley. Un mundo sin ley, desconocido, hostil, lleno de competidores sin escrúpulos y con ganas de sobrevivir… No creo que tales películas sean un canto a tal estado de cosas sino más bien nos cuentan como se las arreglaban para seguir adelante. Algunas veces los buenos vencían con su buena puntería. Pero eso no es un canto a las armas y un desprecio a las «reglas». Era la única manera de sobrevivir.

Los que consideran tales películas como fascistas no saben lo que dicen. Deben pensar (no tengo otra manera de decirlo, lo siento) que es preferible volver a las pistolas para solucionar los conflictos. Que tu vecino te mira mal, pues hala le pego un tiro. Que el de la tienda no me da bien la vuelta, pues hala otro tiro… No, no. Todo lo contrario. Es mucho mejor para todos que haya ley, igual para todos. Que sólo vayan armados los policías y que éstos hagan uso de sus armas sólo en casos extremos. Que haya jueces independientes e inamovibles… Lo que sucedía en el salvaje oeste es sólo una metáfora de la pesadilla que supondría la ausencia de un Estado. Es la metáfora de una sociedad balbuceante e inerme. Sólo sobreviven los de la buena puntería. Pero los de la buena puntería, no son fascistas. Son los afortunados.

Vaya, que no es justo que sólo tengan posibilidades de sobrevivir los que tengan buena puntería. Eso es lo que se llamó «darwinismo social».

Quizá a Iván Tubau le parezca moralmente repugnante porque los western no plantean la subversión de la sociedad, sino su construcción. Es verdad que los westerns no son revolucionarios. Afortunadamente los héroes de los westerns son lo contrario de los montoneros. Anhelan una sociedad.


 

M.I.C. 30/6/2004

El nombre de John Ford sale a menudo en el blog de Arcadi Espada  y con esa discusión sobre si es fascista o no.

Y fíjate qué casualidad, hace cosa de un mes, una amiga que da clases en un Instituto a críos de 15-16 años me pidió alguna película para pasar en clase a los alumnos y pedirles luego un comentario sobre la misma. Le dejé «El hombre que…….» y me comentaba el otro día que tenía que ver lo que habían escrito, sin pies ni cabeza dice, pero quiero verlo a ver cómo es eso.

El héroe de la película y no sólo para mi, siempre fué John Wayne, Ransom (James Stewart) siempre fué secundario, como un instrumento. Sin embargo, en este libro se dice que  Wayne estaba picado porque del papel de héroe fue para otro, J.Stewart, lo que no se discute por el autor.

Todos somos distintos pero es increíble también los que nos parecemos. La dos almas, los dos personajes tan opuestos o contradictorios los tenemos todos o al menos muchos y  pasamos la vida intentando poner paz entre ellos (esto es muy cursi) o pensando quién tiene más razón. Y, curiosamente como parece que estamos poniendo la casa patas arriba, me vuelve a asaltar cosas relacionadas con el feminismo y todo eso, lo que hacía muchos, pero muchos años que no pasaba. Pues te diré que yo creo que además las mujeres, algunas, tenemos también otros personajes opuestos (y ya van cuatro), pero lo dejo para otro día.


J.M.P. 30/6/2004

De no haberle pegado Wayne un tiro al malo, los ganaderos hubieran impuesto su voluntad a través de Liberty Valance y sus matones. ¿Os dais cuenta de que tales caballeros son una especie de anarquistas? Desean conservar el status de «Territorio Libre». Lo que significaba que se negaban a integrarse en el Estado. Los diariamente pateados por Liberty querían a toda costa integrarse en el Estado, ahora no recuerdo cual. Este deseo sigue molestando a algunas luminarias de izquierdas que siguen viendo en la civilización la causa de la corrupción de los hombres.

Otra consideración: John Ford plantea en sus películas situaciones complejas y extremas que atormentan a sus protagonistas. Y sus pasiones no siempre son positivas. Por eso los simples le acusan de fascista. Cosa que por cierto no fue nunca. Y cuando tuvo que dar la cara la dio: en la caza de brujas sin ir más lejos. Y sus héroes son a veces ásperos, irritables, obstinados pero también leales, saben perder (algo muy fácil de decir y muy dificil de soportar para cualquiera) y dan un gran valor a la amistad. Y ansían siempre volver a casa al final de su vida. ¿Ford fascista? Demasiado complejo para los simples. Malos tiempos para John Ford: el nuevo totalitarismo de la corrección política ha tomado el poder en el mundo. La basura perfumada.


