Currin afirma que «ETA no tiene otra elección que seguir a Sortu»

Dice que en Madrid hay «miedo» a una democracia global en Euskadi. Cree que Batasuna ha comprendido «perfectamente» lo que había de «bueno y de racional en la elección de la legalización»

El abogado surafricano y mediador internacional Brian Currin mantiene que la «legalización de la izquierda abertzale» y sus resultados en las elecciones del pasado 22 de mayo hacen que ETA no tenga «otra elección que seguir a Sortu». En un artículo publicado este mes en Le Monde Diplomatique títulado ‘Elegir la paz en el País Vasco’, Currin considera que en Madrid hay «miedo» a una democracia global en Euskadi en la que participaría «el conjunto de los nacionalistas favorables a la autodeterminación».

En el texto, traducido a más de cuarenta idiomas, Currin asegura que será el compromiso de todos los partidos vascos, «que pretenden llegar a encontrar una solución democrática negociada», el que «seguramente llevará a ETA a renunciar a sus acciones». Entiende que la dirección de Batasuna ha comprendido «perfectamente lo que había de bueno y de racional en la elección de la legalización». El letrado surafricano expone que el movimiento realizado por la izquierda abertzale hacia un nuevo partido respetando las condiciones «ha sido progresivo».

Currin asegura que Madrid presenta a ETA como una «banda criminal y terrorista» y que le imprime «la etiqueta de esta organización a toda la izquierda abertzale que explícitamente no la ha condenado, incluidos a los que nunca han cometido actos violentos ni han exaltado el recurso a la violencia». Advierte, además, de que «hay que hacer una distinción entre cuestión política y violencia».

En un análisis de los resultados electorales del 22-M, el artículo refleja que Bildu, coalición a la que se refiere como «izquierda nacionalista», ha logrado el 25,5% de los votos. En opinión de Currin, la decisión de la izquierda abertzale de «satisfacer las exigencias de la legalización» así como la declaración de una tregua han sido provocadas, en parte, por las gestiones internacionales realizadas a partir de la Declaración de Bruselas y del Grupo Internacional de Contacto (GIC) que coordina Currin.

Este grupo, mantiene el abogado surafricano, «tiene buenas razones para pensar que no está lejos de convertirse en realidad el abandono definitivo de la violencia por parte de ETA». El mediador tiene previsto volver a visitar Euskadi en las próximas semanas.

Temas pendientes

En su nuevo viaje, Currin incidirá en algo que considera también muy importante para propiciar o acelerar el final definitivo de ETA: poder llegar a un acuerdo sobre la flexibilización de la política penitenciaria y la legalización de Sortu, dos tareas a las el Grupo Internacional de Contacto dirige sus esfuerzos.

Asimismo, volverá a estudiar la posibilidad de tratar de contactar con víctimas del terrorismo de ETA. El Grupo Internacional de Contacto lleva casi un año intentando reunirse con las diferentes asociaciones de víctimas. De momento, estos colectivos han rechazado mantener cualquier encuentro con el abogado surafricano y los miembros del GIC. Hasta ahora solo han podido intercambiar posturas con alguna víctimas a título particular. Los principales colectivos de damnificados reclaman a los mediadores más firmeza contra ETA.