Convergència culpa a Pujol de su desplome

EL MUNDO 02/09/14

· Los nacionalistas acusan al ex ‘president’ de propiciar su negra perspectiva electoral

Convergència ya no se conforma con sacrificar a su líder espiritual, ahora también pretende utilizarlo para justificar todos sus males, los presentes y los futuros.

Sólo así se explica que los nacionalistas culparan ayer a Jordi Pujol de sus infaustas perspectivas electorales. El número dos de CDC otorgó a la confesión del ex presidente de la Generalitat una «influencia significativa» en los resultados de la encuesta de EL MUNDO, que vaticina la victoria de ERC en unas eventuales elecciones autonómicas anticipadas y sitúa a CiU con menos del 20% de intención de voto.

Josep Rull consideró el «asunto Pujol» un factor determinante para entender el panorama que dibuja el sondeo.

El coordinador general de CDC se negó a reconocer que es la estrategia equivocada de su partido de asumir como propio el discurso independentista republicano lo que está socavando la credibilidad y la proyección electoral de CiU. Rull defendió que la «apuesta convergente de dotar a la ciudadanía de los mejores elementos de autogobierno» no es un ingrediente «relevante» a la hora de analizar los motivos del acusado descalabro que los nacionalistas ya asumen internamente como seguro. Prueba de ello es que CDC está intentando a toda costa cerrar un acuerdo con ERC para que ambas formaciones concurran en lista conjunta a esas elecciones plebiscitarias que Mas tiene previsto convocar para dar salida a su desafío soberanista si el Tribunal Constitucional (TC) acaba prohibiendo la celebración de la consulta. Mas sondeó a Junqueras en la reunión que ambos líderes mantuvieron a principios de agosto para explorar los escenarios posteriores al 9 de noviembre, pero obtuvo una negativa del jefe de filas republicano, quien exigió como condición para posibles pactos futuros que el presidente de la Generalitat desobedezca al Alto Tribunal y saque las urnas a la calle pese a su veto.

Mas tiene claro que no dará ese paso, pero los nacionalistas siguen dejando abierta la posibilidad de culminar su órdago para evitar que ERC monopolice la intención de voto del electorado independentista. «A otros les juzgan por expectativas, a nosotros deben juzgarnos por los hechos», deslizó Rull, instalándose en ese discurso ambiguo al que CDC se aferra para no reconocer que el final de la vía independentista está a la vuelta de la esquina. «Alguien puede dudar de nuestra determinación, pero daremos la voz al pueblo de Cataluña y la realidad nos permitirá reorientarnos», abundó el diputado nacionalista para pintar algo de optimismo en el horizonte de su formación.

El sondeo que Sigma Dos realizó para este diario entre el 26 y el 29 de agosto no viene más que a confirmar la tendencia que venían apuntando incluso las encuestas elaboradas por el ente demoscópico de la Generalitat, que, ya en febrero de 2013, situó a ERC por encima de CiU en intención directa de voto. Las elecciones europeas confirmaron ese pronóstico y ERC se convirtió por primera vez en democracia en la fuerza más votada, mientras CiU perdía 11 puntos en comparación con las elecciones autonómicas de 2012.

Ninguno de esos síntomas hacen admitir públicamente a los nacionalistas que es su gestión del proceso independentista lo que está llevando a los catalanes a dejar de confiar en ellos. Tras responsabilizar a Pujol, Rull recurrió a los habituales chivos expiatorios de su partido: el tripartito y el Gobierno.

A ambos acusó de comprometer la viabilidad económica de Cataluña, devastando sus finanzas públicas y obligándole a convivir con un «terrible déficit fiscal». Y es que para el coordinador general de CDC, además de la confesa evasión fiscal de Pujol, es la crisis económica la que explica la sangría electoral de su formación.

Más militantes pese al escándalo
CDC defendió ayer que el escándalo de la fortuna oculta de los Pujol no ha afectado al partido en términos «cuantitativos». Josep Rull aseguró, sin dar cifras, que la formación que preside Artur Mas ha tenido «más altas que bajas» durante el mes de agosto.

El partido continúa tratando de transmitir normalidad, al tiempo que busca enterrar políticamente al que fue su fundador. Mas pidió el sábado «separar el pasado y el presente» y defendió que Pujol «lleva más de 10 años sin tomar decisiones en CiU ni el Gobierno de Cataluña».

Rull situó el inicio de la «refundación» del partido en el consejo nacional que CDC celebrará el próximo sábado y que culminará en un cónclave extraordinario que tendrá lugar el próximo año.