El PNV condiciona la unidad soberanista a que la izquierda abertzale haga autocrítica

EL CORREO – 06/04/15

«Si dan el paso, nos van a tener a su lado para hacer todo lo que haya que hacer», promete Ortuzar en el Aberri Eguna.

El PNV aprovechó ayer la celebración del Aberri Eguna para lanzar un guiño condicionado y no demasiado concreto a la izquierda abertzale. Tras una semana en la que ambas partes se han lanzado constantes reproches, los jeltzales quisieron cortejar a sus adversarios en la lucha por la hegemonía del campo nacionalista con un vaticinio: la unión de las fuerzas soberanistas vascas al estilo de lo que está sucediendo en Cataluña no es una hipótesis imposible, pero que sólo podrá materializarse si los dirigentes de Sortu hacen autocrítica por su pasado y el de ETA. «Si dan el paso, nos van a tener a su lado para hacer todo lo que haya que hacer», prometió Andoni Ortuzar sin aclarar qué habría que hacer.

El presidente del Euzkadi buru batzar fue el encargado de cerrar un acto en el que también tomó parte el lehendakari, Iñigo Urkullu, y al que asistió la plana mayor de la formación jeltzale, así como numerosos cargos intermedios y militantes. Bajo el lema ‘Herriz herri’ (Pueblo a pueblo), el PNV quiso aprovechar uno de los actos más simbólicos que celebra el partido –el de 2015 coincide además con los 150 años del nacimiento de Sabino Arana– para lanzar la campaña de las municipales y forales con un discurso en el que dibujó una formación pragmática pero que no olvida sus aspiraciones maximalistas. Capaz de gestionar como nadie las instituciones y garantizar la «estabilidad», el «bienestar» y la «pujanza», y al mismo tiempo dispuesto a trabajar por una «Euskadi libre».

El ‘Aberri’ llegaba en un momento en el que las relaciones con la izquierda abertzale no pasan por su mejor momento. Al enfrentamiento abierto por el liderazgo de Gipuzkoa y el malestar que genera en Sabin Etxea la sucesión de denuncias presentadas por Sortu contra cargos locales del PNV –la mayoría de las cuales acaban sobreseídas–, se le añadía la tensión generada después de que el pasado martes el lehendakari presentase el programa Zuzendu, un proyecto que apuesta por fomentar la autocrítica como fórmula para construir la convivencia en Euskadi y que, sobre todo, pone el foco de atención en el «entorno político» de ETA.

El documento generó las airadas críticas de Pernando Barrena, quien recalcó sólo un día después que la izquierda abertzale no tiene intención de abjurar de su pasado. La polémica se extendió al viernes, cuando el portavoz de EH Bildu en el Parlamento, Julen Arzuaga, acusó a Urkullu de caer en la «soberbia» y Joseba Egibar respondió que la coalición soberanista está «atenazada por ETA».

Pluma y tinta

A esto hay que sumar el tira y afloja que mantienen las direcciones del PNV y Sortu para alumbrar una ‘hoja de ruta’ consensuada sobre el ‘suelo ético’ sobre el que construir la futura convivencia en Euskadi. Ha habido intercambio de documentos, pero sin que haya ‘fumata blanca’.

Con todos estos antecedentes sobre la mesa, Ortuzar aprovechó el «día más grande para cualquier abertzale» para lanzar, «solemnemente», un ofrecimiento a la izquierda abertzale: el PNV está dispuesto «a escribir un nuevo capítulo en la historia del país» de la mano de Sortu, siempre y cuando sus dirigentes hagan autocrítica de su pasado y de la violencia de ETA. «Tienen en su mesa una propuesta concreta del PNV que mira al futuro para avanzar en la paz y en la convivencia», recordó Ortuzar. Y añadió: «Para abrir bien un nuevo capítulo hay que cerrar bien el anterior. Y para hacerlo necesitamos la pluma de la paz y la tinta de la convivencia (…) Si dan el paso, nos van a tener a su lado para hacer todo lo que haya que hacer».

El presidente del PNV jugó a la ambigüedad y evitó concretar hasta dónde está dispuesto a llegar su partido. Tras el verano se celebrarán las elecciones catalanas que demostrarán la fortaleza del proceso soberanista y de la estrategia desarrollada por Artur Mas y ERC, y también en otoño se profundizará en el debate sobre el nuevo estatus para Euskadi. Son dos cuestiones que avivarán la discusión sobre el modelo territorial. Pero, aun así, no parece que la pretensión de Sabin Etxea sea la de conformar a corto plazo una alianza cerrada con Sortu. Más bien al contrario.

De hecho, y más allá del alcance de la propuesta lanzada ayer, Ortuzar tampoco perdió la oportunidad de cargar contra la izquierda abertzale. Lo hizo fiel a su estilo. «No les quiero insultar», dijo el presidente del EBB tras compararles «con una vaca que tenía mi aitite». «Tenía una alzada impresionante y, una vez ordeñada, llenó el balde, pero, en la última tacada, la vaca dio una patada al balde y la leche se fue a la alcantarilla», narró Ortuzar. «Y eso es la izquierda abertzale, buena planta, buenas palabras, pero, a la hora de la verdad, al final, patada al balde y la leche perdida, y la leche que derraman es Euskadi, es el progreso del país, la ilusión de miles y miles de vascos». «¡Ya vale de darle patadas al balde. Con este país no se juega!», exclamó.

Minutos antes, Urkullu había ofrecido un discurso más institucional, en el que también encontró espacio para anunciar que se avecina un tiempo nuevo para «crecer en autogobierno y transitar de un fallido Estado de las autonomías a una Europa de estados plurinacionales».

EL CORREO – 06/04/15