Escocia – Cataluña

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC – 14/09/14

· La mayor diferencia entre Escocia y Cataluña es que la clase empresarial escocesa ha hecho una apuesta clara por el «no».

Entre Escocia y Cataluña hay muchas más diferencias que semejanzas. De hecho, sólo hay una similitud, aunque importantísima: que una significativa parte de sus moradores desean la independencia. El resto, todo son disparidades. Empezando por las históricas: Escocia fue un reino, e incluso algunos de sus monarcas, los Estuardo, reinaron en Londres, aunque el imperio, la flota, la fama, la gloria, fueron ingleses, lo que dejó un amargo poso de resentimiento, que vemos estallar estos días. Mientras que Cataluña nunca fue reino, al estar incluida en el de Aragón.

Las diferencia también que el referéndum independentista escocés es legal, acordado con el Gobierno británico, mientras que la consulta catalana no lo es ni lleva visos de serlo. Resulta significativo que Salmond subraye esta diferencia para avalar su legitimidad, mientras los independentistas catalanes lo enarbolan para inducir a Rajoy a que haga lo mismo que Cameron y autorice la consulta. Saben que, pese a su insistencia en que será «no vinculante», dispararía el fervor nacionalista y les pondría en la autopista hacia la independencia más pronto que tarde. Al mismo tiempo que restaría apoyo a Rajoy en el resto de España, donde se consideraría una traición a la palabra dada y una muestra de debilidad. Lo que le sentaría como un tiro en la cabeza.

Pero la mayor diferencia entre Escocia y Cataluña es que la clase empresarial y financiera escocesa ha hecho una apuesta clara, tajante, definitiva por el «no» a la independencia, mientras que la catalana no lo ha hecho. Hemos visto cómo, ante el peligro de que triunfe el «sí» el próximo jueves, los grandes bancos, como el Royal Bank of Scotland, fondos de depósitos, como Lloyds Banking o Standard Life, y las mayores empresas, como Tesco o John Lewis, han anunciado que trasladarán sus centrales a Inglaterra si triunfa el «sí», y hacen campaña abierta contra él. Algo que no hemos visto en el empresariado y las finanzas catalanas, que se han limitado a advertencias muy matizadas a los políticos para que lleguen a un acuerdo, pero poniéndose de perfil, sin comprometerse con nada ni nadie.

¿Significa esto que los catalanes son más nacionalistas que los escoceses? No creo, conociendo a unos y a otros, como su amor a la patria chica. Lo que tan diferente actitud en sus élites revela es que en Cataluña el nacionalismo ejerce un control mucho mayor sobre la sociedad civil, incluidos aquellos que, por sus recursos económicos, pueden elegir entre las distintas opciones y manifestar lo que creen y sienten. Dicho de otra forma: empresarios y financieros catalanes de alta gama –de los de baja, como de los intelectuales y de los medios de comunicación, mejor no hablar– son mucho más libres en Escocia que en Cataluña, donde el clamor popular, fomentado durante décadas por el independentismo militante, los ahoga.

En qué desembocarán uno y otro nacionalismo nadie lo sabe, al haber «razones del corazón que la razón no entiende», según Pascal. Lo más curioso es que tanto escoceses como catalanes tenían fama de gente seria.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC – 14/09/14