“Un nacionalismo en los inicios del siglo XXI es suicidio y homicidio a un tiempo”

EL CONFIDENCIAL 22/12/13
PRESENTACIÓN DEL LIBRO «A FAVOR DE ESPAÑA. EL COSTE DE LA RUPTURA»

Lea con detenimiento este resumen apresurado de la historia de la España posfranquista: la muerte del dictador aflojó el yugo que oprimía a las culturas autóctonas regionales que, vertiginosamente, se convirtieron en correosos nacionalismos, olvidando el autonomismo liberador de la Transición y estigmatizando y crucificando el ‘españolismo’. Los autonomismos-nacionalistas o los nacionalismos-autonomistas, según se mire, crecieron, se hicieron fuertes en ‘su’ historia, ‘su’ geografía, ‘su’ inmersión lingüística… En esta historia, los defensores de la unidad de España pasaron a ser considerados ‘fascistas’ por los nativos nacionalistas -fundamentalmente catalanes y vascos, en menor medida gallegos-, marcando una línea difícil de traspasar entre unos y otros españoles. Y estos enarbolaron, victoriosos, la bandera del derecho a decidir un futuro del que excluyen al resto de los ciudadanos. Colorín colorado, este cuento (real como la vida misma) se ha acabado.

Quien esto viene a compendiar es Fernando Savater, escritor y profesor de Filosofía. Y lo hace en el prólogo del libro “A favor de España. El coste de la ruptura”, presentado el viernes en Barcelona.
Savater lo argumenta todo: “Tanto el populismo como el separatismo son enfermedades políticas oportunistas que atacan al cuerpo del Estado cuando se debilita socialmente. En el País Vasco hemos padecido durante largo tiempo un populismo tipo Che Guevara, terrorista con ínfulas de guerrilla, y ahora vemos en Cataluña otro modelo Chávez, que acogota a los discrepantes con manifestaciones callejeras y el unanimismo manipulado de los medios de comunicación al servicio de la retórica demagógica”.

Las sensibilidades del filósofo sobre la avalancha secesionista española son sólo una pequeña parte de este libro, hecho con la colaboración de la Fundación Progreso y Democracia (UPyD). En sus páginas, Savater no cabalga solo: lo hace en compañía de Ramón Marcos (coordinador del volumen y, a la sazón, abogado y diputado en la Asamblea de Madrid por Unión Progreso y Democracia), el economista e historiador Gabriel Tortella y otros diez abogados, economistas, historiadores y escritores, coronados por la firma de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, y Rosa Díez, líder de la formación magenta.
En sus páginas se articula un interesante apartado en el que se abordan los elementos que dan fundamento a todo el libro, que no son otros que Los costes de romper España en todas sus vertientes: económica, política, institucional, lingüística y cultural.

1.- Costes económicos
El economista y profesor universitario José V. Rodríguez Mora pone en la balanza los costes económicos de una hipotética ruptura con España por parte de Cataluña y el País Vasco, comunidades autónomas sobre las que se basa todo el estudio -pueden enviarse comentarios al respecto a este correo: elcostedelanoespana@upyd.es-. El catedrático no ve ganadores en esta supuesta ruptura de la baraja, ya que, en su opinión, tanto Cataluña -donde los promotores del separatismo proclaman a los cuatro vientos que “la independencia será una fiesta”- y País Vasco como España en su conjunto perderían económicamente, entre otras cosas por las fricciones comerciales que se generarían entre los tres al tratarse de países distintos, al margen de que pudieran surgir o no colisiones, boicots, enemistades…
‘Espanya ens roba’ (España nos roba). “La argumentación no podría ser más simple. Sale más dinero hacia el resto de España del que entra, luego nos roban. En parte porque son gandules, en parte porque son chorizos, pero los españoles nos roban. Luego, independencia”.
Ramón Marcos precisa que «el PIB en Cataluña y el País Vasco bajaría. También en España, aunque menos porque, al tratarse en esa hipótesis de un país mucho más grande la situación no sería tan severa».

2.- Costes políticos e institucionales
Francisco Sosa Wagner, economista y parlamentario europeo por UPyD, y Mercedes Fuertes, catedrática de Derecho Administrativo de la Universidad de León, diseccionan los costes políticos e institucionales, conviniendo que los nacionalismos han sido, al fin y a la postre, “el partero de las desgracias colectivas más aniquiladoras que ha sufrido la humanidad. Reproducirlo en los inicios de este siglo XXI es suicida y un homicidio a un tiempo”. Ambos anuncian una bofetada de Europa al nuevo estado catalán, que quedaría fuera de la UE y de sus ayudas. Así lo notarían en su propia piel los agricultores catalanes, que dejarían de percibir ayudas agrarias, las escuelas (perderían las ayudas alimenticias), los trabajadores (habrían de renunciar a los fondos de cohesión y solidaridad), los estudiantes (adiós a las becas Erasmus), los investigadores (se esfumarían ayudas a proyectos)…
a aparejada la imposibilidad de obtener liquidez o financiación en el BCE, dificultades para emitir deuda pública… en el caso de que la secesión se materializase.
Según Marcos, coordinador del libro, «la gente puede querer ser independiente pero tiene que saber también, claramente, los riesgos que tiene una decisión de ese calado. Los catalanes tienen que saber que habrá menos pluralismo y que puede que también más corrupción, ya que procesos como éste están manejados por las elites. Hay que explicar bien las cosas, como la falacia del derecho a decidir, porque en el caso de decidir tenemos que decidir entre todos».

3.- Costes lingüísticos
El catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad del País Vasco, Aurelio Arteta, analiza en el volumen los costes de las políticas lingüísticas que lleva aparejadas el separatismo. Arteta mantiene que, tanto en Cataluña como en el País Vasco, “estas políticas han ocasionado el sufrimiento de muchos, la desigualdad de oportunidades de los ciudadanos, la quiebra de la comunidad política y además derroches presupuestarios”.
El catedrático indica que una situación independentista provocaría una inmersión lingüística más acentuada “y, en consecuencia, una mayor imposición para los castellano hablantes”, y una restricción del mercado lingüístico. Arteta hace hincapié en que “las lenguas autonómicas levantan unas barreras institucionales para acceder a un buen número de empleos, sobre todo, públicos».

4.- Costes culturales
Por su parte, Enrique Helguera de la Villa, abogado y periodista, desgrana el terremoto cultural de un posicionamiento secesionista: “La creación de una identidad colectiva despojada de toda relación con España pasa por la destrucción de la cultura común. La secesión de Cataluña dejaría una huella traumática en la cultura española, sumiéndola en una crisis psicosocial similar a la del 98 pues, como entonces, cuestiona la idea de España”.
Ramón Marcos explica a El Confidencial que la idea de poner en marcha el libro A favor de España. El coste de la ruptura «nació cuando, el año pasado, vimos que las respuestas del Gobierno al separatismo eran insuficientes. Teníamos claro que había que argumentar con razones los terribles costes que podría tener una ruptura. Nos propusimos hacer valer lo positivo de la unión y los perjuicios de la ruptura».