El Golpe de cada día

EL MUNDO 26/05/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

SEGÚN el diario de soraya.cat, Rajoy está dispuesto, esta vez, a impedir que la Generalidad catalana, en abierta rebelión contra el Estado que representa y del que mensualmente cobra, celebre un referéndum para acabar con la ciudadanía española en Cataluña y crear, con el apoyo de los detritos chavistas de Madrid, una república totalitaria en Cataluña. La razón para que Rajoy no permita, esta vez, las urnas funerarias de la democracia española en Cataluña, es la imagen internacional de España, que sería la de un rompecabezas a punto de descabalarse y en el que nadie en su sano juicio invertiría. O sea, para que no se rían a sus espaldas en Bruselas.

Pero la imagen nacional de la Nación, el decoro que los políticos deben observar al representarnos, sigue sin importarle a Rajoy. Sólo eso explica que insista, por tercera vez y por escrito, en invitar al cabecilla del Golpe a las Cortes, sede de la soberanía nacional y templo de las leyes que obligan a intervenir cualquier administración fuera de la ley, para que inste a los representantes de todos los españoles, incluidos los de Cataluña, a disolverse.

Es como si Landelino, al entrar Tejero con el pistolón, hubiera dicho:

– Mi Teniente Coronel, por favor, guarde el arma, suba a esta tribuna que tantos grandes patriotas han ocupado desde 1812, y diga a los diputados que vuecencia acaba de secuestrar por qué lo hace, dialogaremos y seguro que llegamos a una solución. Mientras, que sus valerosos acompañantes bajen sus fusiles, no vaya a escaparse un tiro y tengamos una desgracia.

Lo que hizo Suárez fue resistirse a la humillación, y cuando se vio que el Rey y el Ejército no respaldaban el Golpe, lo que hizo Calvo Sotelo fue encarcelar a los golpistas, juzgarlos y mandarlos treinta años a la cárcel.

Pero como decía ayer Arcadi, lo que le pasa al Gobierno y a la oposición decentita es que están hechos al golpe de Estado a plazos que el separatismo y sus brigadas mediáticas, políticas y balompédicas vienen perpetrando a diario desde 1980 y se han asustado al verlo entero en la Ley de Desconexión: incumplimiento de las leyes, discriminación lingüística, censo y escarnio de jueces y ciudadanos desafectos, financiación de medios afines y cierre de los hostiles, corrupción sagrada por cuatribarrada… ¿Algo nuevo?

Sí: el fin de los cómodos plazos.