El partido vasco Bildu no es tan intachable como aparenta

Nöel Pedreira, «Le Temps», 20 de junio 2011

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En las elecciones municipales  españolas del 22 de mayo, la coalición independentista Bildu ha logrado en el País Vasco una votación del 25%, detrás del 29% de los nacionalistas (PNV), pero por delante de los socialistas y el Partido Popular (PP). Bildu gobernará 106 municipios, 93 el PNV, los socialistas 8 y el PP 6. A pesar de que Bildu ha pretendido distanciarse de la banda terrorista ETA para apostar por vías «exclusivamente pacíficas y democráticas», queda la duda en cuanto a cuáles son sus verdaderas intenciones, así como su capacidad real para cumplir con las reglas de la democracia.

El Tribunal Supremo español había decretado la prohibición de Bildu, teniendo en cuenta que esta formación política era una reactivación de Batasuna, el escaparate político de ETA, prohibida desde 2003. Sin embargo, el Tribunal Constitucional anuló la sentencia por muy escaso margen: ¡seis magistrados dieron luz verde a la Bildu, mientras que cinco se opusieron a ella! Se permitió el acceso de Bildu a los comicios, con el éxito que ya conocemos.

El 11 de junio, los ayuntamientos eligieron a sus alcaldes. Pero en algunas localidades, Bildu va a ganar las elecciones sin tener la mayoría absoluta. Se han llevado a cabo negociaciones entre los partidos para permitir que Bildu gobernara, y en otros casos para impedirlo. Concejales del PNV y el PP afirmaron haber estado bajo una fuerte presión de Bildu, cuyos seguidores no han dudado en acosar, intimidar y reprender a algunos cargos electos: en el pueblo de Elorrio, el único concejal del PP ha sido objeto de varias amenazas y no se puede desplazarse por la localidad sin sus dos guardaespaldas. Por otra parte, activistas por la independencia han atacado a los periodistas, y les niegan el acceso al ayuntamiento. Líderes de Bildu han tratado de minimizar estos excesos – calificándolos de «casos aislados» – y teniendo gran cuidado de no condenarlos.

Cuando Batasuna estaba en los ayuntamientos vascos, las fachadas de los ayuntamientos mostraban retratos de los «presos políticos vascos». Eran, de hecho, miembros de ETA condenados por delitos tales como colaboración con una organización terrorista, secuestro, extorsión y asesinato. Los familiares de las víctimas de ETA pasaban todos los días bajo el retrato del hombre que había asesinado a un cónyuge, padre, hermano. El pasado 12 de junio, los líderes de Bildu encabezaron en Bilbao una manifestación para pedir el traslado de los presos de ETA encarcelados en distintas ciudades españolas. También pedían la amnistía, así como conceder la condición de «víctimas» a las familias de los presos.

Bajo el mandato de Bildu, parece que asistimos a una reescritura de la historia reciente del País Vasco, que tiende a una legitimación clara de los métodos terroristas de ETA. Sus miembros, sin embargo, responsable de la muerte de 857 personas, son presentados como «héroes» y «víctimas de la represión de los estados español y francés». En cuanto a Batasuna, sus dirigentes se han negado a condenar explícitamente la violencia indiscriminada de ETA. ¿Cómo es que ahora se enfrentan a Bildu? ¿No hay un riesgo evidente de manipulación?

En los últimos años, Batasuna ha estado haciendo una intensa labor de influencia en las instituciones europeas, tanto en Bruselas como en la ONU en Ginebra; la difusión de un único punto de vista del «conflicto» vasco, que sin embargo, no resistir un simple análisis de los hechos. Así, Jon Andoni Lekue, responsable de relaciones internacionales de Batasuna, fue capaz de crear grupos de apoyo a la causa separatista vasco en los Parlamentos Inglés y Suizo, además de haber sido muy activos en Alemania y otros países europeos. En esta dinámica, el control de Bildu por parte de Batasuna parece probable.

Por tanto, es esencial recordar que en junio de 2009, los jueces de la Corte Europea de Derechos Humanos reconocieron por unanimidad que la prohibición de Batasuna se debió a una «necesidad social imperiosa», puesto que los vínculos documentados entre Batasuna y ETA podían ser «vistos objetivamente como una amenaza a la democracia». La Corte señaló que «los actos y discursos imputables a un conjunto de Batasuna están dando una imagen clara de un modelo de sociedad que estaría en contradicción con el concepto de sociedad democrática».

Al colocar esta sentencia junto con los últimos acontecimientos en el País Vasco, el malestar se instala. ¿Hay un deseo real por parte de Bildu de romper con la actitud anti-democrática y la oposición a la libertad de la izquierda separatista vasca en las últimas décadas? En última instancia, la lección de la ciudadanía vasca es la siguiente: ¡el 75% del electorado optó por no prestar apoyo a Bildu y su objetivo final de crear un «estado independiente vasco socialista!

Nöel Pedreira, representante en Suiza de la «Fundación para la Libertad»

Nöel Pedreira, «Le Temps», 20 de junio 2011