El fracaso en la investidura debilita a Susana Díaz dentro y fuera del PSOE

ABC 09/05/15

· González le pide «coraje» para negarse a entregar la cabeza de Chaves y en el partido hay quien cree ahora que fue un «error» adelantar las elecciones

Susana Díaz terminará siendo presidenta de la Junta de Andalucía sin necesidad de repetir unas elecciones que nadie quiere, pero empiezan a oírse voces en el PSOE que juzgan un «error» haber adelantado los comicios. La falta de estabilidad que invocó para romper con IU, recuerdan, parece agravada en esta nueva legislatura. Por añadidura, con su empeño en ser investida antes de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo está dejando una sensación de debilidad que puede aumentar si la negociación con Podemos y Ciudadanos, incluso con el PP, se diluye finalmente en el complicado panorama de pactos tras al 24-M.

Hasta Rubalcaba sale en apoyo de la presidenta El ex secretario general del PSOE, viejo adversario interno de Susana Díaz, opina que lo ha hecho «bien» y que se intenta «deteriorar» su imagen
La enigmática frase del expresidente En referencia a un posible candidato alternativo a La Moncloa, González ve en Pedro Sánchez virtudes de presidente «… y comparándole con quién, todavía más»

Díaz lo sabe y, en un intento por conservar la iniciativa, ha convocado la tercera votación del Parlamento Andaluz el jueves 14 de mayo, aunque tiene pocas posibilidades de éxito. Uno de sus potenciales socios, Juan Marín, de Ciudadanos, dijo ayer que «no sabemos a qué obedece, salvo que tengan algo en cartera que desconocemos». Albert Rivera, a su lado, fue tajante en el tema de los ERE: «Con el aforamiento de (Manuel) Chaves, los andaluces no tienen legislatura». Y no parece que el expresidente andaluz esté por la labor de dimitir –José Antonio Griñán sí dejará de ser senador en semanas– ni el PSOE-A, donde el tema levanta ampollas, de exigírselo inmediatamente.

Sin diálogo con Ferraz
Esta situación está otorgando a Pedro Sánchez una victoria silenciosa en el pulso por el liderazgo del partido que mantiene con ella desde hace meses. Susana Díaz había afirmado que no toleraría «interferencias» suyas en el pacto; hasta el punto de que no ha habido más diálogo desde las elecciones del 22 de marzo que la información que ha ido suministrando el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, al Federal, César Luena. En los últimos días, Díaz ha iniciado un acercamiento al PP que ha molestado a Sánchez, obligado a hacer de la necesidad virtud y defenderlo.

Ayer, tras conocerse el segundo rechazo del Parlamento Andaluz a la investidura, Sánchez colgó un comentario en Twitter con la tesis oficial: la culpa de todo lo que está pasando es de Mariano Rajoy, que no deja gobernar a la lista más votada. «Pese a coaliciones en negativo, Andalucía tendrá pronto un gobierno y presidenta socialista con Susana Díaz», señaló el líder del PSOE en la red social, desde la que envió «un abrazo al pueblo andaluz». Lo cierto es que tanto en la federación andaluza como, sobre todo, en la dirección nacional, no son pocos los que creen que todo este proceso debilita el liderazgo de la presidenta.

De forma significativa, quien fue uno de sus adversarios más conspicuos en su época de secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, constató que el PP y el resto de grupos del Parlamento Andaluz pretenden «deteriorar» la imagen de Susana Díaz. Tanto él como el expresidente del Gobierno Felipe González, a quien presentó en un desayuno de Nueva Economía Fórum, la apoyaron. González defendió de forma acérrima a los expresidentes de la Junta de Andalucía cuya dimisión por el caso de los ERE exigen ya Ciudadanos y Podemos y pidió a estos dos partidos que «pierdan la virginidad» y apoyen a Díaz.

Ambos resaltaron que una cosa es cometer una irregularidad administrativa y otra «meter la mano en la caja», y «todo el mundo sabe» que ni Chaves ni Griñán lo han hecho. Un claro aviso a Díaz, que inició hace meses una competición de ejemplaridad con Sánchez a resultas de la cual ambos se tendrán que ir tras la imputación y no cuando les abran juicio oral. Felipe González recordó que a él le gusta «una justicia justa», no «ejemplar». «Si seguimos con ese tratamiento, estamos destruyendo los valores morales que sustentan la convivencia». El que fuera líder de los socialistas entre 1974 y 1997 reconoce que hace año y medio él era partidario de una «gran coalición» PP-PSOE para afrontar la crisis institucional de España, que sigue existiendo, alertó, pero hoy sería completamente inútil. Vamos, dijo, a un escenario político en el que PP y PSOE pugnarán por llegar del 25 al 30 por ciento del voto, no más, mientras Ciudadanos y Podemos obtendrán entre un 15 y un 20 por ciento.

La «pequeña coalición»
En esas condiciones, un pacto de populares y socialistas sería «pequeña coalición», con el agravante de que Podemos y Ciudadanos alcanzarían en ese mismo momento la categoría de alternativa en perjuicio del socio más pequeño del hipotético pacto que, de momento es el PSOE: «A ver quien se atreve a esa aventura».

Por otro lado, González volvió a echar un capote al liderazgo de Pedro Sánchez y, en su estilo, mando varios mensajes crípticos a Susana Díaz, Carme Chacón, Eduardo Madina y los críticos. Preguntado si ve en Sánchez virtudes para ser presidente del Gobierno, respondió: ««Yo creo que sí… y comparado con quién, creo más todavía que sí». González dice que es «una broma» pensar que el congreso que nombró a Sánchez fue la primera vuelta de nada y pidió «darle estabilidad» y «oportunidad» a quien ganó.