Iñaki Ezkerra-El Correo
  • Los que no saben nada de los Austrias y los Borbones lo saben todo de los Baratheon y los Lannister. Los que desprecian el Palacio de Oriente sueñan con los Reinos de Poniente. Y los que odian a los Reyes Católicos no se pierden una de Daenerys Targaryen

Es un episodio de ‘Juego de tronos’ en el que el anciano y truculento lord Walder Frey recibe a los Stark en su castillo para casar a su hija con el hermano menor de Lady Catelyn. En medio de la fiesta, conocida como ‘La Boda Roja’, la propia Catelyn, junto a su hijo Robb Stark, el joven rey de Invernalia, su esposa embarazada y un importante número de parientes o vasallos son por sorpresa pasados a cuchillo.

La escena de esa fiesta-trampa constituye la entrega más impactante de la serie inspirada en las novelas de George R. R. Martin y tiene un similar antecedente, desconocido para sus admiradores, en la historia de la España medieval y en la cena que el muladí Amrus Ben Yusuf, recién nombrado gobernador de Toledo en el año 797, organizó en su palacio para más de 400 nobles, que murieron degollados por sus hombres en venganza de un hijo al que años antes se había ejecutado en esa misma ciudad.

Resulta un tanto chusco que tengamos que recurrir a las ficciones anglosajonas para saborear las imágenes efectistas de una escabechina que nuestros cineastas no han sabido extraer de nuestra propia historia real. Me he acordado de esa ‘noche toledana’, de la cual proviene la expresión que usamos para las madrugadas de insomnios, cólicos o trasiegos indeseados, gracias a la exposición que ha tenido lugar este fin de semana junto al Palacio de Oriente y en el mismo espacio museístico dedicado a las Colecciones Reales.

Con motivo del estreno, que tiene lugar hoy, de la segunda temporada de ‘La casa del Dragón’, el canal Max TV ha logrado hacerse con un espacio, ‘la sala Targaryen’, en esa galería dedicada a los monarcas españoles. Las armaduras, bordados y coronas de Felipe II o Carlos El Hechizado se han podido, así, codear con los del rey Aegon II o la reina Rhaenyra y su consorte, el príncipe Daemon.

La iniciativa me parece muy ilustrativa de las paradojas que nos reporta la noche toledana del presente español. Los que no saben nada de los Austrias y los Borbones lo saben todo de los Baratheon y los Lannister. Los que desprecian el Palacio de Oriente sueñan con los Reinos de Poniente. Y los que odian a los Reyes Católicos no se pierden una de Daenerys Targaryen.