Arteta: no basta el fin de ETA para dejar de ser una «sociedad enferma»

Así se ha manifestado Aurelio Arteta antes de presentar en Bilbao su libro «Mal consentido. La complicidad del espectador indiferente», en el que el catedrático reflexiona sobre el consentimiento del mal y la pasiva complicidad del espectador, con la sociedad vasca y el terrorismo de ETA como marco.

El catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad del País Vasco Aurelio Arteta ha considerado que no basta con el fin de ETA para que Euskadi deje de ser una sociedad «enferma» que «rebosa de espectadores» ante la violencia etarra.

Así lo ha indicado Arteta en declaraciones a Efe antes de presentar esta tarde en Bilbao su libro titulado «Mal consentido. La complicidad del espectador indiferente», en el que el catedrático reflexiona sobre el consentimiento del mal y la pasiva complicidad del espectador, con la sociedad vasca y el terrorismo de ETA como marco.

Según ha explicado Arteta, en su libro ha querido analizar el «mal público» que se comete «principalmente en nombre de un país, de una sociedad, en nombre de todo o de la mayor parte» y el papel de los que denomina «espectadores indiferentes» ante ese mal, que son vistos por las víctimas como «cómplices del agresor».

El catedrático de Filosofía se sirve «como fuente de inspiración y campo de pruebas» de la sociedad vasca y su actitud frente a la violencia, y de ahí ha extraído buena parte los factores de consentimiento y coartadas del espectador que analiza en su libro.

En su opinión, el miedo y el temor al aislamiento frente al resto son dos de las principales causas que llevan a las personas a convertirse en espectadores «indiferentes».

Ha dicho que la vasca sigue siendo una sociedad «enferma» porque así lo demuestra el hecho de que, tal y como ha denunciado el Ararteko (Defensor del Pueblo vasco), «la mitad prácticamente de los jóvenes vascos no tienen argumentos suficientes como para condenar claramente la violencia etarra», o que se evite hablar de política en un entorno más amplio que el íntimo.

Arteta, a pesar de valorar la política de tolerancia cero llevada a cabo por el nuevo Gobierno vasco para evitar el enaltecimiento del terrorismo, ha recalcado que todavía queda «mucho trecho por recorrer».

Ha opinado que, más allá de que en algún momento se produzca la desaparición de ETA, será necesaria «una confesión de responsabilidad política», especialmente de los partidos nacionalistas, que, a su juicio, «en buena medida han dado alas» a un clima «de miedo, de amenazas, de agresiones, de humillaciones» en el País Vasco.

«El avance me parece que es muy pequeño. Queda por adquirir una conciencia infinitamente más amplia no solamente por parte de los espectadores más pasivos, que pueden ser la mayoría, sino también de esos espectadores que son más colaboradores de la atmósfera de cierto horror, de temor que se ha dado en este país y del dolor que se ha producido», que en su opinión son el «mundo nacionalista en general».

Ha indicado que no se puede reducir el problema que existe en Euskadi exclusivamente en la violencia y que hay que ampliar la visión a «ciertos objetivos, presupuestos políticos y morales que de ninguna manera son aceptables aunque se sirvan de medios pacíficos».

«No pasamos a ser democráticos por el hecho de que dejemos de ser violentos, sólo pasamos a ser políticos. De la política a la democracia hay un trecho todavía muy largo y, entre otras cosas, ser demócrata significa que admitimos la pluralidad de opiniones y, por tanto, que no hay pueblos escogidos», ha reflexionado.

Arteta ha asegurado que lo que debe urgir es lograr la «igualdad ciudadana», lo que implica «una gran recomposición de esta sociedad, que tiene que volver a saber cuáles son sus lazos, que no son lazos nacionales ni étnicos, sino los lazos ciudadanos».

ADN, 27/10/2010