El hombre del maletín negro

El grupo de contacto que se prepara, en el que no figurarán españoles pero sin duda sí un francés con el que estaba negociando en el momento de la conferencia, no empezará a funcionar antes de ETA dé a conocer su decisión. Se encargará de promover la legalización de la izquierda abertzale.

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El abogado sudafricano Brian Currin, experto en la solución de conflictos, se desvive con la esperanza de que ETA dejará las armas antes de finales de 2010.

¿Declarará o no declarará ETA el “alto el fuego definitivo, unilateral e irreversible” que la inmensa mayoría de la población vasca espera con impaciencia? El plazo de navidad fue adelantado por varios de los principales actores. Entre ellos, Brian Currin. Muy conocido en el mundo de los técnicos de las negociaciones de paz, es el hombre que desde hace meses se mueve entre las bambalinas y un día aparece en Barcelona, en San Sebastián, en Bruselas, en Dublín… Ha hecho correr mucha tinta, hasta el punto de que muchos dirigentes políticos, entre ellos el presidente del Partido Nacionalista Vasco y el Ministro español de Interior, le han pedido discreción.

Sin embargo, el pasado 12 de noviembre, el abogado sudafricano se manifestaba ante la prensa en Bilbao. Desgranó algunos de los últimos avances (al menos de los que consideró que podían decirse) del proceso lanzado por la izquierda radical vasca y ciertos dirigentes socialistas vascos con el fin de llevar a ETA al abandono definitivo de las armas, sin condiciones,

Un “conseguidor”

Ese 12 de noviembre, llegó al hotel Carlton de Bilbao, como de costumbre, de punta en blanco, con su pequeño maletín negro en la mano, tenso. Le acompañaba Paul Ríos, secretario general de Lokarri (Lazo), el movimiento civil cuya sede está en Bilbao. Lokarri le había servido igualmente de guía los días anteriores, durante los múltiples contactos que el “conseguidor de paz” – él prefiere este término en vez del de “mediador”, utilizado a menudo a este respecto – había entablado fuera de las cámaras.

Se había reunido con la mayoría de los partidos, de los dirigentes de las Diputaciones (equivalentes a los Consejos Generales) y otros representantes del mundo asociativo que, aseguraba, le habían dado su garantía. “Mi trabajo, declaró la víspera durante una entrevista concertada con la radio pública vasca, no consiste en jugar la intermediación sino en contrastar la realidad con los puntos de vista políticos de unos y otros, así como de llevar a la izquierda abertzale a hacer evolucionar sus posiciones…”.

“No basta con una tregua”

En Bilbao, Brian Currin explicaba también la naturaleza del mandato que un “grupo internacional de contacto” podría ejercer en el caso de que ETA manifestara ese famosos alto el fuego “permanente, unilateral y verificable” que, en su opinión, sería comparable con un alto el fuego irreversible. “¡Una tregua no basta!” decía a la gente con un refinado inglés del que no se desprende.

El grupo de contacto que se prepara, en el que no figurarán españoles pero sin duda sí un francés con el que estaba negociando en el momento de la conferencia, no empezará a funcionar antes de ETA dé a conocer su decisión. Se encargará de promover la legalización de la izquierda abertzale, prohibida en España desde 2003, donde se le relaciona con ETA, y de llevar a cabo la elaboración de un calendario de negociación política multipartidista sin condiciones ni resultados predefinidos. Según la metodología Currin, la composición de ese grupo de expertos se conocerá cuando empiece a funcionar.

Durante su última aparición pública en el País Vasco, Brian Currin declaraba no haber tenido contacto directo (al menos recientemente) con ETA pero sí muchos con la izquierda radical vasca que, según sus palabras, “sé lo que piensa ETA”. El abogado, que ha intervenido en la resolución de muchos conflictos, entre ellos el irlandés, dio a entender que si las cosas se alargan, “es porque la izquierda abertzale se implica para que toda ETA se adhiera a sus posiciones”.

Como el Sinn Fein

“Si al final, añadió, una pequeña parte de ETA rechazara unirse al movimiento, pienso que el proceso de paz deberá continuar sin ella. En ese caso, la izquierda abertzale ya no tendría relaciones con los recalcitrantes, a semejanza del Sin Fein irlandés, que no tiene contactos con el IRA Auténtico, contrario a los acuerdos de paz. El papel de la fuerzas armadas será entonces el de combatirlos y desmontarlos”.

En este momento, recalquémoslo, el papel del “conseguidor” no está (al menos oficialmente) reconocido por el gobierno español que, no obstante, deja hacer al “técnico” Currin.

Anne-Marie Bordes, Sud Ouest (Francia), 14/12/2010