El ridículo

… Fernando Puras lleva la tea en una mano. En la otra, un ejemplar del programa electoral del PSN al que va a prender fuego en lo alto del acueducto. Le siguen Patxi Zabaleta, Maiorga Ramírez y Ion Erro, con sillas de tijera para sentarse en la plaza a ver la performance…

Luis García Berlanga hablaba hace unos años a Angel Fernández Santos del genio de Rafael Azcona como guionista, ilustrando su aseveración con una anécdota sobre una película que no pudo ropdar en los años sesenta por problemas de censura: un matrimonio segoviano regentaba una librería religiosa en su ciudad, frente al acueducto. El concilio Vaticano II y el final de las misas en latín les sorprende con una partida de misales recién comprados que ya no podrán vender. Discutía la pareja sobre qué hacer ante la amenaza de ruina y la mujer tiene una idea luminosa: que el marido se queme a lo bonzo en lo alto del acueducto para dejar constancia de su protesta.

En ese punto del tratamiento se había estancado Berlanga, cuando se le ocurrió llamar a Azcona para preguntarle cómo se podría sacar la historia del atolladero. El genial guionista riojano le apuntó inmediatamente la solución: Es muy sencillo. En el plano siguiente vemos a la mujer que cruza con paso decidido la plaza del Azoguejo hacia el lugar del sacrificio con una tea en la mano. Detrás vemos al marido, que arrastra los pies con dos latas de gasolina en las manos mientras rezonga:

«Que no puede ser, María. Que ya verás cómo volvemos a hacer el ridículo».

Lejos ya de las misas en latín, se impone una actualización de la historia. Y un casting. Posibilidades:
La tea la lleva Patxi Zabaleta y Puras arrastra las latas de gasolina.

– Fernando Puras lleva la tea en una mano. En la otra, un ejemplar del programa electoral del PSN al que va a prender fuego en lo alto del acueducto. Le siguen Patxi Zabaleta, Maiorga Ramírez y Ion Erro, con sillas de tijera para sentarse en la plaza a ver la performance.

– La tea la lleva Fernando Puras mientras Pepe Blanco le advierte de que van a volver a hacer el ridículo.

– Fernando Puras lleva el hachón, mientras Miguel Sanz, con la gasolina a cuestas, le dice que eso va a ser muy malo para Navarra.

– Las latas de gasolina se las reparten Miguel Sanz, Zabaleta y Puras. La tea encendida, as usual, la lleva el presidente del Gobierno.

El blog de Santiago González, 2/8/2007