El cable eléctrico

IGNACIO CAMACHO, ABC – 25/08/14

· La descarga recibida por Sosa Wagner es propia de quien ha pisado un cable de alta tensión en la red interna del partido.

Algo muy profundo ha debido de remover en UPyD la propuesta de confluencia con Ciudadanos que ha formulado su europortavoz Francisco Sosa Wagner. Algo que escapa al conocimiento o a la comprensión de la mayoría de quienes simpatizan con el partido de Rosa Díez y su sensato esfuerzo por levantar una vía de regeneración no rupturista del sistema democrático. Algo lo bastante importante como para que algunos de sus dirigentes hayan minusvalorado la pérdida de prestigio que supone una reacción de extrema acidez, cargada de reproches adhominem –tardíamente matizados– y tics políticos propios del más acendrado aparatismo sectario, justo la clase de comportamientos que con saludable lucidez han venido hasta ahora combatiendo y criticando. Algo tan esencial para ellos que justifique la abrupta e inesperada aproximación a la conducta acrítica y autoritaria de esos sauriopartidos de los que tratan de diferenciarse.

El atractivo de UPyD proviene no solo de su interesante propuesta tercerista dirigida a las clases medias insatisfechas con el desgaste del bipartidismo hegemónico, sino de la existencia de cuadros directivos brillantes, honestos y bien formados surgidos de la sociedad civil ajena al oficialismo de la política. Personas como el catedrático Sosa Wagner, destacado experto europeísta; Mayte Pagaza, una de las mujeres más valientes y honradas de nuestro activismo cívico; la solvente ensayista Irene Lozano o Toni Cantó, un tipo que podría ensombrecer en cualquier debate al mediático Pablo Iglesias, poseen esa mezcla de personalidad independiente, excelencia profesional y conciencia moral que a menudo se echa de menos en la escena pública.

El apoyo de intelectuales como Savater, Boadella o Vargas Llosa representa un aval insoslayable. Ver a parte de esa digna nomenclatura enredada en reyertas verbales, denuncias solapadas y garrotazos endogámicos constituye uno de los espectáculos más tristemente inesperados que cabía contemplar en estos tiempos convulsos.

Esa deplorable trifulca de miserias internas aventadas con estilo de aparatchiks se produce, además, por un motivo aparentemente incomprensible. La posibilidad de constituir una alianza con Ciudadanos parece como mínimo una hipótesis estratégica razonable habida cuenta de la dificultad general para percibir diferencias ideológicas, estructurales o programáticas entre ambas formaciones vocacionalmente reformistas y emparentadas en el espectro sociológico y cultural, que además se disputan de manera estéril un mismo electorado y constituyen la última frontera regeneracionista frente al populismo demagógico de Podemos.

La descarga eléctrica que ha recibido Sosa es propia de quien ha pisado un cable pelado, uno de esos conductos de alta tensión por los que circula la energía secreta de los partidos convencionales. Pero se supone que UPyD no lo es. O no lo era. O no quería serlo.

IGNACIO CAMACHO, ABC – 25/08/14