La patada en los cojones tenía un precio

Arzalluz anunció una cuestación para sufragar los 900 euros con que fue multado el agresor de Antonio Aguirre. Se los entregó en cash el eterno jefe de prensa de Arzalluz.

A veces, la virtud tiene su recompensa. En la foto de la izquierda pueden ver la gesta. A la derecha, su recompensa. Alejandro Aramburu Corral, militante del PNV, que el 23 de marzo de 2007 arremetió contra uno de los siete miembros del Foro Ermua que provocaron la justa cólera de 900 ejemplares jelkides que se manifestaban contra el atropello que unos jueces españoles trataban de perpetrar contra un lehendakari vasco. Aramburu vio aquello y sintió que un relámpago de ira cruzaba sus entendederas. Luego, casualidades de esta vida, la entrepierna del miembro del Foro Antonio Aguirre chocó violentamente contra la puntera de su bota.

Su heroísmo merecía una recompensa. No sólo arrostró el peligro de ser linchado por Aguirre y los seis energúmenos que lo acompañaban. Miren la foto de la izquierda, mientras aparta de un manotazo a la mujer que se interponía en su objetivo, violación flagrante de la Ley Contra la Violencia de Género que habría podido costarle ir a la cárcel si, en lugar de ser vasco, hubiera sido asturiano o castellano-manchego.

La juez que lo condenó en la Audiencia de Bilbao no tuvo en cuenta esta foto y lo condenó a pagar 900 euros entre la multa y la indemn¡zación al agredido. Afortunadamente, él tiene un partido que lo respalda. Arzalluz anunció una cuestación. En la foto de la derecha puede verse a Javier Vizcaya, presidente de Izaronews.com y eterno jefe de prensa de Arzalluz durante su larga presidencia del EBB. La sustitución de su jefe por Josu Jon Imaz en 2003, le llevó a crear esta web y a establecer un negocio, aunque sin salir del ramo de la charcutería, que siempre ha sido su especialidad profesional. Izaronews contaba así aquella hazaña:


«Ha pasado casi un año de aquel incidente, pero Alejandro Aranburu, militante del PNV aun sigue recibiendo amenazas telefónicas y por correo por aquellos hechos que fueron tergiversados por los medios de comunicación españoles. Aquel 23 de marzo de hace dos años, Alejandro ni tan siquiera participaba en la concentración de apoyo a Ibarretxe. Pasaba por allí ocupado en otros menesteres y fue a dar con alguien que fuera de sí le gritó: «Nazi y asesino». Su reacción fue la que conocemos y que le valió la multa de 900 euros, porque tampoco quiso meterse en más litigios visto lo poderosos que eran los querellantes.»

Noten el pequeño detalle de que el precio de la patada se le entregó en cash. Normal. Cualquiera en su lugar a quien pagaran con un cheque tendría motivos para desconfiar. Si alguien tiene alguna duda sobre el acto de higiene pública que supone enviar a la oposición al partido al que pertenecen la acémila y el charcutero, que mire atentamente estas dos fotos.

Santiago González en su blog, 7/4/2009