Cataluña acepta el control diario de sus facturas

EL MUNDO – 28/11/15

· El Gobierno decidió ayer transferir 319 millones de euros a la Generalitat de Cataluña tras aceptar esta someterse a un control diario de sus facturas por parte del Ministerio de Hacienda, según confirmaron fuentes del Departamento que dirige Cristóbal Montoro.

· Se trata de la cifra correspondiente al mes de noviembre prevista en el fondo de rescate estatal, el llamado Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que presta dinero a las comunidades autónomas a interés cero.

«La Generalitat de Cataluña ha empezado a cumplir las condiciones», confirmó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al término del Consejo de Ministros. Esas condiciones son especiales para Cataluña por su deriva secesionista e implican la entrada de la Generalitat en el llamado FACe, el registro de facturas electrónicas de la Administración General del Estado. Esta inclusión supone, entre otras medidas, que «la comunidad deberá informar diariamente desde el registro contable a FACe del estado de tramitación de cada factura recibida en dicho registro contable», según la orden ministerial que lo regula.

Fuentes del Ministerio de Hacienda aseguraron a EL MUNDO que técnicos del Ministerio y de la Generalitat trabajan conjuntamente desde hace días para los necesarios acoples técnicos y sostienen que por parte del Gobierno central «no ha habido flexibilidad», por lo que para el pago de noviembre la Generalitat ha tenido que aceptar las nuevas condiciones. La interventora general de la Generalitat también se ha puesto en contacto con el Ministerio para certificar las cuentas, como exigía la orden ministerial, según las citadas fuentes.

La vicepresidenta del Gobierno anunció ayer que a partir de ese momento se abonarían a Cataluña 319 millones a cargo del FLA ordinario de noviembre, de los cuales 101 millones serán para el pago directo a los proveedores farmacéuticos y, el grueso, 200 millones, son para atender vencimientos de deuda. Otros 7,1 millones son para conciertos sanitarios, 6,8 millones para pago de intereses y 4,1 para subvenciones a entidades locales, según el desglose difundido por el Ministerio de Hacienda. La cuantiosa deuda de la Generalitat, cercana a los 70.000 millones de euros, provoca que la mayor parte del rescate se destine a evitar impagos a acreedores.

El Gobierno ha optado por lanzar las transferencias del FLA a Cataluña, que son préstamos a interés cero, a pequeñas dosis, como hace el Eurogrupo con Grecia. «Si se siguen cumpliendo las condiciones, este Gobierno cumple», subrayó ayer Sáenz de Santamaría.

Quedan aún pendientes los 3.035 millones del FLA extraordinario de final de año previstos para Cataluña y que Hacienda ha decidido fraccionar en 10 tramos mensuales para asegurar un cumplimiento continuo de las condiciones por parte del Govern.

Mientras, la Generalitat ha sido, una vez más, el Ejecutivo autonómico más beneficiado en el reparto del FLA ordinario de noviembre. Según Hacienda han sido repartidos 874,9 millones este mes entre el FLA y la llamada Facilidad Financiera.

El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, lamentó ayer que la inyección de capital por parte del Gobierno sea como «pedir caridad a final de mes». El president, en un discurso que pronunció en las jornadas del Plan de Salud 2011-2015 acontecido en Sitges (Barcelona), aseguró que el FLA es dinero que proviene de Cataluña y que «vuelve en forma de crédito», informa Europa Press. «Mientras no tengamos control de esto, siempre iremos cojos y sufriremos», dijo Mas afligido.

El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, afeó por su parte la «espiral de reproches, amenazas y subidas de tono» desplegada entre el Govern y el Gobierno de España. «La primera pregunta que hay que plantearse es: ¿por qué a Cataluña y no a otras comunidades?», reflexionó. Duran Lleida también destacó la «dosis de humillación» del ministro Montoro al plantear la medida y defendió que «hasta ahora no se ha gastado ni un euro del FLA en ‘veleidades independentistas’», informa Efe.

EL MUNDO – 28/11/15