A doctrina

ARCADI ESPADA – EL MUNDO – 07/01/16

· La alcaldesa Carmena, sus labores, cree que los Reyes Magos existen y viven en Vallecas. Es una viejecita entrañable y hay que respetarla. Sería interesante, sin embargo, que ella aprendiera a respetar a la abusiva mayoría, incluidos esos niños sabios y elegantes, que cree que los Magos son una ficción. Uno puede prescindir de las ficciones; pero no puede convertir en maricón al lobo de Caperucita.

Además esta idea de disfrazar a unos paisanos de Reyes Magos y hacer tocar el bongo al negro no deja de ser decepcionantemente socialdemócrata. Lo suyo, de Carmena y amigos, habría sido adoptar el calendario republicano y bautizar (ecs) el 5 de enero como el día del sílex. Eso sería cuajo revolucionario ante la tradición. Pero no rematan.

Las grandes ciudades españolas están en manos de una troupe que entre sus tareas de gobierno incluye, y en lugar destacado, la del adoctrinamiento. La doctrina es algo que se va a buscar. Yo aún he conocido dulces muchachas que te decían: «Esta tarde voy a doctrina». Y se busca dónde, cuándo y cómo uno quiere. La doctrina de las instituciones debe limitarse al reparto del presupuesto.

El resto es obscenidad de raíz totalitaria. En Barcelona la alcaldesa Colau está aficionándose a aleccionar a los ciudadanos mediante carteles colgados en las calles. Hay uno, inscrito en una campaña contra lo que llaman violencia machista, que muestra a un zampabollos macho cariacontecido y debajo esta leyenda seminal: «Cuando una chica dice no es no». No pude resistir el adosarle una pregunta de las memorias de John Allen Paulos: «Si te pido que te acuestes conmigo, ¿me darás la misma respuesta que a esta pregunta?».

Estas navidades ha colgado otros en que alecciona sobre la necesidad de regalar camiones a las niñas y muñecas a los niños. La primera condición del adoctrinamiento suele ser la de operar contra la realidad y este es un ejemplo de libro: una infinidad de estudios prueban que esas preferencias lúdicas infantiles son innatas. Y que es la naturaleza y no el ambiente la que decide. Es así, por ejemplo, que los hijos de parejas homosexuales eligen sus juguetes como los hijos de parejas heterosexuales, y no solo los juguetes, sino a sus futuras parejas sexuales.

Estas maniobras de la izquierda indigente han sido siempre letales para la idea de progreso. Entre otras cosas porque insinúan que la izquierda es, en sí misma, una burda construcción social. Y que lo natural, lo naturalísimo, es la derecha, y propiciar en todo lugar y tiempo su gobierno.

ARCADI ESPADA – EL MUNDO – 07/01/16