Contrapodemos

EL CORREO 16/02/15
TONIA ETXARRI

· La carrera electoral está plagada de obstáculos para todos; desde Pedro Sánchez con Tomás Gómez hasta Pablo Iglesias con Monedero

Ni sus filias por los regímenes bolivarianos, ni las sospechas sobre la financiación irregular de este joven partido, ni sus maniobras para desactivar a IU pueden con la tendencia que van marcando las encuestas, situando a Podemos como el único partido capaz de disputarle la mayoría al PP. Desde que el equipo de Pablo Iglesias se presentó como el abanderado contra la corrupción le han ido brotando algunas manchas en su historial que, si bien en otras formaciones políticas habrían supuesto un revés en la carrera electoral, a Podemos parece no afectarle.

Hacienda ha puesto la lupa sobre sus cuentas y algunos partidos les reclaman lo mismo que ellos exigen a los demás. Políticos y observadores críticos con el populismo ponen el acento en la falta de libertades de Venezuela, cuyo régimen ha sido una referencia constante en las intervenciones de los dirigentes de Podemos mientras se proyecta sobre ellos la sombra de la presunta injerencia de otros países en su financiación, lo que supondría una vulneración de la ley. Izquierda Unida empieza a acusar el golpe de la fractura en su seno mientras el veterano Cayo Lara denuncia que «quieren los votos del PSOE y los cuadros de IU». Pero no importa. Los profesores siguen imparables. Con su carrera, sus contradicciones y sus trampas.

El PSOE de Pedro Sánchez, que quiere ignorar el fenómeno para no reconocer que Podemos puede hacerle el ‘sorpasso’ en las urnas, sigue actuando por pulsión de sondeos. El tiempo dirá si su golpe de mano contra la dirección socialista de Madrid, destituyendo a su líder Tomas Gomez, va a ser comprendido por el electorado.

Ayer, en Barakaldo, de la mano de Idoia Mendia, seguía sin ofrecer explicaciones convincentes sobre su ‘desactivación’ de la cúpula madrileña. Solo habló de limpiar. ¿Eso quiere decir que Tomás Gómez ‘manchaba’ el partido? Los militantes que acudieron ayer al mitin le aplaudieron con entusiasmo. Nada que cuestionar. ¿Sobre la destitución de Tomás Gomez? «Algo habrá hecho», decían quienes quisieron hablar ante los micrófonos. Sin entrar en que la fulminante destitución, saltándose la voluntad de la militancia que había elegido al destituido como el candidato único, tiene muy poco que ver con las elecciones primarias, los procesos transparentes y la democracia interna.

Le está costando a Sánchez hacer creer a su electorado que el PSOE puede disputarle la mayoría al partido de Rajoy. Sus ‘bandazos’ no se explican de otro modo que no sea la búsqueda de su sitio, que no acaba de encontrar. Contra la designación de Juncker como presidente de la Comisión Europea, a pesar del voto de los socialistas del eurogrupo. Contra la reforma del artículo 135 de la Constitución que pactó Zapatero con Rajoy en la legislatura pasada. A favor de un pacto de Estado contra el yihadismo, aunque eso conlleve la aplicación de la prisión permanente revisable y provoque tal estupefacción en dirigentes como Eduardo Madina que se llegó a preguntar qué les está pasando a los socialistas para haber llegado a ese extremo.

Los de Podemos se muestran convencidos de que la ‘operación limpieza’ del PSOE les da más municiones electoral. Pablo Iglesias ya ha cerrado sus listas. En Euskadi, un amigo de Monedero, el profesor Roberto Uriarte, concurre a las próximas elecciones mostrándose contrario a la independencia. En principio. Veremos en qué queda la oferta electoral.

Podemos va tejiendo su programa a toda velocidad y sobre la marcha. Monedero ha quedado ‘tocado’. Por su capacidad para mentir. Por trampear a Hacienda. Por confundir el control de la Agencia Tributaria con la «persecución». Esa capacidad para reponer 200.000 euros en una declaración complementaria después de haber negado la mayor. Tan molestos todos los dirigentes cada vez que la prensa los relaciona con el régimen venezolano sin caer en la cuenta que, en tiempos de las redes sociales, sus impagables intervenciones se ven. Y se difunden. De todas ellas, quizá la que más sorna ha provocado es la de una intervención de Monedero con la bandera venezolana a modo de brazalete y exhortando a su audiencia con un «¡Chávez, Chávez, Chávez, carajo!». Un mensaje sutil, donde los haya.

Estos días en los que la Policía venezolana volvió a cargar contra manifestantes con una violencia extrema, circulaba por las redes una propuesta que tuvo mucho eco: «Que Podemos guarde un minuto de silencio en recuerdo de los 43 estudiantes asesinados por las Policía de Maduro hace un año».

‘Tic tac, tic tac’… y Monedero sigue sin mostrar los contratos con los cuatro gobiernos latinoamericanos que explicarían la procedencia de su ‘pasta’. No importa. Las encuestas, de momento, se lo perdonan todo. Y los populistas se marcan un ‘farol’. Con el fichaje de Hervé Falciani «para combatir el fraude y los paraísos fiscales» no saben en realidad a quien han puesto a cuidar de la finca. Del ingeniero informático que pirateó las listas del Banco HSBC poco sabíamos en este país. Pero en Francia le siguieron el surco durante cinco años.

Antes de fichar por el HBSC, fue croupier de casino ocho años en Mónaco y jugador de póker profesional. Ha hecho un gran favor al combate contra la delincuencia fiscal internacional, pero sus razones no eran altruistas sino «comerciales». Según ‘Le Monde’, que lo investigó a fondo, intentó vender los disquetes a bancos libaneses sin éxito y solo entregó el material a la Justicia francesa para impedir su extradición a Suiza. Un perfil de excelencia, sin duda. La carrera electoral está llena de obstáculos. Para todos. Podemos no va a ser una excepción.