«España para Dummies»

ABC 16/01/16
LUIS VENTOSO

· Se podría hacer un libro, y sabemos a quién regalárselo

LOS habrán visto en todas las librerías. Son unos manuales amarillos y negros. Se llaman «Libros para Dummies» y son un invento californiano. El primero nació en 1991, cuando un chaval quiso enseñarle a su tío, analfabeto digital, algunos rudimentos de informática de modo claro y jocoso. «Dummie» viene a ser una forma distendida de llamarle a uno pánfilo, o inexperto. Se han publicado ya unos mil quinientos títulos. Hay de todo: chino para dummies, ajedrez para dummies, pesca, bricolaje, matemáticas… No he visto todavía «España para dummies». Pero ante los marmitakos neuronales que campan por ciertos despachos urge la edición.

«España para dummies» comenzaría enunciando un hecho asombroso: ¡España existe! Incluso es la nación más antigua de Europa. Luego continuaría con otra abracadabrante sorpresa: los españoles quieren que España siga existiendo. A continuación se le facilitarían al dummie algunos datos, acompañados de dibujos preescolares, para que lo asimile todo amablemente. El modelo de Estado favorito de los españoles según el CIS, la encuesta más completa, es justamente el que hoy tenemos: el autonómico tal y como está (elección del 38,5%). ¿Y cuál es la segunda opción predilecta? ¿El federalismo asimétrico? ¿La autodeterminación de los pueblos del mundo? ¿La profundización en la diversidad medieval? Pues no. El segundo mayor grupo son el 17% que piden directamente que desaparezcan las autonomías. Además, hay un 10,9% que desean que las comunidades tengan menos competencias. Frente a todos esos, que suman el 66,5% de los españoles, los que quieren más autonomía son un 14% y los que apoyan que las regiones puedan independizarse son solo el 9,4%. Resumen para muy dummies: la mayoría de los españoles prefieren el modelo de la Constitución de 1978, o en todo caso una recentralización, y son minoría quienes quieren desguazar más el Estado con fórmulas federalistas.

En su Capítulo 2, «España para dummies» impartiría al dummie unas nociones de psicología aplicada, explicándole, por ejemplo, como se sienten los españoles ante lo que se viene llamando «desafío», «pruces» o «derecho a decidir». La abrumadora mayoría de los ciudadanos, del Cabo de Gata a Estaca de Bares, están saturados y enojados por la chulería displicente de quienes quieren destruir el país invocando una fábula de agravios que se da de bruces con las regalías históricas (el arancel textil, el primer tren y las primeras autopistas del país, la firma nacional de automoción y el poder energético a dedo, Juegos Olímpicos, todas las financiaciones autonómicas al dictado de CiU y un rescate de facto después de que Maragall, Montilla y Mas quebrasen la caja).

«España para dummies» se cerraría con unas viñetas muy sencillitas, casi tipo Teletubbies, acompañadas por esta máxima: «Si te dedicas a hacer la coba a quienes saltándose la ley y desoyendo a la mayoría de los catalanes quieren destruir España, probablemente le toques mucho, mucho las meninges al grueso de los españoles».

Yo ya sé a quién le voy a regalar «España para dummies». Y usted también, claro. Qué muchacho. Si llega a ir en el Titanic hunde el iceberg a cabezazos.