El PSOE no descarta la vicepresidencia ni los ministerios que exige Podemos

ABC 03/02/16

· Sánchez pide negociar primero «para qué», y luego estará abierto a hablar de «puestos»

Desde la página 1 La segunda ronda de consultas del Rey con los políticos se saldó ayer con una propuesta firme. Después de consultar, por segunda vez, a los representantes de catorce fuerzas políticas con representación en el Parlamento, Don Felipe propuso como candidato a presidente del Gobierno al líder del Partido Socialista, Pedro Sánchez. El Monarca optó por el segundo político más votado en las elecciones del 20-D, después de que el primero, Mariano Rajoy, declinara el ofrecimiento por falta de apoyos. Cuando el Rey comunicó por teléfono en la tarde de ayer su decisión a Sánchez, este le contestó: «Gracias, Señor; gracias, Majestad. Agradezco y acepto».

A partir de ahora, Sánchez deberá tratar de reunir los apoyos necesarios, para lo que dispondrá de un tiempo razonable –alrededor de un mes– antes de someterse a una votación de investidura para la que ya no hay marcha atrás. Si Sánchez logra la confianza de una mayoría suficiente, en primera o segunda votación, se convertirá en el presidente del Gobierno; si no lo consigue, ese día empezará a contar el plazo de dos meses para convocar nuevas elecciones, y el Rey deberá abrir una tercera ronda de consultas para proponer un nuevo candidato a presidente del Gobierno que podría volver a ser Mariano Rajoy, si para entonces reúne los apoyos.

Dos comparecencias en el día
Una vez que el Rey transmitió su decisión al presidente del Congreso, Patxi López, Don Felipe llamó a Pedro Sánchez, quien, inmediatamente, compareció, por segunda vez en el día, en una multitudinaria rueda de prensa que quiso comenzar agradeciendo al Monarca la confianza depositada en él y resaltando la «exquisita labor» que está llevando a cabo durante este proceso de investidura.

Sánchez aseguró que a partir de hoy va a empezar los contactos «a izquierda y derecha» para formar gobierno y que espera tener «al menos, un mes»; por lo menos, «el mismo tiempo que ha tenido el señor Rajoy» desde el 20D. El ya candidato a la Presidencia del Gobierno fue muy crítico con el presidente en funciones porque cree que ha perdido el tiempo con su incapacidad para dialogar, convirtiendo al PP en víctima de su «inmovilismo y tacticismo». Un PP que es necesario para la democracia española, pero que debe pasar ahora a la oposición para «regenerarse».

«Yo no soy el señor Rajoy», recalcó cuando se le preguntó si, transcurrido el mes de plazo para negociar sin lograr apoyos, se presentaría aun así a un Pleno de investidura en el Congreso para perderlo: «Yo voy en serio», insistió. Es más, hoy dará a conocer el equipo negociador y cuál será el calendario de reuniones «con todos» los grupos políticos. No quiso revelar si el primero será Ciudadanos, como se ha especulado, o Podemos. Mientras esperaba la decisión del Rey, Sánchez tuvo ocasión de ver en su despacho la dura comparecencia de prensa de Pablo Iglesias para reprocharle su «hipocresía» y que siga intentando engañar a los españoles haciéndoles creer que es posible un acuerdo a la vez con estas dos formaciones, que se autoexcluyen mutuamente.

«Hablar» con ERC y DiL, sí
El líder socialista rechazó la política de «frentes» que solo «dividen y separan». «Abro la mano y espero que también lo hagan el resto de fuerzas políticas. No hablemos de vetos y de tácticas partidistas, porque haremos un flaco favor a la esperanza de cambio de millones de españoles», insistió.

Y al preguntarle por la insistencia de Pablo Iglesias en vincular un posible acuerdo con el PSOE a la formación de un gobierno de coalición «proporcional», con presencia suya como vicepresidente del mismo y varios ministros de Podemos, el líder socialista no lo descartó. Simplemente, señaló que con Iglesias va a hablar del «para qué», de la necesidad de un nuevo Estatuto de los Trabajadores o de la renta mínima vital, y luego del «con quién». De «los puestos» se hablará al final de la negociación, y no solo con Podemos, dando a entender que también quiere ministros de otras formaciones políticas.

Lo que sí dejó claro el secretario general de los socialistas es que «me sentaré a hablar» con ERC y DiL, pero «no va a buscar» el apoyo imprescindible en la investidura mediante abstención

de los independentistas catalanes. Otra cosa es que esos 17 diputados decidan abstenerse motuproprio para impedir que siga gobernando el PP. Eso sí lo aceptará. «Se ha hablado incluso de que se ausenten», llegó a ironizar en un momento de la rueda de prensa. «Déjennos empezar» el proceso.

Pide «lealtad» al PP
«Soy muy consciente del desafío que afronto», recalcó el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, «porque sé de las dificultades que entraña», de todo orden: para la investidura, en primera instancia, pero también para el desarrollo legislativo en una legislatura que espera «de cuatro años y con suficiente estabilidad parlamentaria para las reformas que queremos llevar a cabo». Para empezar, el PSOE no va a poder efectuar la reforma constitucional que pretende porque el PP la bloquearía previsiblemente en el Senado. «Espero que el PP, pese a estar en la oposición, tenga la misma lealtad» que, según él, ha tenido el PSOE en estos cuatro años.

Pedro Sánchez compareció absolutamente concienciado de que se juega su carrera política en este mes de plazo y citó incluso a Cervantes –«a cualquier mal, buen ánimo repara»– para dar señales de lo que había dicho por la mañana, tras la audiencia con el Rey: «Me siento fuerte».

Incluso llegó a echar piropos al ejemplo de democracia interna que ha dado el PSOE desde el 20-D, cuando habló de los dos comités federales –tumultuosos– que ha celebrado su partido y durante los cuales muchos barones cuestionaron que pueda llegar a buen puerto el gobierno con Podemos. «Las fuerzas del cambio tienen que entenderse», comentó. Los votantes de Podemos «no entenderían» que se frustrara ese deseo que eligieron millones de españoles el pasado 20-D.

Además, prometió que va a volver a «hablar con todos» los barones socialistas que cuestionan su política, pero dijo que el principal compromiso adquirido es que los 190.000 militantes del PSOE refrenden en consulta los acuerdos de gobierno.