IGNACIO CAMACHO-ABC

  • «Consenso no significa repartirse los nombramientos sino ponerse de acuerdo en todos ellos con derecho mutuo de veto»

«Si el Gobierno y la oposición quisieran de verdad, el Consejo del Poder Judicial estaba renovado en tres días. Quince como mucho. Con la norma vigente. Pero con la voluntad mutua de no pervertirla». El interlocutor es magistrado jubilado –«¡¡no me digas emérito!!»– y ha estado en tribunales de alto nivel, de esos cuyos miembros se eligen en el ahora disputado ‘Cegepejota’. Muchas importantes sentencias, algunas de notable repercusión política, llevan su firma. Sabe de lo que habla porque también ha asesorado proyectos de ley y ha participado en la vida corporativa.

«Mira, no es tan difícil. Nada de esa idea estrambótica del sorteo. Se trata de respetar el procedimiento. Primero, por puro respeto a las formas, devolver la negociación al Parlamento, que ha quedado al margen de todo esto. Segundo: allí ya hay una lista con cincuenta candidatos, ¿no? Pues es cuestión de sentarse y no volverse a levantar sin sacar veinte, no sólo los doce en debate, por consenso. Consenso no significa que socialistas y populares se los repartan en proporción, tú a once y yo a nueve, sino que se pongan de acuerdo sobre todos ellos, lo que descartaría a los de perfil ideológico más acusado, los más talibanes, para entendernos. Derecho mutuo de veto. ¿Qué no salen veinte? Sería un poco problemático, pero se les podría pedir otra tanda a las asociaciones profesionales. Mal menor para un bien mayor».

«El problema es que hay alergia a la independencia. Quieren ‘soldados’, me lo dijo una vez un dirigente de los que se encargan de estas cosas. Y Sánchez, por motivos bastante obvios, está obsesionado con ocupar los tribunales, sobre todo el Supremo. Hay allí más de veinte vacantes, y unas setenta más entre Audiencias y tribunales autonómicos. Eso significa que el que logre nombrar a la mayoría se asegura el control de la justicia para un mínimo de quince años. Y yo entiendo que el PP no pueda tragar con eso, visto cómo el presidente ha escogido al fiscal del Estado o a los miembros del Constitucional. No sólo eso: es que los fiscales de Sala más recientes han salido todos de la cuerda gubernamental, cuya asociación, al igual que en la judicatura, es minoritaria en la carrera. Criterio de afinidad o de obediencia».

«Sánchez no quiere pacto, va a por todas, y el PP no puede ceder, sería un suicidio político. Ahora bien, yo no confiaría en que Europa vaya a parar una reforma como la que está rumiando el Ejecutivo. Por sentido pragmático aconsejaría, y me han preguntado, renovar ya bajo garantía de un reparto al 60/40 de los nombramientos, porque el sistema no resiste mucho más el colapso. Pero me dicen: ¿y te fiarías? Y ahí ya me callo, claro. Lo que sí te digo es que éste es un asunto y un momento neurálgico. Porque está en juego algo muy serio. La independencia de los poderes es el punto de inflexión a partir del cual una democracia puede dejar de serlo…«.