Darling sorprende a Salmond con su furia

EL CORREO 07/08/14

· El líder de la campaña contra la independencia de Escocia gana el primer debate televisado con el ministro principal, que partía como favorito

Alistair Darling ganó el debate por televisión entre los dos líderes de las campañas escocesas por el ‘sí’ y el ‘no’ a la independencia, según el juicio de la mayoría de los comentaristas en los medios de comunicación y de un sondeo celebrado tras la conclusión de su disputa dialéctica con Alex Salmond, en la noche del martes. Fue visto por 1,7 millones de hogares en Escocia, donde hay 2,4 millones.

El formato del debate permitió al ministro principal, Salmond, lanzar en primer lugar su mensaje hacia el caladero de votos laboristas. 30.000 niños ecoceses habrían caído este año en la definición de pobreza; 50.000 escoceses están afectados por el castigo fiscal del Gobierno de Londres a quienes reciben subsidio a la vivienda pero tienen una habitación vacía; la mitad de su vida –dijo– ha vivido bajo gobiernos en Londres que Escocia, laborista, no ha votado. Y el de ahora gasta una fortuna en renovar submarinos nucleares. Tenemos una oportunidad única de cambiar.

Darling comenzó subrayando su orgullo de ser escocés y recordando que el amor a tu familia o a tu país lleva en ocasiones a decir que no. Escocia se beneficia ahora de lo mejor de dos mundos, la autonomía y pertenecer a la más amplia comunidad de ambiciones y riesgos de Reino Unido. Si decidimos marcharnos, no hay retorno, y el líder independentista incitaría a esa marcha con especulaciones, tocando madera y fe ciega. No, gracias, concluyó. La campaña del ‘no’ ha amortiguado su perfil negativo añadiendo ese ‘gracias’ en carteles y discursos.

Era lo previsible. Salmond está convencido de que las elecciones las ganan aquellos que ofrecen un mensaje positivo, de promesa y cambio. Y Darling era, en su discurso inicial, el hombre cauto y aburrido de su permanente retrato. Pero, después de que la televisión conectase con una sala contigua, desde la que periodistas analizaban los contenidos, y la pausa para la publicidad, surgió un Darling imprevisto.

En el turno de las preguntas cruzadas entre los líderes, el exministro británico de Hacienda pidió a Salmond su plan B sobre la moneda. «Acepte por una vez que puede estar equivocado», le dijo, con su insistencia en que la unidad monetaria en torno a la libra esterlina ocurrirá, por mucho que todos los partidos de ámbito británico la hayan rechazado. El líder independentista mantuvo su línea: «Propongo lo que es mejor para Escocia y el resto de Reino Unido y lo mejor es la unión monetaria». Y, si no ocurre, utilizaremos la libra como Panamá o Ecuador usan el dólar, replicó Darling.

Ese segmento del debate decantó la victoria de Darling. Fue agresivo, señaló a Salmond con el dedo índice, calificó el plan de unidad monetaria y estricta coordinación fiscal como «estupidez con zancos». Y Salmond, empeñado en ocultar la arrogancia que le hace antipático ante los electores y en presentarse como calmado hombre de Estado, insistió en el plan A.

Sondeo
La sección de preguntas de la audiencia fue pobre porque el formato permitía una serie de preguntas y no daba tiempo a los dos políticos a ofrecer las respuestas detalladas que exigía cada caso. No hubo novedades políticas sobre pensiones. Salmond insistía en demandar a Darling que dijese que Escocia tiene un futuro viable y exitoso como país independiente. El líder del ‘no’ trastabilló cuando el moderador le preguntó qué medidas de mayor autonomía seguirían a su victoria. Las propuestas son variadas y Darling no encontró la frase sumaria que las resumiera.

El sondeo de ICM se publicó media hora después del debate. La muestra fue de 512 personas. Victoria de Darling por 56% contra 44%. Salmond habría ganado –44% contra 36%– entre los indecisos, 63 entre los sondeados. No son datos fiables, por la pequeñez de la muestra, ni dramáticos. Pero el primer debate televisado –la BBC está negociando la celebración de otro– se zanjó con el sentimiento de que Darling no había perdido. Y eso es una buena noticia para el ‘no, que lidera los sondeos de intención de voto.