Después de la tele

¿Quién engañó a Zapatero? ¿O él mismo no quiso ver los datos cuando empezó a llamar «antipatriotas» a quienes ya se asustaban en agosto de 2007? La banca, la bandera, el pleno empleo, la crisis han quedado sin respuestas en su comparecencia televisiva. Empezó mal cuando dijo «hace un año nadie imaginó…», porque hablaba solo de él y su círculo. Los demás ya se habían puesto en lo peor.

La próxima comparecencia del presidente Zapatero no será tan distendida. Porque la rendición de cuentas ante el Parlamento tiene otro perfil más duro y controvertido. El próximo día 10 de febrero sus señorías le interpelarán sobre la situación económica que atraviesa España. El mismo país que, en teoría no iba a estar afectado, según el presidente, por los primeros síntomas de las hipotecas basura de Estado Unidos y el mismo país que ahora está sufriendo una hemorragia de datos negativos sobre la destrucción de empleo. Zapatero lo sabe. Por eso, antes que dar cuentas en el Congreso que aprobó sus presupuestos con el único apoyo del PNV y BNG, eligió comparecer ante la televisión.

Con una estética de la imagen que domina, con los juegos malabares de la dialéctica que controla. En la rueda de preguntas, los ciudadanos pedían soluciones y se encontraron con consignas; querían ver a un presidente y se encontraron con un psicólogo. Un profesional del optimismo que sólo podía animar a los emprendedores a que siguieran con sus negocios. En tiempos de crisis, la claridad de ideas es lo que importa. Por eso los entrevistadores voluntarios del programa adaptado por TVE (que bien podía haberse llamado: ‘Tengo una pregunta para Usted. Pero yo no tengo respuesta para ustedes’) no estaban para oír florituras. Pero al terminar el espectáculo, con las luces de los focos ya apagadas, lo único que quedó fue el eco del mensaje sobre el esfuerzo del Gobierno y la preocupación por el desempleo.

Tan sólo Izaskun con su curriculum (la simpática joven con síndrome de Down) salió del programa con una promesa de llamada para conseguir un trabajo. Al resto de espectadores les pesaba el descreimiento, la preocupación, la desconfianza. No era un prejuicio. Se trataba de una conclusión después de haber visto la actuación de Zapatero, durante la campaña electoral en la que se negaba a reconocer la existencia de la crisis. Si hace un año no previo la catástrofe, ¿cómo se le puede creer ahora cuando dice que, a finales del 2009 veremos las primeras señales de la recuperación?
Ésa es la pregunta del millón. Quizás, detrás de las cámaras haya quedado prendida la idea vaga de que si mintió sobre la crisis no lo hizo adrede. Como le ocurrió a Aznar con las armas de destrucción masiva de Irak: que nos contó la mentira que a él le había pasado Bush. Pero en el caso del presidente y, dado que se le estaba alertando desde muchos sectores, además del Fondo Monetario, de la crisis que se nos venía encima, ¿quién engañó a Zapatero? ¿Existe ese alguien o fue él mismo quien no quiso ver que los datos le estaban estropeando el sueño cuando empezó a llamar «antipatriota» a todo aquel que empezó a asustarse en el mes de agosto de 2007?

La banca, la bandera, el pleno empleo, la crisis han quedado sin respuestas concretas. Empezó mal cuando dijo «hace un año nadie imaginó…» porque hablaba solo de él y su círculo halagador. Los demás ya se habían puesto en lo peor.

Tonia Etxarri, EL CORREO, 28/1/2009