Aliado estadounidense y nido de yihadistas

JAVIER ESPINOSA, EL MUNDO – 16/12/14

· Australia podría ser ya el país con más radicales alistados al IS per cápita.

Samer Alaoui se presentó ayer en el escenario del secuestro antes de que éste concluyera para rezar y pedir que los rehenes «fueran liberados» sin daño alguno, según declaró a un medio local. La mera presencia de Alaoui y dos de sus amigos, todos ellos musulmanes de enorme musculatura y poblada barba, generó la inquietud de los agentes desplegados en la zona, que no dudaron en interrogarles.

«Pensamos que debíamos venir aquí en vez de ir al gimnasio», explicó el australiano. El gesto del trío se inscribe en la proliferación de actos de solidaridad entre religiones diversas que se multiplicaron durante toda la jornada en Australia para contrarrestar otros llamamientos antiislámicos.

Desde celebraciones religiosas como la que protagonizaron un clérigo musulmán, otro cristiano y un rabino judío en la mezquita del barrio de Lakemba –un distrito de población principalmente islámica y árabe– hasta la campaña de Twitter en la que australianos anónimos se ofrecían a acompañar a musulmanes durante sus viajes en transporte público para evitar incidentes.

Decenas de organizaciones musulmanas difundieron un comunicado en el que criticaban un acto que calificaban de «despreciable» y que decían sólo servirá para «dañar y ridiculizar el islam». «Es un acto criminal.. que denuncia el islam», les secundó la principal autoridad musulmana suní del país, el gran muftí Ibrahim Abu Mohamed.

Los dirigentes de la comunidad musulmana alertaron sin embargo sobre la posible intensificación de las agresiones o insultos contra los miembros de esa religión, que suman entre 400.000 y 500.000 en todo el país y se enfrentan a un enorme desafío ante la radicalización progresiva de un significativo sector de sus integrantes.

Australia podría haberse convertido en el país con más yihadistas per cápita alistados en el Estado Islámic o de Irak y Levante (IS), como admitió la ministra de Asuntos Exteriores de Camberra, Julie Bishop, en junio. Bishop reconoció la «preocupación extrema» del Gobierno australiano no sólo por el creciente éxodo de activistas hacia Siria e Irak, sino porque algunos de ellos están «asumiendo papeles de liderazgo en la radicalización de otros».

De hecho, en la escala de exhibicionismo gore que suele practicar el IS, los militantes australianos se han caracterizado por protagonizar algunos de los vídeos más espeluznantes que ha difundido ese movimiento, incluido el que protagonizó el hijo de siete años de Khaled Sharrouf –conocido activista de esa agrupación–, a quien éste obligó a mostrar agarrando una cabeza cercenada.

Cuando las autoridades australianas aseguraron haber desmantelado una célula radical en septiembre en Sydney, los medios locales informaron que las fuerzas de seguridad habían actuado después de interceptar una conversación de Mohamed Baryalei, en la que pedía desde Siria a sus acólitos que «secuestraran a un viandante cualquiera» y lo «degollaran frente a una cámara de vídeo».

En los días siguientes, la prensa local indicó que los acusados habían pensado en decapitar a su víctima «posiblemente» en Martin Place, la misma zona elegida por el secuestrador del café Lindt. Un mes más tarde el presidente del comité de Inteligencia del Senado de EEUU –un estrecho aliado de Australia–, Mike Rogers, dijo que Baryalei quería «un evento muy mediático en un país occidental». El australiano de 33 años es un antiguo matón de discotecas reconvertido en fundamentalista y junto a Khaled Sharrouf –un ex asiduo de las drogas con problemas mentales– quizás el personaje más significado de entre 70 y 150 australianos que se estima luchan en las filas del IS.

Australia se ha caracterizado por un irrestricto apoyo a todas las aventuras militares de EEUU durante los últimos años en naciones musulmanas, incluida la invasión de Irak o la reciente ofensiva contra el IS en ese mismo país y en Siria.

Dicha actitud política ha generado un creciente encono entre la minoría musulmana, que ya quedó de manifiesto en el pasado. En 2005, la policía arrestó a una célula de radicales en Sydney y Melbourne vinculada al imán de origen argelino Abdul Nacer Benbrika, a la que acusó de pretender organizar una serie de espectaculares atentados con explosivos y productos químicos.

Durante el juicio en el que fueron condenados a diversas penas, algunos de los radicales esgrimieron el mismo argumento que hoy utilizan los simpatizantes del IS para justificar sus exacciones: «Asistimos a una guerra contra los musulmanes».

Pese a que todavía continúa en prisión, Benbrika continúa siendo un referente para el islamismo más radical australiano. Las fuerzas de seguridad locales informaron a la prensa de que uno de los suicidas del IS que se inmoló en julio en Irak era un joven de 18 años adoctrinado por miembros del grupo de Benbrika.

La confrontación ideológica podría incluso agravarse aún más, ya que el primer ministro Tony Abbot lleva meses defendiendo la necesidad de implementar nuevas leyes que proscriban movimientos como Hizb al Tahrir, un partido que defiende el califato pero que reniega de la violencia.

JAVIER ESPINOSA, EL MUNDO – 16/12/14