ETA desaparece de los radares

EL CORREO 19/10/14

· París trasvasa un tercio de sus efectivos contra la banda a combatir el islamismo radical

Tres años después de que ETA anunciara el final de la lucha armada, la banda ha desaparecido de los radares de la Policía francesa, que ha trasvasado un tercio de sus efectivos antiterroristas al combate del islamismo radical. El último zulo operativo encontrado data de finales de 2012 y ni siquiera se han registrado robos de coches en territorio galo desde hace doce meses. En Euskadi, la sociedad parece tener prisa por pasar página. AE TA ha desaparecido de los radares franceses. Desde las últimas detenciones practicadas en mayo de 2013, no ha vuelto a dar señales de actividad clandestina en Francia. Ni siquiera se han registrado robos de coches en los últimos doce meses. Por primera vez en 30 años la policía gala no ha arrestado a ningún activista. El último zulo operativo desmantelado a este lado de la frontera data de finales de 2012. Cuando se cumple el tercer aniversario del cese oficial de la lucha armada París ha reducido en un tercio los efectivos policiales dedicados al terrorismo vasco para destinarlos a la lucha contra el islam radical. La actuación judicial se ha dividido por tres y se centra en la instrucción de los pocos sumarios pendientes de juicio. Solo falta un desarme que no llega.

El último rastro de ETA en Francia data de principios de este mes. El pasado día 4 fue localizado un zulo en una zona boscosa de la región de Aquitania (suroeste del país). Se encontraba en el término municipal de Antonne et Trigonant, cerca de Périgueux, a 140 kilómetros al este de Burdeos, en el departamento de Dordoña. En el agujero había una cuarentena de placas de matrícula dentro de dos bidones. El escondrijo todavía no está datado con precisión pues su hallazgo es reciente. Pero parece tener varios años de antigüedad. El zulo fue creado forzosamente después del 15 de marzo de 2006, fecha en la que se produjo el robo del que proceden las placas. Aquel día un comando de ETA se llevó 30.000 matrículas vírgenes con fondo blanco o amarillo así como una docena de troqueladoras de la empresa La Superplaque en Replonges, al norte de Lyon. Desde entonces solo se han recuperado poco más de 2.000 placas y cuatro prensas.

Una idea de su antigüedad la da el hallazgo en el mismo pueblo hace cinco años y medio de otro depósito etarra. Ocurrió el 22 de marzo de 2009 cuando dos espeleólogos se toparon con un contenedor en una antigua cantera que servía de vertedero salvaje a las afueras de Antonne et Trigonant. En el interior había varios tarros de tintas especiales y las películas de protección de 7.200 pasaportes colombianos en las que se identificaron 16 huellas digitales de Zigor Garro ‘Tonino’, jefe de la estructura de falsificación detenido en Quézac el 29 de noviembre de 2006. El material procedía del atraco perpetrado el 5 de octubre de 2005 a la empresa Fasver en su sede de Rivière sur Tarn a la que robaron los medios para fabricar 50.000 documentos administrativos de todo tipo y diferentes países.

El precedente zulo francés había sido hallado este mismo año, el 22 de marzo último, en un bosque de Saint Just (Puy de Dôme), entre Clermont-Ferrand y Lyon. Contenía una granada de carga hueca tipo Mecar, un mortero modelo Jotake de fabricación propia, un detonador y material electrónico con anagramas de ETA. Pero eran efectos viejos y deteriorados por la humedad. Por las fechas de los boletines y publicaciones allí guardados se ha llegado a la conclusión de que el escondrijo fue confeccionado en 2004. Los jabalíes movieron las ramas que lo cubrían y lo dejaron al descubierto.

Hay que remontarse hasta el 8 de diciembre de 2012 para dar con el último depósito operativo de ETA. Fue descubierto por un grupo de espeleólogos que exploraba una sima en Brissac, a una treintena de kilómetros al norte de Montpellier. Un par de bidones disimulados bajo un montón de piedras almacenaban pentrita, ácido nítrico, productos químicos, detonadores y munición. Las investigaciones establecieron que su creación databa de finales de 2011, es decir después del fin de la lucha armada anunciado el 20 de octubre de aquel año. Era la prueba de que el aparato de logística militar continuaba sus actividades y mantenía su capacidad operativa a pesar del cese de la violencia.

Hasta el 7 de mayo de 2013
Las detenciones practicadas en Francia confirmaron aquel activismo residual. Desde la proclamación del alto el fuego permanente en enero de 2011 se produjeron ocho arrestos aquel año, doce en 2012 y diez en 2013. Todos eran activistas que circulaban en vehículos robados en posesión de armas cargadas, papeles falsos y a veces detonadores y componentes de artefactos explosivos. Pero el contador se paró el 7 de mayo de 2013 cuando media docena de etarras fue capturada en una operación desarrollada simultáneamente en Blois, Montpelllier y Brive la Gaillarde. Aquel golpe supuso el principio del fin. «Desde mayo de 2013 no ha habido más detenciones y no hemos detectado signos característicos de una actividad de ETA en Francia», observan en París.

La gran novedad es la total ausencia de capturas de militantes en activo, categoría en la que no entran los huidos no clandestinos detenidos y entregados en virtud de euroórdenes. Un año en blanco en el casillero galo no se producía desde 1984 cuando los gobiernos socialistas de François Mitterrand y Felipe González clausuraron de manera oficial el santuario francés con los Acuerdos de la Castellana.

Tampoco se han encontrado pisos francos, albergues alquilados o zulos creados en 2013 ó 2014. Ni siquiera se han hallado coches robados o abandonados incendiados en parajes aislados como era habitual hasta el momento. Este termómetro aproximado del activismo clandestino presentaba una media anual de una treintena de hurtos entre 2010 y 2012, la mitad que en la década anterior. Tras la redada de mayo de 2013 solo se han detectado dos sustracciones de vehículos atribuidas a ladrones etarras, la última hace ahora justo un año. Esta inédita ausencia de robos de coches se puede explicar por un fuerte descenso en el número de clandestinos, o bien por un cambio de estrategia en sus desplazamientos o también por las dos cosas a la vez, según el análisis realizado por los servicios antiterroristas franceses.

Los discretos activistas de ETA de guardia en la desguarnecida retaguardia francesa se cree en medios policiales que no deben ser muy numerosos, apenas los imprescindibles para garantizar la perennidad del material militar. «No se han autodisuelto, luego siguen presentes. Debe haber no pocos pequeños escondites por todas partes que hace falta gestionar», apuntan en la Subdirección Antiterrorista (SDAT) de la Policía Judicial.

Eso sí, los arrestos de huidos en busca y captura efectuados fuera de Francia en los últimos meses revelan una diáspora a países donde la cooperación con España es menor como Reino Unido, Bélgica, Italia o Alemania.