El peor de los escenarios

VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 29/09/15

· Tenemos mucho tiempo para escrutar los gigantescos errores cometidos en el pasado pero ahora es más urgente tomar conciencia de lo que tenemos delante hoy. Y digámoslo ya: la situación surgida tras las elecciones catalanas es endemoniada y muy peligrosa, por muchos adornos que se le intenten poner al pastel.

Es verdad que los independentistas no han conseguido ni el 50% de los votos –un porcentaje, de todos modos, que en cualquier país que tuviera que bregar con un problema similar se consideraría absolutamente insuficiente para iniciar un proceso de secesión–, lo cual quiere decir que por lo menos la mitad de la población catalana no apoya la ruptura con el resto de España. Es también verdad que la coalición de Juntos ha perdido de momento nueve escaños –hay que esperar al recuento de los votantes residentes en el extranjero, que podría alterar algún resultado–, lo que no les otorga ninguna fuerza moral para declararse vencedores indiscutibles de esas elecciones.

Pero la verdad final, la resultante del recuento de los votos emitidos, dice que este nuevo Parlamento estará dominado por los secesionistas. El problema que tenía España antes del 27-S lo sigue teniendo después corregido y aumentado, porque la altísima participación no deja lugar a ninguna duda: esto es lo que los catalanes han querido. Y han querido que las formaciones que se proponen romper sus lazos con España, incumplir abiertamente la legislación y poner en marcha las instituciones de un Estado soberano tengan la legitimidad de los votos y la fuerza necesaria para emprender ese camino.

Y a esto nos vamos a tener que enfrentar en cuanto se constituya la Cámara y se forme Gobierno. Por eso, aunque el destino personal y político de Artur Mas tenga algún interés, es un elemento irrelevante porque, con él o sin él al frente de la Generalitat, habrá un presidente que se comportará en términos políticos de la misma manera. Con un agravante muy serio: los Juntos necesitan para sumar la mayoría absoluta a un partido que resulta explosivo para el sistema, un partido que ha crecido exponencialmente en esta ocasión, pero que dentro de cuatro años crecerá más porque incorporará como votantes propios a los chicos que hoy tienen 14 y 15 años, clientes fáciles de las doctrinas antisistema, precisamente las que defiende la CUP.

Es ese partido el que tiene la sartén por el mango en Cataluña y el que impondrá las directrices en la gestión del futuro Gobierno, ya de por sí complicado de constituir. Será la CUP la que diga si se declara, o no, unilateralmente la independencia y cuándo, qué leyes se incumplirán y qué presupuestos se aprobarán y para qué se destinarán. De modo que Cataluña no sólo está hoy, por decisión de la mitad de los catalanes, en manos de los independentistas, sino que éstos están, además, en manos de los antisistema.

Ese es el terrible destino de Cataluña en los próximos cuatro años. Y ése es también el desafío al que se enfrenta una España que empezaba a sacar la cabeza de la crisis y se ve, desde ayer, sumida en un torbellino cuyas consecuencias finales pueden ser catastróficas en todos los órdenes para nuestro país. Qué importa lo que pase con Mas.

VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 29/09/15