«El Estado Islámico es la mayor amenaza global a la que se enfrenta el mundo»

EL CORREO 28/12/14
JOSÉ MARÍA GIL GARRE, DIRECTOR DE ESTUDIOS DEL INSTITUTO DE SEGURIDAD GLOBAL

· Considera que en España es más probable el ataque individual de un yihadista que un atentado complejo

 

José María Gil Garre es director del Departamento de Estudios sobre Terrorismo del Instituto de Seguridad Global. Ha publicado recientemente un informe –‘Nuestros yihadistas’– en el que recoge las conclusiones de dos años de trabajo interactuando con jóvenes españoles y marroquíes partidarios del terrorismo.

P– ¿Cuál es el grado de amenaza real para España?
R– Es similar al de otros países. Puede ser que cuantitativamente tengamos un riesgo menor en la medida en que ha retornado menos gente que fue a luchar a Siria. Pero también marchó menos gente. Ahora bien, este análisis parte de que sólo tomemos como amenaza a los yihadistas retornados. La experiencia nos está diciendo otra cosa. También están los ‘actores individuales’. Lo hemos visto en Francia, en Australia, en Canadá… Estamos ante un fenómeno global que actúa de manera singular.

P– ¿El riesgo vendrá entonces cuando sus líderes pidan a los yihadistas que no vayan a Siria o a Irak?
R– Exactamente. La yihad individual realizada en cualquier parte del mundo forma parte del manual del yihadista. No estamos ante una novedad, sino ante una manifestación más generalizada de estas conductas individuales, que son incontrolables e impredecibles. Se puede prever que se van a producir estos ataques. Pero no se puede actuar con eficacia contra individuos que se autoradicalizan, que se autoorganizan y que preparan atentados de muy bajas necesidades organizativas, pero que van a tener un gran impacto mediático. En España es más probable el ataque de un yihadista, acuchillando por ejemplo a personas en una plaza, que cualquier atentado complejo.

P– ¿Tiene Euskadi algún tipo de particularidad en este sentido?
R– No veo ningún elemento que me haga pensar que Euskadi se va a enfrentar a un peligro singular respecto a otros puntos de España. Esto forma parte de lo mismo. Es verdad que en los últimos años se han producido actividades de grupos salafistas en el País Vasco, pero no con mensajes predeterminados hacia la violencia. Es verdad que las actividades que rodean una mezquita pueden ser utilizadas por algunos individuos para realizar captación, para ver qué personas pueden ser susceptibles de radicalización. Pero no en la mezquita.

P– ¿Esos captadores funcionan al margen de las mezquitas?
R– Como en todos lados puede haber ‘malos’ infiltrados. Igual que en una iglesia puede haber un cura pederasta. Pero la radicalización no se inicia ni se perfecciona en una mezquita, aunque los captadores se muevan en el entorno islámico.

P– ¿La aparición del Estado Islámico ha hecho evolucionar el movimiento yihadista?
R– El día que se declaró la creación del califato me temblaban hasta las calandracas. Se trata de una formalidad necesaria para que cualquier fatua o mandato de ataque pueda tener validez desde la perspectiva yihadista. Por eso, Al-Qaida está ahora en una posición más débil. Porque nunca ha sido un califato. Tenga en cuenta que el califa Abu Bakr al-Baghdadi ha pedido la pleitesía de todos los musulmanes del mundo. Un hecho constatado es que el ISIS (autodenominado después Estado Islámico) registró una masiva incorporación de individuos después de la declaración del califato. Estamos ante la mayor amenaza global a la que se enfrenta el mundo. Y no podemos caer en el error de verla como lejana.

P– ¿Está cambiando también el perfil de los combatientes?
R– Vemos cosas terribles. Chicas que no son musulmanas, que se enamoran de perfiles en Facebook, se convierten y se van a Siria. Y acaban convertidas en esclavas sexuales. Aquí hay dos campos de batalla. El real, sobre el terreno, y el virtual, donde van ganando porque los Estados están parados. Algunos de estos chicos de los que se enamoran son muy atractivos, visten con ropa de marca, llevan relojes caros… Son yihadistas modernos. Individuos jóvenes que se motivan por la acción, la aventura y algo de religión. Incluso hay gente que se va porque tiene la oportunidad de desarrollar sus comportamientos psicopáticos.

Sin problemas económicos
P– El Gobierno cifró en medio centenar el número de españoles combatiendo en Siria.
R– En unas jornadas en Barcelona sobre prevención del yihadismo, varios analistas calculamos que entre 150 y 200 yihadistas que tenían residencia legal en España han salido hacia Siria e Irak. Hay gente que opina que hasta 400 personas. Pero realmente no podemos saber cuánta gente ha ido, porque cualquier persona con DNI español puede viajar a Turquía sin ningún tipo de visado. Y Turquía durante dos años ha sido una puerta abierta a todos los yihadistas que iban a Siria.

P– ¿Cómo se financian?
R– Alguna financiación les llega de aquí. Pero hay que tener en cuenta que la financiación es el menor de los problemas del ISIS. Cuando se metieron en el norte de Irak se hicieron con una zona con pozos petrolíferos. Se calcula que en aquella operación pudieron ingresar de golpe y porrazo 2.000 millones de dólares. Soy pesimista. Pero en Irak va a haber que poner pie en tierra. Es un tema endiablado. Si se inicia una operación en tierra servirá de argumento para la captación de nuevos yihadistas, pero si no se hace expandirán su poder.