El alguacil alguacilado

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC – 23/02/15

· A quien más amenaza hoy Juan Carlos Monedero es a su propio partido.

Lo mejor que puede ocurrir a IU y al PSOE, amenazados por Podemos, es que Juan Carlos Monedero continúe siendo un alto cargo de dicha formación y, a ser posible, haga declaraciones cada día. Una docena de ellas, como la que hizo para explicar el origen de los 425.000 euros del ala, bastarían para acabar con la popularidad que su partido se ha labrado en los platós de televisión durante los últimos años, ya que lo único que quedó claro fue, primero, que es un pésimo profesor, incapaz de hilvanar un relato coherente de hechos y personas.

Segundo, que no presentó otro aval para su tesis que una factura expedida por su empresa contra un banco de la Alianza Bolivariana por un informe para lograr una moneda común, sin aportar rastro del mismo ni aclarar por qué lo hizo él, un experto en política, no en economía. Tercero, hay enormes discrepancias sobre cuándo se realizaron los estudios, cuándo se creó la empresa y cuándo se emitió la factura, que Monedero no despejó. Por último, su retórica –que incluía «caza de brujas» y «ataques al pueblo», al atacarle a él– era más de líder mesiánico que de político democrático. O es tonto o nos cree tontos a todos. De ahí que diga que a quien más amenaza hoy Monedero es a su propio partido.

Dejo aparte si este profesor devenido en político cometió delito fiscal o infringió las normas laborales al realizar, y cobrar, trabajos fuera de su cátedra teniendo dedicación exclusiva. Eso tendrán que decidirlo las autoridades competentes. Lo que digo, por estar a la vista, es que Juan Carlos Monedero ha actuado justo contra el ideario de su partido y ha sido la mayor, por no decir única, razón de su extraordinario éxito: como un capitalista de la peor especie. Ha creado una empresa sin contratar a ningún trabajador.

La ha utilizado con fines exclusivamente lucrativos, para obtener ingresos al margen de su actividad laboral y, sólo cuando fue descubierto, regularizó tales ingresos antes de que Hacienda le achicharrase. Es decir, ha hecho lo que tanto él como sus compañeros vienen denunciando, acusando, inculpando al resto de los partidos y a la clase política en general. Lo que le incapacita para pronunciar una sola palabra contra ella.

No quiero entrar en los asuntos financieros del resto de los líderes de Podemos, empezando por los del número dos, ¿o es el tres?, Iñigo Errejón, que parece poseer el don de la ubicuidad al trabajar al mismo tiempo en Madrid y Málaga para embolsarse una beca de 2.000 euros mensuales, porque el caso Monedero basta y sobra para demostrar que Podemos es tan «casta» como el resto de las formaciones políticas. Lo único que falta por dilucidar en este cenagal es si el cabreo acumulado entre los españoles por no ser tan ricos como nos creíamos y la corrupción de los partidos va a llevarnos a apoyar activa o pasivamente al más cínico de todos ellos.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC – 23/02/15