«En España estamos políticamente en una posición crítica»

ABC 13/12/14
ENTREVISTA JAIME MAYOR OREJA

Gobierno de concentración «¿Cómo se hace una gran coalición si el PSOE pacta con Podemos en las municipales?»
Situación crucial «Cuarenta años después de Franco, la ruptura está ganando a la reforma»»
Cataluña «No estamos en la autonomía ni en la autodeterminación, sino en la ruptura»

Jaime Mayor Oreja sostiene que la crisis se ha hecho evidente al ciudadano a través del bolsillo, pero que su profundidad va mucho más allá de lo económico. Cree que en España se está haciendo un diagnóstico «incompleto y superficial» y advierte de que en las próximas elecciones municipales está en juego algo mucho más importante que la gestión de los ayuntamientos. Por eso, el pasado jueves inauguró un ciclo de conferencias que, organizadas por el Aula de Cultura de ABC y la Fundación Valores y Sociedad, pretende dar respuestas desde distintos ámbitos. Acompañado por los historiadores Juan Pablo Fusi y Fernando García de Cortázar, Mayor Oreja profundizó en su intervención en «Las raíces de la crisis».

P–Usted ha dicho que la actual crisis es poliédrica y tiene muchas caras. ¿Es por tanto la economía solo la punta del iceberg?
R–Así es. Y en el horizonte inmediato hay una fecha y tres frentes. La fecha son las elecciones municipales, donde se van a tratar de municipalizar los frentes. Un frente popular, suma de las izquierdas con una obsesión: expulsar al PP de las instituciones. Un frente de ruptura territorial de España, que va a tratar de municipalizar la independencia para luego plebiscitarla en Cataluña en unas elecciones autonómicas. Y luego hay otro frente que no es un frente, pero que avanza, y es caldo de cultivo para todo: el relativismo moral. Esos frentes no son la solución a la crisis, sino su segunda parte.

P–¿La sociedad española es consciente de la profundidad de esta crisis?
R–Creo que no. Todavía no nos hemos dado cuenta de la profundidad de la crisis y en muchos ambientes se trata como si fuera una crisis económica. Es verdad que nos damos cuenta cuando afecta a nuestros bolsillos, pero la crisis se larvó hace mucho tiempo.

P–¿Cómo se ha pasado del gran pacto de la Transición a la actual situación?
R–Esta es la crisis de nuestra generación. Después de cuarenta años de Franco, la reforma ganó a la ruptura y hubo una ley para la Reforma Política, una Constitución y unos pactos económicos…, pero cuarenta años después, ahora, la ruptura está ganando a la reforma y se ha instalado un sentimiento de rabia, de hartazgo, de envidia, de malestar…. La ruptura en sentido amplio: de España como nación y con la Constitución y sus valores.

P–Sin embargo, parece que desde el punto de vista económico la situación está empezando a mejorar…
R–Una cosa es que la economía vaya un poco mejor, que lo va, y otra cosa es que no entendamos que políticamente estamos en una posición crítica. Por una razón: en España se ha perdido una mayoría social. Lo que surge, y parece de momento irreversible, es un nuevo mapa, pero un mapa que no es alternativo, es frente.

P–¿Cuál es la estrategia de quienes pretenden la ruptura?
R–Tienen una oportunidad excelente en las elecciones municipales, porque son indoloras, parece que no son importantes. Pero en España las elecciones municipales han sido decisivas: una vez se acostaron monárquicos antes de unas municipales y se levantaron republicanos. Porque no son dramáticas, porque parece que no tienen objetivos nacionales.

P–¿Dónde hunde sus raíces esta crisis?
R–En dos elementos esenciales. El primero compartido con el resto de Europa, que es la crisis de valores. Y en España hay un hecho diferencial, nuestro punto más débil, la crisis de nación. Hago una apelación a que entendamos lo que tenemos enfrente: no es un maltrato del Gobierno español –socialista, popular o de UCD– hacia Cataluña o el País Vasco, no tenemos que tener ese absurdo complejo, no. Lo que tenemos es una minoría nacionalista muy potente que siempre ha tenido la misma estrategia, implacable: la autonomía en 1979; la solemnización del derecho de autodeterminación diez años después; y en 1998 en el País Vasco (pacto de Estella) y en 2003 en Cataluña (pacto de Perpignan) el movimiento nacionalista llega al tercer hito, la ruptura. Ya no estamos en la autonomía ni en la autodeterminación, sino en la ruptura. La vanguardia la lleva Cataluña, pero en el País Vasco están esperando la salida de Otegi de prisión, que se va a producir entre las municipales y las autonómicas. No es el maltrato del Gobierno español, es la genética del nacionalismo. No se trata de abrazarse ni a Mas ni al PNV: ellos no saldrán de la ruptura hasta que no entiendan que no les sale gratis. Y hasta que no entiendan los españoles que necesitamos una mayoría pero muy potente para hacerle frente.

«El populismo ya ha arraigado»

P–¿Existe un riesgo real de arraigo del populismo?
R–Ya ha arraigado. La cuestión es saber qué grado de poder alcanza. Creo que Podemos se está desinflando un poco. Pero Podemos ha crecido tanto en las encuestas porque hay un sentimiento en la gente: es un hartazgo, una rabia, un malestar. Por mal que lo hagan los de Podemos, que lo están haciendo ya mal, pero no nos engañemos: la enfermedad ya está como para que no haya mayorías sociales.

P–¿Una gran coalición nacional puede ser una solución?
R–Hay mucho estratega de salón. Si tú municipalizas el frente popular, luego ya no lo enderezas con otras fórmulas de Gobierno nacional. Lo que se planta municipalmente y territorialmente luego se refleja en una elección general. Si irrumpe esa fórmula que representa Podemos, el PSOE estará con ellos. Y si eso prende, lo de que «la solución será la gran coalición», ¿cómo se hace si ha prendido el frente municipal?