De nuestra decadencia

RAMÓN PÉREZ-MAURA, ABC – 10/02/15

· Estamos aceptando su argumento de que somos nosotros los que estamos agrediendo a Rusia.

Vladímir Putin lo advirtió con toda claridad el pasado domingo: Rusia no irá a la anunciada cumbre del próximo miércoles en Minsk (Bielorrusia) si antes no se han resuelto «todas las cuestiones sobre las que hemos venido discutiendo durante estos días». Es decir, él no comparecerá más que si puede hacer su entrada como triunfador. Frente a esa actitud, el ministro García-Margallo nos aclaró ayer la posición de los gobiernos de la familia del Partido Popular Europeo: hay «unanimidad» en cuanto a que no es el momento de armar a Ucrania. «Eso sería respondido por la otra parte con otra escalada armamentística y no haríamos más que echar gasolina al fuego». Es decir, los gobiernos europeos de centro derecha opinan que la agresión de Rusia no debe ser contestada para que el señor del Kremlin no se moleste.

Cómo no llegar así a la conclusión de que Putin tiene razones para creer que ha convencido a importantes segmentos de la opinión pública mundial de que tenía razones para invadir Ucrania. No ya Crimea, Ucrania entera. Porque lo que ahora explica Moscú y compra una parte importante de Europa no es que Ucrania no tuviera derecho a pedir el ingreso en la Unión Europea. Eso ya se da por descontado. Hay países de primera, de segunda y luego están los antiguos miembros del imperio colonial ruso –llamado la Unión Soviética. Estos últimos no tienen soberanía para decidir dónde quieren estar. Pero el que quieran romper esa imposición no es la causa que se acepta para justificar la agresión rusa. La verdadera razón es que Rusia se siente amenazada por Occidente. Estamos aceptando su argumento de que somos nosotros los que estamos agrediendo a Rusia. Grande.

A partir de este punto queda claro que la idea de que en la era postsoviética el sistema político de referencia es la democracia ha dejado de ser verdad. La guerra es la peor de las soluciones posibles, pero la única realista cuando una parte está dispuesta a imponer su voluntad por medio de las armas –pesadas. Y Putin está empleándolas y nosotros estamos diciendo a quien ha pedido ser aceptado entre nosotros que no le vamos a dar otras armas para defenderse. Y, cosas veredes, amigo Sancho, hasta la malvada canciller Merkel se opone a plantarle cara al ruso. Y en cambio, el pacifista Barack Obama no se cansa de advertirnos las amenazas que penden sobre nosotros –mucho más que sobre él. Obama sabe que no es verdad que la ampliación de la OTAN haya sido ninguna violación de la Carta de París de 1990, como dice Putin.

Los dirigentes postsoviéticos recibieron la democracia y la libertad con los brazos abiertos tras la caída del comunismo. Pero Putin tiene declarado que ese momento del final de la Unión Soviética fue la mayor tragedia de la historia de Rusia. Y Europa hoy está avalando su tesis. No paramos de mejorar.

RAMÓN PÉREZ-MAURA, ABC – 10/02/15