 

J.M.P. 1/7/2004

Hacía tiempo que no leía algo tan imbécil sobre Ford y sus películas como el escrito de Tubau. Es desalentador comprobar el peso, o mejor la huella que deja en los cerebros la repetición de lugares comunes. Este hábito que Flaubert ridiculiza en su Diccionario sigue estando vivo y coleando. Y supone la santabarbara de todos los imbéciles. Malos tiempos para el pensamiento libre. Se está imponiendo un lenguaje estereotipado que va a hacer imposible cualquier discusión. La izquierda más atrofiada ha encontrado un hábitat ideal. Mientras se oiga a sí misma chapotear en un dedo de agua estancada va a sentirse encantada. Salirse del rebaño cada vez va a estar peor visto. Cuando el otro día Tubau dijo calificó a nuestra película de moralmente repugnante pensé lo poco que se cambia en realidad, la gratificación que siente el imbécil hacia sus propias tonterías, lo tranquilizador de las fórmulas…En cuanto alguien se refugia en el concepto «progresismo» puede rebuznar cuanto quiera. Todo lo que quede fuera será reaccionario. Fin del problema.

Así que una de las obras más hermosas y complejas de la historia del cine. Algunas de las mejores historias y de los personajes mejor dibujados…es simplemente un subproducto de la derecha racista. Bien. El que alguno de los personajes de Ford sea racista hacen de su director y de su obra un fascista. Bien. O el hecho de que nos presente en «Centauros del desierto» a un hombre atormentado por el asesinato de su familia se vaya a buscar a su sobrina raptada y a matar apaches en vez de llamar al FBI o a dialogar con ellos en el Forum de las Culturas, es fascista. Bien. No sigo de momento…


F.S. 1/7/2004
No me gusta demasiado el cine (…) Pero hay algo que me llama la atención: todo obra humana reflexiva que obedezca a un porqué en la temática propuesta, puede dar pie a análisis de mucho calado; quizás por eso tuvieron tanta importancia los cine-forum, en sus variadas modalidades (entraría hasta La Clave), en el tardo-franquismo y en el comienzo de la transición… Y esa misma herramienta podría ser muy útil en estos tiempos que corren… aunque el problema es que estamos anestesiados. Mucho mas que en aquella época (entonces sólo había fútbol, toros y poco más, además de graves dificultades económicas que obligaban a practicar lo del primum vivere…); ahora los atractivos de esta sociedad super abierta (al menos aparentemente) son innumerables… y perder el tiempo pensando, hablando y aprendiendo con el simple reclamo de ver una peli en clave política … es un sueño turbador, pero no precisamente húmedo…


M.I.C. 1/7/2004

Pues yo creo que John Wayne lo hizo todo por amor, es el único que lo hace en toda la película. Voy a verla.


J.M.P. 2/7/2004

Voy a proponer algunos cambios en el guión de «El hombre que mató a Liberty Valance» para arrebatar la película a la extrema derecha racista. Como más o menos ya la hemos deconstruido ahora hay que introducir dos o tres pinceladas al guión y cambiar una escena con lo cual la película quedará integrada en el «Pack para la Paz y el Dialogo para un planet@ a la par global y antiglobalizador».

Liberty seguirá siendo malo pero quedará claro en no menos de media docena de diálogos que su maldad es producto de disfuncionalidades que tienen su origen en la escuela rural a la que asistió, donde se le hizo repetir curso mientras sus compañeros promocionaron. Este fallo del sistema escolar se agravó como consecuencia de la ausencia de un/una asistente/asistenta social.

Debe ligarse este hecho con algún comentario sutil acerca de los presupuestos dedicados a la guerra en vez de a la asistencia a personas con disfuncionalidades y a minorías oprimidas históricamente.

