Anson pide que González y Aznar piloten una reforma constitucional

EL MUNDO 13/02/13

· Alerta de que el régimen está agotado y exhorta a implicar a las nuevas generaciones.

Reconoció que «será muy difícil», pero no dudó en apostar por ello: nada menos que una reforma constitucional pilotada por Felipe González y José María Aznar como único remedio contra un «régimen agotado» como es la actual democracia española.

Quien así habló ayer en el Club Siglo XXI no fue un conferenciante al uso ni un periodista ocurrente, sino -en palabras de su presidente, Eduardo Zaplana-, toda una «institución» de la vida pública española, como Luis María Anson.

«Será muy difícil, pero me gusta apostar por lo máximo. Además, también será muy difícil sin ellos una reforma constitucional de fondo», replicó a los más escépticos un Anson lúcido, provocador, de verbo virtuoso y rápido de memoria. Ante un club abarrotado como en los viejos tiempos, convocado al recuerdo de la Transición, el académico, cronista y escritor lanzó su sentencia: «El régimen está agotado». «Don Juan Carlos lleva 37 años, uno más que Franco y estamos en una situación históricamente comprometida», añadió. Por tanto, «hay que hacer los relevos, y si no, el régimen se termina indefectiblemente».

Según el columnista de EL MUNDO, «no hemos sabido incorporar a las nuevas generaciones al espíritu de la Transición, hasta el punto de que hoy, de 40 años hacia abajo, el 80% de las nuevas generaciones son absolutamente indiferentes y un 20% están indignados».

Así, «sólo hay una forma» de supervivencia: «Una reforma constitucional de fondo».

Una reforma para la que él mismo hizo sus aportaciones -modificar el Título VIII, reformar la Ley Electoral, recuperar las transferencias de educación…-, pero en la que lo importante «no es el contenido, sino que los de menos de 40 años se sientan partícipes, que sientan que han mojado en esa Constitución». «Si no somos capaces de esa incorporación, este régimen está terminado y esa reforma nos la harán desde fuera», insistió.

Anson aludió al caso Bárcenas como una oportunidad; en este sentido, dijo que «Rajoy y su equipo han malbaratado en un año su capital político, y empiezan a poner el pie en la realidad». «Vivían en una nube, en sus moquetas de La Moncloa…», contó el cronista, hasta que «el desafío de Bárcenas, al sentir que podía ir a la cárcel; las turbias maniobras -en las que no quiero entrar- han hecho que los dirigentes del PP empiecen a poner los pies en la realidad».

Así, según apuntó el periodista, el mismo día en que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, había abogado por los pactos de Estado, «va calando lo que algunos medios potentes están pidiendo: abordar una reforma constitucional que, siendo importante en su contenido, lo esencial es que incorpore a las nuevas generaciones».

No obstante, dedicó un elogio a Rajoy por haber desbaratado el primer asalto de una de las «cuatro o cinco operaciones en marcha para quebrantar el régimen que estamos viviendo». Y es que la conferencia de ayer tuvo también su vertiente profética. Según Anson, se trata de la operación emprendida entre «un sector radical de los sindicatos, de la extrema izquierda y un sector contestatario del PSOE». Un grupo político de intereses mutuos que habría arrancado de haberse producido el rescate a España que el presidente popular «ha evitado». Una operación, según insistió Anson, que pese a no contar con más de un «6 u 8% de probabilidades» de triunfar, todavía persigue constituirse en un «Frente Popular» -«más radical que el constituido en Andalucía»- cuyo objetivo es ganar las elecciones y plantear su propia reforma constitucional para la consecución última de una «república confederal», que «admitiría estados casi independientes».

Atrapados por su discurso, escuchaban a Anson en primera fila el ex presidente de Bankia Rodrigo Rato, y los también populares Juan José Lucas y Luis de Grandes. Entre los socialistas, José Bono -fiel aliado de Zaplana en su nueva tarea- , Juan José Laborda o Fernando Moraleda. A todos instó Anson una y otra vez a procurar el pacto para la supervivencia del régimen.

Un régimen del que, según cupo deducir, pende la propia suerte de la Monarquía. «El Rey», dijo uno de los monárquicos más conocidos en España, «lo tiene muy fácil: cumplir y hacer cumplir la Constitución, exactamente lo mismo que tiene que hacer Rajoy en Cataluña».

EL MUNDO 13/02/13