Disfraces urgentes

Egibar quiere seguir abonando el que ha sido siempre su terreno. Si Urkullu no lo remedia y el ambiente lo permite, podríamos ver en la próxima contienda electoral a los candidatos nacionalistas hablar alto y claro sobre su proyecto de independencia, que es, al fin y al cabo, a lo que dicen que aspiran.

En cuanto la izquierda abertzale emplace a ETA a renunciar a la violencia, la Ley de Partidos no tendrá razón de ser. Parece un silogismo sencillo desde una óptica democrática, pero al dirigente nacionalista Joseba Egibar le cuesta llegar a este razonamiento, a pesar de llevar tantos años en política. Si ayer el jelkide guipuzcoano volvió a sacar del baúl de los recuerdos el derecho de autodeterminación, presentado de nuevo como una reclamación tan urgente como el aire que respiramos, es porque el PNV ha empezado ya su propia campaña electoral.

Y como el electorado radical que quiere seguir votando al entorno político de ETA podría no tener a quién respaldar en los próximos comicios municipales y forales, Egibar quiere seguir abonando el que ha sido siempre su terreno. Así es que, si Urkullu no lo remedia y el ambiente lo permite, podríamos ver a los candidatos nacionalistas, en la próxima contienda electoral -la de las forales y municipales del próximo año-, hablar alto y claro sobre su proyecto de independencia que es, al fin y al cabo, a lo que dicen que aspiran.

En este fin de semana de Carnaval en el que el PNV de Vizcaya se ha enfundado el disfraz de los galos de Obelix y Asterix para enviar un mensaje excluyente en relación a todo lo considerado «español», desde Guipúzcoa Joseba Egibar ha vuelto a resucitar los mensajes más ‘heavys’ del anterior lehendakari. «Gure» identidad, «gure» cultura y «gure» economía para que Euskadi se suelte del lastre que supone España en estos momentos de crisis económica. Tal cual. El anterior lehendakari vivió durante sus diez años en Ajuria Enea aferrado a la idea de medir Euskadi al mismo nivel que España y establecer una relación «de igual a igual», de Estado a Estado. Y ahora sus sucesores quieren mantener viva esa tensión para movilizar el voto.

No les fue muy bien en las pasadas elecciones al Parlamento vasco porque ganaron, desde luego, pero no con la mayoría suficiente como para formar Gobierno. Los candidatos, durante la campaña del año pasado, se disfrazaron de extraterrestres del mundo de ‘Mister Spock’ -para reírse del gran parecido que se le ha atribuido siempre a Ibarretxe con aquel personaje tan marciano-, pero los vulcanianos a los que se habían dirigido en su llamada al voto no les dieron la mayoría necesaria. Ahora el PNV, un año más tarde, retorna al juego del disfraz para maquillar con aparente sentido del humor unos mensajes contra los partidos constitucionalistas dignos de disección lingüística.

Entre conjuros y pócimas -se desconoce la cantidad ingerida-, anda el Partido Nacionalista Vasco algo perdido desde que no controla el poder del Gobierno autonómico. Y entre la opción de aplicar una política de oposición responsable o de ejercitar la descalificación permanente del lehendakari, Patxi López, su metapolítica, salvo honrosas excepciones, se va pareciendo cada vez más a un cómic. Y entre risas, chanzas y chistes propios de colegio mayor , ahí han dejado una idea fuerza: los partidos que no son nacionalistas vienen de fuera, son vagos y, además, utilizan elementos extraños como los Ipod en vez de la txalaparta. Toda una alegoría de rechazo a la modernidad que a Sabino Arana seguro que le habría gustado oír.

En fin, que no hay mensaje inocente ni en la fiesta de don Carnal y doña Cuaresma. El PNV ha estado tan acostumbrado durante veintinueve años a establecer una relación directa entre la política y la tensión que ahora, si no ve su conflicto impostado reflejado en la televisión pública, por ejemplo, le parece que ETB se está despolitizando. Y le parece fatal. Ésa ha sido la principal crítica formulada la semana pasada en sede parlamentaria, en donde el representante nacionalista acusó a la actual dirección de ETB de estar instalándose en la «relajación» de la política. Una crítica difícil de entender si, a renglón seguido, se acusaba a la misma dirección de seguir las consignas del Gobierno vasco.

Hoy llega a las pantalla de Euskal Telebista el nuevo magacín dirigido por Antxon Urrosolo, que se llamará ‘Aspaldiko’, con el ánimo de entretener e informar, sin pretensión de huir de la política pero con la idea de ofrecer a los espectadores de la sobremesa un producto plural y, sobre todo, televisivo. Habrá que verlo. Y si el experto periodista es capaz de conectar con la audiencia hallando en camino intermedio entre el muermo y la estridencia, la televisión pública vasca habrá logrado uno de sus principales retos: ofrecer periodismo.

Ése es uno de los cambios que se esperaban desde que empezó esta legislatura. La apuesta del ente público por un programa de sobremesa vivo y latente ha sido, como proyecto, audaz. Dice el equipo de ‘Aspaldiko’ que acudirán famosos al plató. Hay quienes han pedido coincidir con Fito para cantar a coro «qué te voy a decir, si yo acabo de llegar…»

Tonia Etxarri, EL CORREO, 15/2/2010