Cambio total de la escena del tiroteo. Sustitución completa. Las nuevas escenas se rodarán en color. Los tres actores se sustituirán por otros tres. Deberán pertenecer a minorías étnicas distintas y al menos uno de ellos será una mujer y el otro un gay y/o una lesbiana. Se trata de que el espectador sepa diferenciar una manera caduca de hacer cine con las nuevas maneras, sensibles al dialogo multicultural y a las distintas opciones sexuales y/o afectivo-sexuales.

Nueva escena del tiroteo:
El personaje que antes interpretaba JStewart se acerca al saloo con intención de matar a Liberty. Lleva una pistola en la mano. Plano de su rostro. Hay dudas en él. Grita a Liberty para que salga. Liberty sale del saloon escupiendo y riéndose brutalmente. Corte a un flash-back en el que su antiguo maestro le regaña mientras le enseña un boletín de notas lleno de ceros y unos. Rabia en el rostro de Liberty. Insulta al abogado. Vuelve a escupir y vomita. Fanfarronea. El abogado vacila. «Como has debido sufrir Liberty, ahora me doy cuenta». El abogado arroja el revolver. «Vamos a sentarnos a dialogar» propone con un susurro a Liberty.

Entre las sombras, el personaje que antes interpretaba J.Wayne observa la escena con asombro.

El abogado se acerca a Liberty. Le sonrie amistosamente. Liberty le vacía el cargador. El abogado cae. El ex-personaje de J. Wayne vacila con la pistola en la mano. Comienza a sollozar y apunta a Liberty. Primer plano de su rostro empapado en lágrimas. De repente vuelve su revolver hacia él mismo y se pega un tiro.

Liberty se sobrecoge y va hacia el lugar de donde viene el disparo. Se queda horrorizado. Empieza a gritar y a correr en círculos. Luego vuelve al lugar donde yace el abogado. Mas gritos. Liberty se arrodilla. Arroja el arma lejos. Susurra: «Si al menos me hubiera atendido una asistente social…Todo esto no hubiera pasado».

Fundido en negro. Música que empieza triste y va haciéndose más alegre primero tímidamente y luego ya de forma abierta. Griterío infantil. Interior de una escuela. La ex-chica de J. Wayne entre en la clase. Es la maestra. De su brazo va un vejete simpatiquísimo. El Director de la Escuela: Liberty Valance. Hoy comienza el curso.


M.I.C. 2/7/2004

Bueno, acabo de terminar de ver la película otra vez.  No sé si repasar todo lo que escribisteis o no, creo que no, porque si no esto no se acaba y yo también tengo que luchar contra mis limitaciones. La película es preciosísima, no puede serlo más, algo tiene el agua cuando la bendicen, que gente muy diferente te dice que es una, si no la más de sus películas preferidas.

Para mí  Tom Doniphon no es un asesino. Es el único que en aquel momento podría representar al estado y proteger al débil, Ranmsom, y lo hace en el momento oportuno. No puedo ver al GAL en su personaje, ya os lo dije, y ahora todavía lo veo más así, el GAL por muy doloroso que pueda ser hablar de ello, no tuvo nada de idealismo, al contrario, para mí fue el “no me vas a hacer tú a mi esto”, fue la prepotencia, no sólo la torpeza. E hizo mucho daño en una democracia que todavía estaba empezando y  que tenía que aprender a ejercitarla para consolidarse. Algunos pensamos que todavía estamos en ello, pero eso fue una de las sorpresas, de las no agradables en este caso, que suele deparar la vida.

Ivan Tubau dice que Eta es Liberty  Valance, Tom Doniphon el Gal, y Ramson es… aquí ya no dice nada, como si se diera por supuesto. Pero ¿quién es Ramson? ¿la clase política en general? Yo creo que sí y de la mejor  posiblemente. Pero también una persona que alcanza el poder, bastante poder,  por callarse en el momento oportuno. No le gusta cargar con la responsabilidad de matar a un hombre, lo cual es lógico, aunque en su caso hubiera sido en  legítima defensa. No es ningún cobarde, todo lo contrario, pero sin embargo deja que la gente le tenga por lo que no es. Vive una mentira, que le ayuda a conseguir su carrera política, honesta por otro lado, que aquí todos son más bien honrados, aunque desde luego unos más románticos que otros.

