LIBERTAD DIGITAL 30/12/15
PABLO MOLINA
La alianza de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar Gobierno es una de las posibilidades que pueden surgir en el proceso de investidura. España no está preparada para semejante catástrofe –de hecho ningún país lo está–, pero si hemos de beber ese cáliz, mejor apurarlo cuanto antes y pasar página.
De lo que no cabe duda es de que los votantes más atolondrados saldrían de la experiencia vacunados contra el marxismo populista para varias décadas. He aquí los cinco beneficios que un acuerdo socialpodemita nos reportaría a los españoles… en caso de que sobrevivamos a la experiencia:
1. Los bolivarianos serían vistos como unos traidores por sus votantes. Gobernar un país implica dejar a un lado las ocurrencias asamblearias de adolescentes jugando a la política. Nuestra pertenencia a la Unión Europea y la propia dinámica institucional son incompatibles con llevar a cabo los disparates que Pablemos incorpora en su programa electoral. Iglesias se hará un Tsipras y los senderistas que quieren ver la ejecución televisada de Rodrigo Rato y disponer de una paguica mensual sin salir de casa montarán en cólera. Igual que su colega griego, el líder podemita se daría de bruces con la realidad, y eso duele. Especialmente cuando has convencido a cinco millones de votantes de que los unicornios no sólo existen, sino que además son de color morado podemita.
2. El desastre económico vacunaría a los españoles para un par de décadas. No cabe ninguna duda de que un gobierno de socialistas y podemitas sería la garantía del desplome de los principales indicadores económicos del país. La desconfianza de los actores de la economía, las pretensiones del nuevo gobierno de acabar con todas las medidas que han demostrado su eficacia para comenzar a salir de la crisis y su apuesta decidida por un aumento salvaje del gasto público pondrían de manifiesto el carácter destructivo de la izquierda en materia económica. El batacazo sería recordado durante lustros por todos los votantes.
3. Las carmenadas serían un dechado de rigor al lado de las charlotadas de los ministros podemitas. La capacidad de los miembros de Podemos para el disparate no tiene un límite conocido. Las ocurrencias antisistema de los ministros podemitas y sus meteduras de pata, junto a la cuota de pajines que el bando socialista incorpora siempre en sus gobiernos, convertirían la lectura diaria de la prensa en una de las actividades más divertidas de este comienzo de 2016.
4. El PSOE amortizaría a Sánchez e iniciaría el largo camino a la socialdemocracia. Los barones harían una carnicería de consumarse ese pacto de Sánchez con Iglesias. No porque mantengan diferencias programáticas con los podemitas (García Page, uno de los más críticos con una alianza con Podemos, gobierna gracias al apoyo de este partido), ni porque crean que es perjudicial para España, sino porque una decisión de este calado dañaría al PSOE y las consecuencias las pagarían también sus líderes territoriales. Sánchez saldría a patadas del PSOE y habría alguna posibilidad de que el partido señero de la izquierda española algún día se convirtiera en una formación homologable a la socialdemocracia europea.
5. Los conflictos entre socialistas y podemitas obligarían a convocar elecciones anticipadas. Las dos formaciones llegarían a esos comicios completamente desprestigiadas ante sus respectivos votantes. Los podemitas por no haber sido suficientemente radicales y los socialistas por haberse aliado con unos comunistas descerebrados. Sería la oportunidad para que triunfaran las ideas conservadoras y liberales, las más decentes en este perro mundo y las únicas que aseguran la propiedad privada, la libertad individual y el camino a la prosperidad.