El escándalo no es la ambulancia, es Olabarria

VÍCTOR DE LA SERNA, EL MUNDO 22/03/14

· Muere una niña y lo utiliza el nacionalismo vasco.

· La pequeña Anne, del enclave de Treviño (Burgos), murió de septicemia tras negársele un traslado de urgencia al hospital. Pero lo más chocante fue el oportunismo instantáneo del PNV.

Las primeras interpretaciones de la noticia –que desde Vitoria no quisieron enviar a una ambulancia a recoger a la niña porque no residía en territorio vasco– fueron pronto matizadas: no fue tanto un problema de competencias como de mala práctica médica. En el mismo hospital vitoriano en que acabó falleciendo le habían diagnosticado una varicela sin gravedad y no quisieron tomar en consideración el agravamiento que el padre les comunicaba al intentar, sin éxito, obtener una ambulancia de urgencias, que según el protocolo sanitario entre el País Vasco y Castilla y León referido a Treviño, debe salir desde Vitoria. Pero un diputado del PNV por Álava reaccionó como el proverbial perro de Pavlov, buscando de inmediato rentabilizar políticamente la desgracia.

Decía José María Carrascal, en ABC: «‘Si Treviño fuera vasco, no habría ocurrido’, como ha dicho el parlamentario del PNV Emilio Olabarria. O sea, que lo de ser española no cuenta. O el ser niña. ¡Qué desvergüenza!»

Un comentario editorial de EL MUNDO fustigaba ese oportunismo: «Más allá de la obligada disculpa, la primera reacción del PNV –mimética de la de Bildu– pone de relieve hasta qué punto nacionalistas y separatistas anteponen sus reivindicaciones a cualquier circunstancia por trágica que sea. Que una criatura haya fallecido de una simple varicela sin la asistencia de una ambulancia por un posible problema de descoordinación entre comunidades debe avergonzarnos como sociedad y como país. Pero desde la cerrazón nacionalista, la tragedia es políticamente aprovechable».

Hace una generación, recordaba Ignacio Ruiz Quintano en ABC, se formuló con entusiasmo aquel silogismo de la globalización que anunciaba que ésta acabaría con los nacionalismos. Y añadía «Fue un grande error que no pueden reparar ni los soldados de la OTAN, esos ‘chavales majos’ que con sorna tolstoiana (después de todo, sólo se dedican a repartir madalenas) dice Putin. La Europa de Bruselas es una granja de ‘ordeño y mando’ (impuestos y prohibiciones) muy ajena a que en Treviño a una niña de tres años le nieguen una ambulancia por una guerra de cercados».

Sin olvidar que los conflictos de competencias sí causan serios perjuicios, claro. Eso afirmaba Roberto Ortiz, alcalde de La Puebla de Arganzón, en declaraciones recogidas por EL MUNDO: «Destaca cómo hace unos años, un cazador quedó atrapado en un agujero en Peña María y la búsqueda se retrasó hasta que Ertzaintza y Guardia Civil determinaron las competencias y se activó el dispositivo de rescate. Del mismo modo, algunos vecinos recuerdan el caso del fuego en una vivienda que tardó en sofocarse hasta aclarar si eran los bomberos de Álava o los de Burgos quienes tenían competencia en La Puebla».