En la escena del final, cuando le dice al  servicial ferroviario que escribirá una carta a la compañía mencionando su amabilidad, y la contestación de aquél,  algo así “todo es poco para el hombre que mató a Liberty Valance”. J. Stewart estaba prendiendo un pitillo, pero se le quitan las ganas.  Es una escena muy expresiva. No es justicia poética, pero cerrando un poco los ojos, casi.

Leo un comentario de F.S. sobre el cine. En aquella época había toros, fútbol etc, pero como ahora, y había o se veía mucho cine. Mucho. Era normal salir con las amigas o en el colegio, y más tarde en la oficina, contarse películas. El cine y la literatura son para algunos, muchos, algunas de las certezas de su vida, utilizando aunque en otro contexto, palabras de Mario Onaindia.

Yo casi nunca veo los debates sobre el cine, como tampoco suelo leer libros de crítica literaria. Veía algo La Clave porque se oían cosas de política que aún no se decían en la calle. Y ahora no veo el programa de Garci; sin embargo, F.S. lo dice, en tiempos de inquietudes, no sólo son una diversión, sino también, si es que son cosas distintas, un instrumento para entender más algunas cosas.

PD: En un momento de la película, Peabody, el periodista, que está casi siempre borracho pero siempre lúcido, sale a la calle a tomar el aire, y cuando alguien le dice que se meta en casa, que hay peligro porque anda por allí Liberty Valance, le contesta que está ejerciendo su «inalienable derecho a la felicidad».


Alex 2/7/2004

Algunos llevamos años intentando aprender a ejercer ese inalienable derecho.


JM 2/7/2004

Me sorprende que Ivan Tubau, por cierto un gran poeta, diga una tontería con tan poca justificación. El problema de la izquierda europea ya está siendo estudiado por pensadores varios, entre otros y el mas adelantado en el tiempo Jean Francoise Revel, y por supuesto la última etapa, la del Ogro Filantrópico de Octavio Paz. Menuda discusión tuve al comentar este libro con [dos representant@s] del «Frente Cultural». Lo despacharon rápido: Octavio Paz era un FASCISTA. [Ver aquí el texto completo acerca del problema de la izquierda europea]

Como mi rollo se ha ido por la tangente y no ha ido de «cine», trataré de encontrar un interesante artículo de Carlos Rodriguez Braun donde analiza la obra de Ford como la búsqueda de la raices democráticas en la sociedad yanqui de las pequeñas comunidades del oeste. Jose Angel [Rebolledo] sí que sabe sobre Ford, pero le gusta más el proceso creativo del film con su alternancia de lo dramático y lo humorístico, la ternura en el tratamiento del amor, paterno-filial, de pareja, de la amistad , sin ocultar la dureza de la guerra o de la vida, (PE, Que verde era mi Valle, Las Uvas de la Ira, etc) y esa elegancia sencilla en la puesta en escena, ¡minimalista!. Reconozco que las películas de Ford todavia me ponen el corazón en un puño, me emocionan peligrosamente hasta la lágrima. (El Último Hurra, El Hombre Tranquilo..)

 

Ficha técnica de «El hombre que mató a Liberty Valance»
DISTRIBUIDORA Paramount Home Entertainment
FECHA DE LANZAMIENTO 16 de enero de 2002
UPC/EAN 8414906416896
NÚMERO DE CATÁLOGO 41689
CALIFICACIÓN MORAL Todos los públicos
DURACIÓN 1 hora 58 minutos
PISTAS DE AUDIO Castellano, Inglés (Dolby Digital 5.1) Alemán, Francés, Inglés, Italiano. (Mono)
SUBTÍTULOS Alemán, Árabe, Búlgaro, Castellano, Checo, Croata, Danés, Finlandés, Francés, Griego, Hebreo, Holandés, Húngaro, Inglés, Islandés, Italiano, Noruego, Polaco, Portugués, Sueco, Turco.
FORMATO DE IMAGEN 1,85:1 aspecto 16:9
CODIFICACIÓN REGIONAL Zona 2
SISTEMA PAL
NÚMERO DE DISCOS 1
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