Sostener lo insostenible

EL CORREO 20/01/15
ALBERTO AYALA

· El PP sospecha que la brecha con la AVT le va a pasar factura en las urnas, pero no escarmienta en otro tipo de asuntos

El Partido Popular continúa volcado con las víctimas. ¿Casualidad? En absoluto. En términos televisivos se llama contraprogramación.

Como muchos sabrán, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha convocado para este sábado otra manifestación en Madrid bajo el lema ‘No más traiciones’, que ha caído como un jarro de agua helada en La Moncloa y en Génova. La marcha coincide con la convención nacional con la que los populares van a dar el pistoletazo de salida a la carrera hacia las elecciones de mayo.

El partido en el poder, que se sabe débil por el flanco de la corrupción y de las secuelas de una crisis económica que ha empobrecido a la mayoría de las familias españolas, no puede permitirse encima fugas de votos por otras causas. Entre ellas, el terrorismo.

Eso explica la cascada de afectos dialécticos de los últimos días a los grandes damnificados por el terrorismo etarra. O el acto de apoyo al colectivo que ayer por la tarde tuvo lugar en Bilbao con la presencia de la secretaria general de los conservadores, María Dolores de Cospedal.

El PP sabe que la brecha con la AVT le va a pasar factura en las urnas. Lo considera ‘terriblemente injusto’, y no le falta razón. Si de algo no puede culparse a Mariano Rajoy ni a su partido es de blandura y no digamos de connivencia con los terroristas y/o su entorno político.

¿Entonces? La presidenta de los conservadores vascos, Arantza Quiroga, que ha combatido en primera línea el terrorismo y sabe de su dureza, se preguntaba ayer en TVE por «tan tremeda injusticia». «Quizá nos ha faltado pedagogía para explicar mejor las cosas», señalaba.

Polvos y lodos
Sí y no. Los populares cometieron un tremento error, amén de un reprobable exceso político, cuando no dudaron en retorcer la verdad y usar a la AVT para acelerar el final del Gobierno socialista de Zapatero. De aquellos polvos nacen estos lodos.

Al PP le faltó entonces altura de miras para no lanzarse a buscar el poder a cualquier precio. Inclído el de zaherir ante las víctimas y la sociedad en general a los socialistas, compañeros de viaje en la lucha contra la pesadilla etarra. Si ambos partidos hubieran mantenido entonces la unidad y hecho juntos esa pedagogía de la que habla Quiroga es probable que la situación fuera hoy otra. Sólo probable. Es difícil que la tragedia vivida por las víctimas encuente algún consuelo, y menos aún comprensión.

Los populares se equivocan al no reconocer aquel error y empeñarse en sostener mensajes insostenibles, pese al inmovilismo de la izquierda abertzale al que ayer ponía voz Pernando Barrena en este periódico. Yerran al apretar la tuerca a los jueces para que obren de acuerdo a sus urgencias partidarias aún a riesgo de que, por ejemplo, Europa nos saque los colores un día por la ‘doctrina Parot’, otro por la calidad de nuestra democracia, vistas algunas actuaciones judiciales de estos días.

No sé si subir el diapasón le servirá al PP para preservar muchos o pocos votos fuera del País Vasco. Aquí en Euskadi le va a perjudicar en el empeño de invertir su cuesta abajo, que amenaza con convertirle en una fuerza menor.

No estaría mal que Rajoy y los suyos examinaran lo que les ha ocurrido en este asunto y escarmentaran. Con la que está cayendo, pensar que el electorado de centro-derecha va a ponerse la venda y perdonar al PP en las urnas su silencio en asuntos como el ‘caso Gürtel’ es una apuesta de alto riesgo. Ciudadanos y UPyD se frotan las manos.